Una organización criminal con al menos 15 personas involcuradas introducía droga a través de un embarcadero en Lebrija, según la Policía Nacional, que ha desarticulado a la banda en la llamada Operación Runner-Newton, a orillas del río Guadalquivir. Además, se le imputan delitos de blanqueo de capitales, fraude a la Seguridad Social, falsedad documental y pertenencia a organización criminal. En el operativo se han intervenido 700 gramos de éxtasis, 25.000 euros y 6.800 dólares en efectivo, seis vehículos de alta gama, tres máquinas de contar billetes, una moto acuática, documentación relacionada con la actividad ilícita, teléfonos móviles y dispositivos informáticos.
Además, en un vehículo vinculado presuntamente con la trama se ha localizado un kilogramo de cocaína, un kilogramo de metafentamina, un arma corta con el número de serie borrado, cuatro cargadores con 51 cartuchos, un chaleco antibalas y un inhibidor de frecuencias. En este marco, se ha procedido al bloqueo de los productos financieros a nombre de los investigados y las mercantiles controladas por el entramado. Así, se ha procedido a la traba de dos bienes inmuebles valorados en 600.000 euros, así como 19 vehículos y tres embarcaciones, valorándose los bienes muebles trabados en 400.000 euros.
La Policía indica que los presuntos líderes de esta red eran dos hermanos afincados en Marbella y habrían creado supuestamente una trama societaria que facilitaba cobertura a dos tiendas de ropa de marca para "canalizar en el circuito financiero legal las ganancias obtenidas con el tráfico de sustancias estupefacientes". Entre los arrestados figuran empleados de una entidad bancaria y una gestoría de Sevilla. La investigación se ha iniciado el amparo del Juzgado Central de Instrucción número tres de la Audiencia Nacional en noviembre de 2018, con la aprehensión de 900 kilogramos de cocaína en el puerto de Algeciras y ha continuado, en una segunda fase, con la desarticulación de una trama de narcotraficantes de origen holandés dedicada a la introducción de grandes cantidades de cocaína por medio de contenedores, según señala.
Así, de los vínculos con la trama holandesa, la Policía ha destacado "una rama de traficantes con base de operaciones en Sevilla, cuyos líderes la dirigían desde Marbella". Explica que la organización se dedicaría al transporte, puesta a punto, aprovisionamiento de combustible y botadura de narcolanchas, a través de un narcoembarcadero en el río Guadalquivir, a la altura de Lebrija. Continuando con las indagaciones, agentes del Grupo I de estupefacientes Udyco Costa del Sol Málaga y del Grupo II de Udyco Sevilla han localizado la infraestructura utilizada por la presunta red delictiva, entre ella naves industriales y vehículos utilizados para el transporte de las narcolanchas, un marco en el que se ha identificado y detenido a 15 personas por su presunta implicación en la trama.
De modo paralelo, se ha iniciado, por parte del Grupo III de Blanqueo de Capitales UDEF Málaga, una investigación económica y patrimonial, ante el "elevado nivel de vida de los cabecillas de la organización, incompatible con sus actividades laborales aparentemente legales". Según las pesquisas practicadas, los principales investigados habían creado un "entramado societario" que proporcionaba cobertura a dos tiendas de ropa de marca, ubicadas en Sevilla y Puerto Banús (Marbella). A través de estas sociedades, afirma que los investigados canalizaban presuntamente "las ganancias del tráfico de drogas, adquirían bienes de gran valor y accedían a préstamos y productos bancarios".
Asegura que la cúpula de la trama "ocultaba en todo su momento su vinculación con las sociedades, utilizando a personas interpuestas de su círculo familiar o de su propia confianza". En este sentido, explica que las compañías cambiaban de partícipes y de administradores "a conveniencia de la organización, simulando contratos de trabajo, nóminas e incluso beneficios, al objeto de justificar la entrada, en el circuito financiero, de elevadas cantidades de dinero". Además del propio círculo familiar, afirma que la trama se valía supuestamente de dos empleados de una gestoría, que se encargarían de "los trámites en relación con los cambios de titularidad de las sociedades, la simulación de beneficios de la sociedad, la adquisición de vehículos de alta gama y el apaño de nóminas, que proporcionarían apariencia legal a los ingresos de uno de los principales investigados y de su expareja, permitiendo incluso a esta última acceder a prestaciones de la Seguridad Social".
Igualmente, indica que la investigación ha constatado la participación de dos empleadas de una sucursal bancaria ubicada en Sevilla, las cuales habrían presuntamente favorecido que "uno de los cabecillas operase en todo momento con las cuentas bancarias que se encontraban a nombre de las sociedades o de terceros, a pesar de no figurar como titular, ni autorizado, ni apoderado de las mismas". Fruto de las pesquisas, se determinó, además, que estas trabajadoras de la entidad bancaria habrían supuestamente permitido que el investigado contratase diferentes productos como préstamos o seguros, "a nombre de terceros". "Los préstamos permitirían a la organización lograr financiación con apariencia legal que luego amortizarían con dinero proveniente de actividades ilícitas", añade.
Asimismo, asegura que ha quedado también acreditada la participación de un empleado de una correduría de seguros, que habría supuestamente tramitado seguros para los vehículos del entramado "accediendo a que figurasen como tomadores y asegurados terceras personas interpuestas para lograr la ocultación de los mismos".
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