Dos informes hechos públicos por Oxfam Intermón están sacudiendo las conciencias de miles de personas y suponen una declaración de guerra en toda regla contra los ultra ricos, ese 1% que detenta el poder económico y controla la riqueza en el mundo.
Los informes explican cuánto deberían tributar los más ricos y cómo lograrlo, “con herramientas concretas y contrastadas para los Gobiernos, algunas incluso ya en marcha”. Muestran cómo una imposición adecuada a los ultrarricos “puede ser la vía para lograr un mundo más justo, sostenible y sin pobreza”.
En el informe global se destaca que “el incremento de los beneficios de las empresas agranda las fortunas de los más ricos. La mayor parte de la propiedad de las acciones de estas grandes empresas suele estar en manos de individuos de rentas y patrimonio muy alto; por ejemplo, en Estados Unidos, el 1 % más rico de la población posee el 53 % de las acciones”.
En algunos casos, estas grandes empresas son propiedad y están controladas por un pequeño grupo de personas y familias ultra ricas, y el aumento de los beneficios hace crecer aún más su riqueza. “La dinastía Walton, por ejemplo, que es dueña de la mitad del grupo multinacional estadounidense Walmart, recibió 8.500 millones de dólares de dividendos y recompra de acciones durante el año 2022. El patrimonio del milmillonario indio Gautam Adani, propietario de grandes empresas energéticas, se incrementó en un 46 % en 2022”.
“El mundo también se enfrenta a una prolongada, creciente e inmoral crisis de hambre” incide el primero de los documentos. Antes incluso de que se disparasen los precios de los alimentos en 2022, casi 3.100 millones de personas no podían permitirse llevar una dieta saludable, cifra que no deja de crecer. El informe se centra en la importancia de gravar la riqueza de las élites económicas para abordar tanto esta “policrisis” a la que nos enfrentamos como el aumento desorbitado de las desigualdades.

El informe detalla cómo, en la historia reciente, la tributación de los más ricos era más elevada, cómo está ganando terreno la idea de gravar más a quienes más tienen y hacer que los milmillonarios paguen la parte que les corresponde justamente, y cómo más impuestos a los ultra ricos contribuye a reducir la concentración de poder de las élites y reducir no solo la desigualdad económica, sino también la racial, colonial y de género.
Las personas en situación de pobreza extrema se ven más afectadas por el aumento de los precios de los alimentos, ya que tienen que invertir dos tercios de sus recursos en la compra de alimentos. Además, los países de renta baja se han visto más afectados por estas subidas de precios que el promedio mundial; por ejemplo, según un estudio realizado por Oxfam en julio de 2022, la inflación de los precios de los alimentos en Etiopía (44 %), Somalia (15 %) y Kenia (12 %) estaba por encima de la media del G7 (10 %) y el promedio mundial (9 %).
Se estima que, en 2021, entre 702 y 828 millones de personas se vieron afectados por el hambre, lo cual supone casi una décima parte de la población mundial. Asimismo, la prevalencia de la inseguridad alimentaria es mayor entre las mujeres que entre los hombres en todas las regiones del mundo. Según las estimaciones, casi el 60 % de las personas que pasaban hambre en 2020 eran mujeres y niñas, y la brecha de género no ha dejado de aumentar desde entonces.
En España
Desde 2008, la riqueza en España se ha ido concentrando cada vez en menos manos. En 2008, el 1 % con mayor riqueza concentraba el 15,3 % de la riqueza neta total. En 2020, último dato oficial disponible, ya concentraba el 22 %.
De acuerdo con Credit Suisse, en 2021 el 1 % concentraba aproximadamente 1 de cada 4 euros de riqueza (23,1 %). Durante este mismo período, el 10 % pasó de acumular el 44,4 % a casi el 55 %. Mientras, el 50 % más pobre de los españoles veía como su participación se reducía, pasando del 12 % al 7,4 %.

Los milmillonarios se recuperan antes
En términos nominales, la riqueza conjunta que ostentan los mismos milmillonarios españoles desde marzo de 2019, ha crecido en 700 millones de dólares, a razón de más 700.000 dólares al día (multiplicando por 21.000 el SMI diario). Para la realización de estas estimaciones se han considerado los 23 milmillonarios españoles presentes en la lista de marzo de 2019 y de noviembre de 2022 para los que se dispone de información. Forbes World’s Billionaires List. The richest in 2022. Disponible https://www.forbes.com/billionaires/
Si bien La COVID-19 tuvo un fuerte impacto sobre el valor de su riqueza, la recuperación desde finales de 2020 fue espectacular, recuperando con creces el valor de la riqueza perdido por la pandemia un año antes. “La guerra en Ucrania y la incertidumbre económica asociada también les afectó negativamente, pero desde finales de verano se vuelven a recuperar” señala el informe sobre España elaborado por Oxfam Intermon.
Los salarios
En el documento se aventura un panorama muy negro para la clase media. De acuerdo con la evolución prevista de los salarios y de la inflación en los próximos años, y si no se produce un acuerdo amplio y de consenso que permita una distribución más justa de los impactos de la inflación, “el negativo impacto temporal sobre la distribución de la renta que estamos observando amenaza con convertirse en permanente”.
Considerando las proyecciones de evolución del IPC realizadas por el Banco de España (suponiendo que a medio plazo la inflación se acercará al objetivo del Banco Central Europeo, del 2 % anual en 2025), y manteniendo una evolución salarial tanto en el salario medio como en el salario pactado en negociación colectiva similar al observado desde 2008, “podemos estimar que, de no tomarse medidas adicionales, se abriría una notable brecha en el poder adquisitivo de los salarios que no se recuperaría a corto plazo”.
Dada la importancia de los ingresos laborales, especialmente para los hogares con menores ingresos, pero sobre todo para la clase media, el impacto de esta brecha sobre la desigualdad económica puede ser muy notorio. “La pérdida de poder adquisitivo de los salarios en 2026 respecto de 2008 sería de diez puntos en el caso del salario medio, y de cinco puntos en el caso de las personas trabajadoras con salarios sometidos a negociación colectiva, cuya recuperación se realizaría a muy largo plazo”.
Impacto sobre la deuda
Otra importante consecuencia de las sucesivas crisis de los últimos 15 años tiene que ver con los elevados niveles de deuda pública. “Ni la crisis económica y social que se inició en 2008, ni la respuesta pública dada a la pandemia han salido gratis. Desde entonces, el volumen de endeudamiento público no ha hecho más que aumentar, hasta cerrar 2021 en el 118 % del PIB”.
“Visto en perspectiva, el recurso a la deuda pública ha sido probablemente uno de los elementos más adecuados para evitar en ciertos momentos males mucho mayores, pero conviene considerar que tan solo el último año el retorno de la deuda supuso más de 26.000 millones de euros, más de un 6 % del presupuesto y más de un 2 % del PIB anual. Son recursos que no se acaban destinando a otras partidas, como la educación, la sanidad, la lucha contra la emergencia climática o la cooperación al desarrollo”.


