"En Semana Santa hay dos o tres procesiones de verdad, las demás sacan a los santos a ventilar"

repetto_betes-4
repetto_betes-4

Dice que desde que tenía siete años ya sintió la llamada de Dios. Hijo de un matrimonio profundamente religioso, José Luis Repetto Betes (Sanlúcar de Barrameda, 1936) prácticamente no ha vivido otra cosa más allá de la Iglesia. A los diez años ya quiso entrar en el seminario, pero como no podía hacerlo al ser 12 la edad mínima, fue la propia hermana del cardenal Segura quien intercedió por él, logrando ingresar a tan temprana edad. Allí pasó doce años repartidos entre Sanlúcar y Sevilla, estudiando Humanidades, Filosofía y Teología, un periodo que recuerda con mucho cariño. El 21 de junio de 1959, con 22 años, se ordena sacerdote en la Catedral hispalense. Lo hace también de manera temprana, por lo que para ello necesitó un permiso especial del propio Juan XXIII.

Tras una breve estancia de tres años en Carmona, donde fue coadjutor, llegó a Jerez, a la parroquia de Santa Ana. Ya de Jerez no se movería, ni siquiera tras su jubilación en septiembre de 2014. Hasta que llegó ese día, el padre Repetto ha ejercido diferentes cargos dentro de la Iglesia y fuera de ella. Desde 1969 es académico numerario de la Real Academia de San Dionisio, de la que fue vicepresidente; también presidió el Centro de Estudios Jerezanos; es miembro de la orden del Catavino de Oro; ha sido 25 años delegado diocesano de Bellas Artes y durante 21 fue profesor de religión y moral católica en el instituto Asta Regia. Además, tiene la insignia de oro de Sanlúcar y es hijo adoptivo de Jerez desde 2010. Un extenso currículo al que hay que añadir más de sesenta publicaciones sobre Jerez, el Arte y la Iglesia. Normal, por tanto, que en la ciudad se le tenga mucho cariño al sacerdote. Recientemente, y por idea de su sobrina, creaba un perfil en la red social Facebook, donde mantiene contacto con viejos amigos y conocidos.

La entrevista se concierta por teléfono. Cuando le preguntamos, cuestiona si ya jubilado tiene algo interesante que contar. “Ya la gente no se acuerda de mí”, nos dice con modestia, algo que discutimos viendo los saludos y recuerdos que recibe en Facebook. Días después llegamos a su casa, en la plaza de San Miguel, frente por frente a la preciosa mole gótica que da nombre al barrio. Es mediados de diciembre y Repetto, “un friolero de miedo”, nos abre la puerta de su casa pertrechado entre mantas.

El veterano sacerdote anda con dificultad. “Antes iba como un pajarillo, ahora tengo problemas en las rodillas”, cuenta. Entramos en un salón que hace las veces también de despacho y biblioteca. Desde su jubilación, el sacerdote se dedica a “rezar, leer y escribir”, y entendemos que es aquí donde hace las tres cosas. La habitación, como no podía ser menos, presenta una agradable temperatura gracias a un calentador. Tras invitar a su gato a que salga, nos sentamos en dos butacones para comenzar la entrevista, pero cuando ve la cámara de Maky Gassín dice que no quiere fotos. “No estoy vestido de cura”, explica. Un rato después, tras insistirle un poco, accedería no sin antes ponerse su camisa negra y el alzacuellos.

¿Tan claro tenía lo de ser sacerdote siendo solo un niño?

Yo me sentía llamado. Además mi familia era profundamente religiosa salvo un hermano de mi padre, que se fue a hacer la mili a Pamplona y volvió ateo y republicano. Acabó fusilado.

¿Influyó el franquismo en esa iglesia española de hace 70 años?

Ni la iglesia en el franquismo ni el franquismo en la iglesia. Ni poco ni mucho. La iglesia tenía sus normas, su tradición y sus historias. El franquismo fue una sublevación militar de las muchas que había habido desde el siglo XIX.

José Luis Repetto Betes, en su domicilio, minutos después de la entrevista concedida a lavozdelsur.es. FOTO: MAKY GASSIN

Pasa un tiempo en Carmona antes de llegar a Jerez.

