Dani Alves, de 42 años, atraviesa una nueva etapa personal marcada por la fe y la búsqueda de redención. Tras un periodo de gran exposición mediática y meses en prisión el pasado año, el exfutbolista brasileño, que fue acusado y posteriormente absuelto de agresión sexual en una discoteca de Barcelona, ha decidido reordenar su vida y volcarse en la religión.
El que fuera jugador del FC Barcelona y de la selección brasileña muestra ahora una faceta profundamente espiritual. En sus publicaciones en redes sociales, seguidas por más de 35 millones de personas, comparte mensajes de esperanza y pasajes de la Biblia que acompañan fotografías de su día a día. En la biografía de su cuenta de Instagram puede leerse, en letras mayúsculas, una declaración de principios: "Discípulo de Cristo Jesús".
La transformación del exdeportista quedó patente en un vídeo difundido durante el fin de semana, en el que se le ve participando en el tercer congreso de jóvenes de la Iglesia Elim, en Girona. En las imágenes aparece con los brazos en alto, cantando junto a una multitud de fieles. El encuentro religioso tuvo lugar en este templo de orientación evangélica, dirigido por el pastor Jimmy Martin.
La Iglesia Elim celebra sus cultos los martes por la tarde y los domingos por la mañana, además de organizar estudios bíblicos y encuentros de carácter comunitario. Este último evento, que reunió a centenares de asistentes, contó con la presencia de Alves como invitado especial, lo que ha generado gran repercusión en las redes sociales.
El exjugador parece haber encontrado en la doctrina evangélica un refugio espiritual tras los acontecimientos que marcaron su vida en los últimos años. Los evangélicos, una corriente cristiana que considera la Biblia como máxima autoridad y da especial relevancia a la conversión individual, se distinguen del catolicismo por no reconocer la autoridad del Papa y por su énfasis en la predicación.
Alves, según ha expresado públicamente, considera su reciente trayectoria personal como una "bendició"”. En poco tiempo, pasó de la cárcel a recuperar la libertad, reconciliarse con su pareja, Joana Sanz, y celebrar el nacimiento de su hijo. Un proceso que él interpreta como una muestra de la misericordia divina.
"Mi Señor, yo hago un pacto contigo"
En uno de los vídeos compartidos en internet, Alves relató su experiencia durante el tiempo que pasó privado de libertad. "Hay que tener fe, yo soy la prueba de eso. Lo que Dios promete es lo que cumple. Ahí dentro hice un pacto con Dios: ‘Mi Señor, yo hago un pacto contigo’”, afirma en el vídeo.
El exfutbolista también explica las condiciones de ese compromiso espiritual. "Le dije: ‘Te voy a servir, pero tú cuida de mi casa, de los corazones de las personas que no me abandonarán. Porque el amor es amar cuando uno no lo merece, que fue lo que Cristo hizo por mí y por ustedes”, añade en su testimonio.
Aunque Alves no ha publicado en sus propias redes sociales su participación en el acto religioso, varios asistentes difundieron imágenes del momento. "El mensajero que se ganó esta alma para Cristo, Dani Alves", escribió una de las cuentas que compartió el vídeo. Otra publicación resumía el espíritu del encuentro con una frase que muchos seguidores han replicado: "La fe que transforma, de futbolista a predicador de la palabra. La gloria solo es para Dios".



