Juana Canal desapareció en Madrid en febrero de 2003. Tenía 38 años, dos hijos y estaba divorciada. No se supo nada más de ella hasta que en el año 2019, un senderista se encontró unos restos óseos de un fémur y su cráneo en un paraje de Ávila.
Hace apenas una semana, en la misma zona rural, un operativo de la Unidad de Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV) de la Policía Nacional y la Guardia Civil de Ávila hallaron nuevos restos óseos. En concreto, otro fémur, la cadera, parte de la columna vertebral y una costilla. Las pruebas de ADN han confirmado que se tratan de restos del cuerpo de Juana Canal.
En febrero del próximo año, el crimen de Juana prescribiría, pero se ha logrado dar con el culpable de su muerte a tiempo. El miércoles, agentes de la Policía Nacional detuvieron a J.P.R., la que fuera la pareja de la víctima y autor confeso de su asesinato.
El principal sospechoso ha declarado que fue él la persona que descuartizó y ocultó los restos de Juana.
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