Sí, me mandaron de coadjutor allí tres años. A los tres años de estar allí se convocaron oposiciones a parroquias, pero con la edad que tenía pensé que para qué iba a hacer oposiciones, si no tenía méritos. Así es que no me presenté. Pero un día, estando de capellán en el hospital, la superiora me dice que había llamado el secretario del cardenal Bueno Monreal porque al día siguiente me esperaba. Yo cogí el autobús de Carmona a Sevilla, me presenté al Cardenal, que me preguntó por qué no había presentado petición para hacer oposiciones y le dije que no tenía méritos. Fue él el que me dijo que las hiciera. Y me presenté y saqué 28 de 30 puntos. Fui el número uno. Luego, a raíz de un trabajo que había hecho, y en el qu había empleado el griego en lugar del latín, pensaron que lo mismo prefería ser profesor. Me volvió a citar el cardenal para preguntarme y le dije que no, que yo quería ser párroco, pero que yo haría lo que él dijera. La cuestión es que podía elegir hasta ocho parroquias y las elegí todas por Sevilla: Morón, Estepa… y el cardenal me dijo que me mandaría a una de esas.

Pero acaba en Jerez.

Te cuento. Al tiempo me hacen llamar otra vez, pero esta vez no me recibe el cardenal, sino el secretario canciller, que entonces era un cargo muy importante y mangoneaba la diócesis a su antojo. Me dijo que las parroquias que había pedido no se me podían conceder, porque habían hecho planes y que en esos planes no entraba yo. No dije nada. Me mantuve callado. Me dijo que el cardenal le había dicho que Santa Ana, de Jerez, o nada. Yo seguía callado y él igual. Al cabo de dos minutos de silencio me dijo que el cardenal no dijo que Santa Ana o nada, sino que Santa Ana y punto. Pues muy bien. Me despedí y cuando estaba ya en la puerta para salir, bajó y me dijo que a dónde iba, que cómo me iba a ir a Santa Ana si no lo había pedido por escrito. Tuve que pedir entonces por escrito la parroquia antes de irme.

¿No le dolió que no respetaran sus destinos?

Yo me hice cura para obedecer. De hecho, cuando te ordenas sacerdote, te arrodillas ante el obispo, te coge de las manos y te pregunta: ¿me prometes a mí y a mis sucesores reverencia y obediencia? Y yo, de corazón, dije que prometía.

En fin, que llega a Santa Ana. ¿Cómo eran La Plata y Jerez por entonces?

El barrio de llevaba unos ocho o nueve años construido y la parroquia, como comunidad, había que hacerla. El cura que había habido antes de mí era muy antiguo, y yo empecé a formar comunidad. Creé el centro de jóvenes, fundé la legión de María, Cáritas… Por entonces solo estaba la conferencia de San Vicente y la hermandad de la Candelaria. Todo lo demás lo tuve yo que hacer. Y Jerez me pareció una ciudad preciosa, no estaba estropeada como ahora. Daba gusto pasar por la Alameda Cristina, que era una preciosidad, la Porvera, que era otra preciosidad, la calle Corredera, que por entonces era Cánovas del Castillo, la plaza del Arenal… Era una ciudad preciosa.

El padre Repetto, posando tras la entrevista. FOTO: MAKY GASSIN

Y de Santa Ana a la por entonces Colegial, hoy Catedral.

Esa fue otra historia. Tras 11 años en Santa Ana, un viernes, estando en casa, me llama el cardenal y me pide que fuera a verlo, que me quería pedir un favor. Por entonces no había obispo vicario en Jerez y él venía aquí todos los viernes. Me presento y me pide que dejara Santa Ana para que fuera a la Colegial, que por entonces estaba abandonada. Lo grave, me dice, es que había que hacer oposiciones, pero que él podía escoger a quién quisiera y que me escogería a mí. Le dije que yo quería jugar limpio y que quería que se presentasen los que quisieran. Se abrió la convocatoria y se presentaron tres o cuatro que al saber que me presentaba se echaron para atrás. Me quedé yo solo, pero hice el examen porque no quería llegar a la Colegial a dedo. Me examiné en la Catedral de Sevilla. Hice cuatro exámenes y saqué 10 en cada uno. Los canónigos me sacaron hasta en el ABC.

¿Y qué se encuentra al llegar a la Colegial?

Me encontré lo que me encontré. Había habido obras y por falta de presupuesto se quedaron a medias. Había una capilla llena de chismes, habían desmontado el baldaquino y estaba todo allí, en el suelo… Llamé al cardenal y le pedí que por favor viniera a la Colegial. Vino, llegó con él su secretario, y lo llevé a donde estaba el baldaquino. ¿Esto qué hace aquí? Me preguntó. Yo le dije que esa era mi pregunta. Y me dijo que lo vendiera, porque iba a costar más ponerlo de pie. Luego lo llevé a que viera las bóvedas, la torre, que tenía una raja inmensa…

Una ruina, vaya.

