José Bayón (Segovia, 1978) es uno de esos altos cargos de la administración que no suele salir en la prensa. Es consejero delegado de Enisa, la Empresa Nacional de Innovación, desde octubre de 2018, dedicada a líneas de financiación para empresas que buscan nuevos modelos de negocio, una empresa pública nacida en tiempos de José María Aznar. Ingeniero industrial, Bayón pasó por Alemania mientras estudiaba y trabajó para Airbus, con continuo contacto con Sevilla y Puerto Real. En los anteriores cuatro años a dar el salto a la política nacional, fue teniente de alcalde en Segovia por el PSOE, dedicado al área económica. Es uno de esos políticos con alta formación técnica y desarrollo en la privada. Aparentemente en forma y en camisa blanca, joven y expresivo. En la lista, posiblemente, de alguna de esas precipitadas renovaciones de Gobierno que tienen lugar cíclicamente. Estos días los ha pasado en una breve desconexión de menos de una semana en Conil, antes de volver a Madrid a trabajar.
Le ha tocado participar en el Gobierno desde un lugar en el que se exige llevar la economía al siglo XXI.
Era una de las cosas que me atraía. Ya hice un esfuerzo en Economía y Empresas en Segovia. Ahora es a nivel nacional. Es un alto cargo aunque no tan visible. Apostamos por una economía más desarrollada, sostenible tecnológica… Todo lo que se ha visto que nos falta.
¿Lo revolucionario no sería más bien por la industria, volver atrás?
Sin duda. Mi profesión es la industria siendo ingeniero. Los sitios con industria se desarrollan más. Se ve en Puerto Real o Sevilla. Hemos visto ahora las carencias que supone la falta de industria. Pero no se hace en un día o dos. Inviertes desde lo público, pero el resultado no se ve a corto plazo.
Esta crisis es coyuntural y a dos velocidades. Las empresas digitalizadas aguantan mejor"
Los procesos de reindustrialización de las últimas décadas en Andalucía no parecen muy exitosos.
No es mi área directa, así que tendré cautela. Hay cosas que se han hecho bien. Pero sí sabemos que hace falta iniciativa público-privada, y tienes que hacer una industria orientada al futuro. No vale que venga simplemente alguien. Tienes que sumarte al futuro, especializarte para competir a nivel mundial. El reto es convertir eso en estructural. Ha pasado puntualmente en algunos sitios, pero no a nivel de país. Esa es la reflexión, creo.
¿Ayudaría reducir la carga fiscal?
Se pone el foco en eso porque somos un país de pymes. Pero si te fijas, respecto a la política industrial, y aunque puedo estar equivocado, la carga fiscal no es la clave. Tienes que juntar capital privado y público y apostar por la formación. Esa es la clave.
¿Falta cultura del emprendimiento?
Según los estudios que tenemos, ha mejorado. La innovación es tan antigua como el mundo. Cádiz tiene mucha historia de innovación desde hace siglos. Pero tiene que convertirse en nuestro modo de vida, en empresas que compiten. Vamos avanzando, aunque nos queda. Pero siempre digo que el emprendimiento no es un fin en sí mismo, y no es lo único que resuelve. Hay mucho emprendimiento por necesidad. Pero las empresas tecnológicas han aguantado mejor el golpe. Tenemos que ir a eso.
José Bayón, tras la entrevista. FOTO: MANU GARCÍA
¿Es la razón de que seamos el país europeo que más PIB ha perdido en lo que llevamos de crisis?
Sí. Esta crisis es coyuntural, de un motivo claro, no es estructural como la anterior. Estamos relacionados con el turismo, y eso hace que sea más difícil, porque congela el contacto físico, es lo peor que nos puede pasar. Pero tenemos un sector turístico muy bueno, que es más moderno. Y a la vez tenemos que apostar por otra industria, claro. Pasaremos una temporada más fría, pero veo dos velocidades. Las empresas más tecnológicas aguantan mejor. En el ámbito digital no te va tan mal. El que apuesta por sostenibilidad, tampoco lo está pasando tan mal. Los sectores más tradicionales, sí. Por eso es una crisis a dos velocidades. Esa es una característica de esta crisis. Otra cosa diferente a la anterior es la respuesta europea. Son cerca de 700.000 millones para relanzar la economía, 140.000 para España. Es la primera vez que estamos en el gran paquete de desarrollo.
¿Saldremos mejores de esta crisis?
