Todo sigue igual. La denuncia pública de los electricistas que trabajan en los aeropuertos andaluces no ha servido para que la empresa Ingemont Tecnología S.A., adjudicataria del servicio, se haya puesto al corriente de pago después de que en el mes de abril comunicara a sus trabajadores que no haría frente a las próximas normas. Así lo confirman fuentes sindicales a lavozdelsur.es tras mantener una reunión en la mañana de este viernes con AENA.
AENA, a mediados de 2020, adjudicó el mantenimiento técnico de varios aeropuertos —Málaga, Sevilla, Almería, Granada-Jaén y Jerez de la Frontera— a Ingemont Tecnología S.A., un contrato cercano a los 3,3 millones de euros. Sin embargo, la adjudicataria argumenta ahora que esta cantidad no es suficiente ya que el precio de vida debido a la inflación le deja sin margen de beneficios.
Los damnificados, como siempre, los trabajadores. Ingemont ha decidido no pagarles mientras solicita a la Administración Pública que aumente el importe del contrato, algo que, lógicamente, no se puede hacer. "No es que las administraciones no estén pagando", señala José Luis, uno de los afectados.
Desde AENA en la reunión más reciente no se han dado soluciones. Al menos de momento. La compañía se remite a las decisiones que se tomen en Madrid "porque es algo jurídico", por lo que están valorando las distintas acciones que pueden tomar contra Ingemont Tecnología S.A.. "No está claro que va a pasar ni cuando se va a solucionar el problema", explican. Estos impagos, según comentan trabajadores a este medio, no sólo están sucediendo en los aeropuertos andaluces, sino también en otros servicios en los que la misma empresa ha sido la adjudicataria.
Uno de los escenarios más posibles es que entre una nueva empresa ya que Ingemont Tecnología S.A. ha rechazado renovar por el mismo importe. No obstante, antes de que entre una nueva empresa, la ley establece una prórroga de seis meses para poder licitar un nuevo concurso. Seis meses en los que los trabajadores temen no ver un euro. "Imagínate el ambiente, sin perspectivas".
Además, los afectados están bastante limitados en cuanto a la toma de decisiones. Se han planteado paros, e incluso huelgas, pero en esto últimos los electricistas de aeropuertos están atados de pies y manos. En Málaga hay 15 en plantilla y, normalmente, los turnos son de dos en dos. "Al trabajar en aeropuerto somos servicios esenciales y mínimo tiene que haber dos trabajadores por la ley de prevención de riesgos laborales. Trabajaríamos los mismos pero el resto perdería dinero", comenta. Esto, traducido, significa que los servicios mínimos serían del 100%.
Otro de los miedos es ir a la huelga y que la empresa termine contratando a otros trabajadores a los que sí les pague. "No le vemos futuro a esa posible movilización", señalan. Esto no significa que los afectados se hayan quedado de brazos cruzados. Ya hay denuncias en la inspección de trabajo para que se sancione a la empresa.
También han preparado toda la documentación para una demanda laboral en caso de que recurrir al Sistema Extrajudicial de Resolución de Conflictos Laborales en Andalucía (Sercla) no dé sus frutos. "No vemos viable la huelga, pero lo jurídico no lo vamos a retrasar". "Lo peor que nos puede pasar es que pasen los seis meses y estemos sin cobrar. A partir de ahí la situación se estabilizaría con una nueva licitación, pero lo de esos meses no sabemos si lo ganaremos", apostillan.
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