Había estado ocho años abandonada. Los párrocos y canónigos que había habido antes se habían echado el muerto uno a otro y la casa se quedó sin barrer. Es más. El bibliotecario, cuando llegué de deán, me dio las llaves de la biblioteca porque decía que no quería saber de ella. Cuando la vi se había hundido medio techo y había llovido sobre los incunables. Se habían perdido una montaña de libros. Tuve que pedir ayuda para arreglar todo. Me fui a la Caja de Ahorros, hablé con la condesa de Bustillos y con la Junta de Andalucía. De Ruíz Mateos también conseguí ayuda para la biblioteca. Y luego conseguí hacer el actual presbiterio, que la gente por entonces me puso como los trapos, cuando aquí nadie se había preocupado por la catedral para nada. En fin, propio de este pueblo…

Luego llegó la diócesis. Ha conocido a tres obispos. ¿Con cuál se queda?

Del obispo actual no tengo nada que comentar. Es el representante de Cristo en la diócesis y le tengo respeto absoluto. Entre don Rafael Bellido y don Juan del Río me quedo con don Juan por una diferencia enorme. Don Juan tiene categoría para cardenal.

Fue durante 25 años delegado de Arte Sacro y Patrimonio. ¿Se han cometido muchos disparates en Jerez en cuanto a patrimonio?

Durante mi mandato no, o al menos he intentado que no se hicieran, pero se hacía difícil a veces con las hermandades, porque quieren hacer su santa voluntad. Cada hermandad quiere ser una diócesis y cada hermano mayor quiere gobernarlas como el obispo gobierna una diócesis.

¿En qué sentido se hacía difícil esa relación con las hermandades?

Durante los 25 años que estuve de delegado todas las tallas que se han hicieron han pasado por mí, salvo una que la hermandad me esquivaba y se iba directa al obispo, a don Rafael.

Siempre hay periodistas con ganas de escándalo. Si no hay escándalo no estáis contentos

¿Piensa entonces que hay imágenes en nuestra Semana Santa que no deberían procesionar?

Sí, pero no te digo cuáles. Hay algunas que no tienen categoría. Luego hay un Cristo con mucha categoría, pero como no es barroco ni de tipo sevillano, los cachorros cofrades de Jerez no lo aman, y es el Cristo del Perdón, que es una preciosidad de imagen.

¿Se ha magnificado en exceso la Semana Santa de Jerez?

Sí, sí. Yo hablé mucho con don Rafael y estábamos de acuerdo. Con el Perdón ya había 30 procesiones y estaban sobradas. Pero don Juan empezó a erigir nuevas hermandades. Le pregunté si sabía lo que había hecho…

Entonces piensa que hay demasiadas.

Demasiadas, demasiadas. Pero en la Semana Santa de Jerez hay dos o tres procesiones de verdad, las demás son sacar a los santos a ventilar. Procesión, procesión es la que hace Amor y Sacrificio, por ejemeplo, con todo el mundo rezando, todo el mundo en penitencia. Y eso es nada menos que el capítulo 7 del ritual romano, donde se explica qué es una procesión, un tiempo de oración, no de cachondeo.

También ahora muchos piensan que se deberían regular más las procesiones extraordinarias.

Eso lo permitió este obispo, está permitiendo todo esto. Pero no lo critico, porque no quiero meterme con lo que el obispo manda. Punto.

Otro instante de la conversación con este periódico.

¿Qué piensa de la falta de vocaciones? ¿Era antes más fácil ordenarse cura?

No era más fácil, eran doce años en un internado levantándote a las seis de la mañana. En mi modesta opinión el Concilio fue estupendo, pero el postconcilio catastrófico. Después del Concilio se vaciaron los seminarios, se casaron la mitad de los curas, salieron las monjas… Fue desastroso.

¿Entonces, es más complicado en estos tiempos ser religioso?

Vivimos en un mundo muy ateo y la religiosidad que hay es de poco fundamento, de poco calado, de poca hondura.

¿El que quiera ser sacerdote hoy, qué tiene que tener claro?

Que tiene que dedicarse a Dios por completo, que tiene que ponerse al servicio de la Iglesia, que tiene que prescindir del matrimonio, del dinero, de la riqueza y vivir dedicado a Dios, al culto divino y a los pobres.

Lo que pasa es que se están dando demasiados casos en que no se cumplen esos preceptos…

Y siempre hay periodistas con ganas de escándalo. Si no hay escándalo no estáis contentos.

Pero hay que contarlo, igual que los casos de corrupción en la política… ¿O no?

(Calla)

¿Se ha sabido adaptar la Iglesia a los nuevos tiempos?

Lo ha intentado.

Vivimos en un mundo muy ateo y la religiosidad que hay es de poco fundamento, de poco calado, de poca hondura

¿Lo ha conseguido?

En parte.

¿Ha conseguido el Papa Francisco cambiar un poco esa mentalidad que había de una Iglesia añeja, rancia?

Igual que no comento sobre el Obispo no comento sobre el Papa.

