"Tengo un nacimiento en casa durante todo el año, pero en verano le doy vacaciones", bromea Javier Gutiérrez Fernández (Jerez, 1955). "Y en Semana Santa lo cubro con un paño, por respeto", enlaza. Licenciado en Ingeniería Industrial, este jerezano ha estado los últimos 16 años trabajando como profesor de Tecnología en el IES Asta Regia (Jerez). No obstante, lleva casi 30 dedicándose a construir belenes a base de porexpan, escayola y espuma inyectada en la biblioteca de su casa. "Lo hago porque me encanta, lo disfruto y lo vivo. Para mí es una pasión", incide. Una pasión que mamó de casa gracias al club de arte Ánfora que montó su padre Francisco Gutiérrez en 1948 junto a otros artistas de Jerez.

"Muñoz Cebrián, Fernández Lira, Clavijo, Pepe Nadal... Todos se reunían en Porvera 32, en La Rebotica", cuenta este ingeniero que se crió en la farmacia que su padre tenía en la céntrica calle jerezana. "Ellos hacían exposiciones de pintura, escultura y poesía en Los Cisnes. Y en Navidad se dedicaban a hacer belenes", continúa. Desde que era un chiquillo, quiso ayudar en la creación de estos nacimientos, pero tan solo le dejaban arrugar el papel marrón que ellos colocaban sobre el corcho para hacer montañas en miniatura. "Antes las casas se hacían con escayola, y mi padre cogía el mortero que utilizaba para hacer los medicamentos como molde de las cúpulas de las casas", ríe.

Detalles del belén que Javier Gutiérrez tiene en su casa. FOTO: MANU GARCÍA.

Fue casarse en 1988 y empezar a hacer pequeños belenes en la que entonces era su vivienda en Montealegre. "Un compañero me habló de unos cursillos de belenistas y me apunté. Me gustó y empecé a hacer pequeñas cositas: fachadas de casitas, tallado en porexpan de piedra y ladrillo...", narra. No obstante, más tarde se muda a San Agustín, donde lleva montando belenes de 3x3 metros con figuras de 24 centímetros de Ángel Martinez (El Puerto) en la mitad de la biblioteca de su residencia desde 1990.

Recuerdo que una vez le enseñé a un grupo de sacerdotes el nacimiento que monté en mi casa, en el mes de junio

Entre nacimientos y dioramas —pequeños belenes en cajas rectangulares de temática más especial como el tabanco El Pasaje o un lagar—, Javier ha diseñado y construido más de 50 belenes y en estas tres décadas ha cosechado más de diez premios. Desde hace 28 años, este jerezano tiene por tradición empezar a montar el belén cada 1 de septiembre, estructura que en junio desmonta y tira al contenedor. "Recuerdo que una vez le enseñé a un grupo de sacerdotes el nacimiento que monté en mi casa, en el mes de junio", destaca el que llegó a ser el secretario de la Federación Nacional de Belenistas de España en los 90.

Una parte de la colección de belenes del mundo de Javier Gutiérrez. FOTO: MANU GARCÍA.

Asegura que ya tiene en mente la idea del belén que empezará a desarrollar en el próximo otoño. Para Javier la Navidad significa "satisfacción, alegría... Porque en mi casa va a nacer el niño Dios", y que para él lo fundamental es el nacimiento, "todo lo demás es ponerle una ubicación". Es por ello que este profesor andaluz tiene en su casa una colección de figuras de nacimientos de todo el mundo: Bolivia, Ecuador, Perú, Austria, Polonia, Croacia, Italia... "Me queda hacer el inventario todavía", confiesa.

Es tanto su amor por los belenes que traspasa hasta las puertas de su casa, ya que Javier logró montar el primer belén del instituto Asta Regia. Cataluña, Valencia y Cádiz son las zonas de España donde hay más arraigo del belenismo, una tradición que Javier continuó diez años después de que su padre falleciese. "Él nunca llegó a verlos... Empecé a hacerlos justo después... Creo que si los llega a ver me corregiría muchas cosas, sobre todo de la pintura", sonríe emocionado.

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Claudia González Romero

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