El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) ha ratificado la condena de diez años de prisión impuesta a un exsacerdote por abusar sexualmente de dos monaguillos en la parroquia de Santiago Apóstol, en Torrejón de Ardoz. Aunque los magistrados han modificado el delito de agresión sexual por el de abusos, la pena de cárcel se mantiene en su totalidad. La sala considera que los testimonios de las víctimas son consistentes, creíbles y verosímiles, descartando que se trate de una estrategia fabricada para perjudicar al acusado, como alegaba su defensa.
Los abusos comenzaron en 2012 y se prolongaron durante años
El condenado, como detalla elDiario.es, llegó en 2012 a la parroquia donde, según la sentencia, comenzaron los abusos. Aprovechaba los momentos de soledad con los monaguillos en la sacristía para realizar tocamientos e intentos de besos, actos que se extendieron incluso en un viaje de la congregación a Jerusalén. Las víctimas tenían 12 y 14 años cuando comenzaron los hechos. No fue hasta años después, ya fuera de la parroquia, cuando ambos jóvenes compartieron sus experiencias, descubrieron que sus relatos coincidían y decidieron denunciar ante las autoridades eclesiásticas.
El entonces obispo, Juan Antonio Reig Plá, tuvo conocimiento de los hechos tras la denuncia ante el tribunal eclesiástico de La Rota, que años más tarde concluyó con la expulsión del religioso del sacerdocio. El caso fue llevado posteriormente ante la Fiscalía, que formalizó una querella contra el cura en el año 2022.
Una defensa basada en la venganza y supuestos testigos no identificados
Durante el juicio, el ya exsacerdote negó en todo momento los abusos y esgrimió como argumento que los jóvenes querían vengarse por su supuesta rigidez mientras eran monaguillos. También sostuvo que no había tenido oportunidad de defenderse adecuadamente, ya que testigos que podrían haber declarado en su favor no fueron correctamente identificados ni comparecieron. El acusado alegó además problemas de salud posteriores a los hechos que, según él, le habrían imposibilitado físicamente para cometer los abusos.
Sin embargo, el tribunal considera que ninguna de esas justificaciones es válida y subraya la falta de pruebas médicas o testimoniales que sustenten su versión. La sentencia descarta que existiese una conspiración entre los dos jóvenes, como intentó sugerir su defensa.
Restricciones adicionales y medidas de alejamiento
Además de la pena de prisión, el TSJM mantiene una serie de medidas complementarias. El condenado tiene prohibido acercarse o contactar con las víctimas durante siete años, no podrá ejercer ningún tipo de actividad profesional que implique contacto con menores durante veinte años y deberá indemnizar a cada uno de los dos monaguillos con 2.000 euros. Todas estas sanciones buscan proteger a las víctimas y prevenir la reincidencia.
La sala hace especial hincapié en que los relatos de las víctimas han sido coherentes y han mostrado una consistencia temporal y emocional que refuerza su veracidad. En este sentido, los jueces subrayan que el acusado no ha logrado aportar indicios suficientes para cuestionar que los hechos sucedieran tal como los describieron los monaguillos. Tampoco ha acreditado que se tratase de una “maniobra orquestada”, como sostenía su defensa.
El exsacerdote, que fue expulsado del estado clerical hace más de un año, todavía dispone de la posibilidad de presentar recurso ante el Tribunal Supremo, aunque hasta el momento no se ha comunicado formalmente si recurrirá. La resolución del TSJM representa un nuevo respaldo judicial a las víctimas y una reafirmación del criterio de la Audiencia Provincial, que ya impuso la condena en primera instancia.