¿Pero le gusta Francisco?

No me tiene que gustar o no gustar. Es el representante de Cristo en la tierra y yo beso por donde va pisando.

¿Con él se ha ido restando la opulencia que había en el Vaticano?

No es verdad. Pío XII vivía pobremente, Pío XI aún más, Pío X pobrísimamente, León XIII vivía en la miseria… Es falso. No había opulencia. Hubo opulencia en el siglo XV, XVI y XVII.

¿Hace falta cambiar la Iglesia?

No.

¿Está a favor de que en el futuro haya mujeres sacerdotes?

No. Creo que Jesucristo no puso mujeres sacerdotes. Creo que es, como dicen los ortodoxos, una tradición que viene de Jesucristo. Y las mujeres tienen otro papel en la Iglesia que lo cumplen muy bien: el papel de madre, el papel de monja, de enfermera, de maestra, de catequista… Cumple un papel impresionante. Y la Iglesia está llena de monjas santas.

Repetto, en un momento de la entrevista. FOTO: MAKY GASSIN

El pasado mes de abril, Francisco, a través del documento Amoris laetitiaLa alegría del amor, en latín- hacía una llamada a los sacerdotes de todo el mundo para que acepten y reciban a divorciados, familias monoparentales, homosexuales y parejas heterosexuales que viven juntas, pero no están casadas.

Pero aceptar no significa darle la comunión a un homosexual o a un heterosexual si por la noche ha estado con su pareja. O a un divorciado que se junte con otra mujer, porque viven en público pecado mortal.… Eso no lo ha dicho el Papa ni lo va a decir.

Pero don José Luis, los tiempos han cambiado…

Es que no se les puede dar la comunión. No está permitido ni se puede permitir.

¿Cómo ve la situación actual en Jerez y la provincia?

(Medita) El paro es una cosa terrible. La he tratado, porque he ayudado a pobres parados todo lo que he podido y más, hasta el punto de quedarme sin un euro. Es un problema gravísimo que tiene España. Cuando ganaron los socialistas la primera vez en la Junta dijeron que iban a quitar el paro. Llevamos 40 años y seguimos igual…

¿Fallan entonces los políticos?

Yo no creo que sean los políticos los que pueden crear puestos de trabajo. Los puestos de trabajo los crea el capital privado y lo que hay que hacer es darle ánimos, impulso.

¿Qué opina de los nuevos partidos, como Podemos?

Pienso que Podemos es una forma moderna de comunismo. Y pienso de Podemos lo que pienso del comunismo.

¿Y qué piensa del comunismo?

Me parece que es un gravísimo error, que ha tenido a Rusia con una dictadura de 70 años. Y mira China, y mira Corea del Norte, y Laos, mira cómo están. No estoy de acuerdo.

¿Le apena que el partido que gobernaba y gobierna, el PP, no llevara en su programa electoral el tema del aborto?

Es un tema muy difícil, porque cuando se hace una ley, quitarla es sumamente difícil, pero no puedo saber hasta qué punto llegan las posibilidades de quitarla. Pero tampoco estoy a favor de una pequeña ley del aborto. Cualquier ley del aborto me parece mala, porque la vida es sagrada.

Usted que ha conocido a varios alcaldes de Jerez, ¿qué opinión le merece que dos de los cuatro últimos hayan acabado en prisión?

Lo siento mucho. Me parece que Pedro Pacheco es una buenísima persona e igual pienso de Pilar Sánchez. Pero yo no soy juez y carezco de la capacidad de juicio para valorar si aquí en Jerez se han hecho tan mal las cosas como para que hayan acabado así.

Jerez le nombró hijo adoptivo. ¿Quién le ha dado más a quién? ¿Jerez a Repetto o Repetto a Jerez?

Jerez a Repetto. Yo no termino de ver qué le he hecho a Jerez.

Hombre, algo ha hecho. Ahí está su trabajo en la Catedral, San Dionisio...

Algo, pero llevo 60 años viviendo en Jerez. Eso sí, la gente es muy cariñosa conmigo, le tengo mucho cariño y gratitud a Jerez.

¿Y la jubilación, cómo la lleva? ¿Echa de menos ejercer?

Muchísimo, pero el obispo me dijo que quería que dejara la parroquia y no le digo no al obispo. Pero si por mi fuera, seguiría.

¿Cómo le gustaría que le recordasen?

Como una persona que procuró ser buena gente.

Sobre el autor:

jorge-miro

Jorge Miró

...saber más sobre el autor

Archivado en:

Si has llegado hasta aquí y te gusta nuestro trabajo, apoya lavozdelsur.es, periodismo libre, independiente y en andaluz.

Comentarios

No hay comentarios ¿Te animas?

Lo más leído