Yo creo que sí. Pero insisto es que son dos velocidades, como en clase. Los que van más rápidos no pueden frenarse, y tienen que tirar de las que se quedan atrás, y hay que ayudarles mucho. Podemos salir más reforzados. No tengo una bola de cristal. Que es una pandemia más, solo que es la primera de nuestra generación. Y luego el mundo sigue. ¿Qué nos va a quedar? Una mayor digitalización, ciertas transformaciones como el teletrabajo, en los hábitos de vida, nuevos consumos, vida más sanas... Pero el mundo seguirá rodando. Y quedarán, insisto, digitalización y sostenibilidad. Tarde o temprano el virus se controlará, y volveremos.
En Alemania no son más listos, es una cuestión de organización"
¿Trabaja cerca de Pedro Sánchez? Suele hablar de innovación desde que llegó a la presidencia.
Lo conozco de hace tiempo, sí, pero ahora no, ahora mi trato es con la ministra de Industria, Reyes Maroto, y su equipo. El Gobierno valora mucho la labor de Enisa. Hemos adelantado el calendario para aprobar las líneas de financiación. Y trabajamos para las pymes, industria, y un emprendimiento que transforme el modelo productivo, desde muchas áreas del Gobierno, como Economía, Transición Ecológica, Agricultura... Tratamos de ser útiles para todos.
¿Qué proyectos han apoyado en Cádiz?
En toda España hemos financiado alrededor de 6.000 empresas, más de 1.000 millones. En Cádiz, 60, con más de 7 millones. Las bodegas Ximénez-Spínola tiene dos préstamos, PCTracker, en Jerez, que es una app para controlar obras, o Smart Protection, de Los Barrios, que comercializan aspiradores para excrementos de perro. Nos preocupa mucho que haya oportunidades en todas las provincias, por el desempleo o la despoblación. Animamos a todos a que se lancen. Tenemos una herramienta financiera, que llevamos más de 1.000 millones, que es un préstamos participativo, y estamos en 12 fondos de inversión. Y trabajamos para fomentar la cultura del emprendimiento desde las instituciones, poniendo el foco en sectores, y lo hacemos en Andalucía con la Agencia IDEA, por ejemplo. No cursos de emprendimiento, que eso es la Escuela de Organización Industrial.
Una vez me dijeron que Cádiz tiene los hierros, pero no les da forma para tener una Torre Eiffel, de forma metafórica. ¿Está de acuerdo?
No sería tan categórico. Pero sí tenemos la materia prima, eso sí. He trabajado mucho en esta provincia y lo he visto. No lo digo como político sino como ingeniero que ha trabajado aquí. Tenemos formación, pero tiene que ser más sistémico. No puede quedar al albur de que alguien más o menos espabilado monte un negocio. Tiene que estar la universidad, nuestros centros de formación profesional, nuestra clase debe conocer esa innovación... Nuestro capital privado no ha invertido muchos años en emprendimiento. Tenemos que convertir esos hierros en un sistema, una organización, reunir educación y emprendimiento. He trabajado y estudiado en Alemania, y no es que sean más listos, es una cuestión de organización, de juntar capital público con capital privado.
Repasando la base del concepto: ¿por qué hay que apoyar empresas que de por sí no sobreviven?
Apoyamos proyectos innovadores. Otra cosa es que nos equivoquemos. No creo que haya que plantearlo así. Las empresas deben funcionar por sí mismas. No somos el ICO, que es para ayudas puntuales, pero nosotros apoyamos proyectos viables. Sobre el papel no apoyamos lo que no pueda sobrevivir por sí mismo, aunque a veces falles. El préstamo participativo es financiar un tramo en un momento. Por ejemplo, para las startups, hemos financiado empresas muy innovadoras como Cabify, Ticketea, Scalpers, Wallapop, Glovo, Ecoalf, motos eléctricas, Masmovil... No se conoce el impacto hasta que se habla de estas empresas. Otorgamos un rating y financiamos una parte, o a veces no pasan el corte. A estas empresas les ocurre que después de empezar con ahorros propios se van quedando sin combustible, y les dan ayuda o bancos o inversores. En ese espacio, el equity gap, actúa Enisa. Son préstamos sin aval ni garantía. Si no sale, no hundimos a nadie. Otros bancos, inversores, les machacan si no sale bien, y financiamos sin entrar dentro de las empresas. Cofinanciamos hasta un 50% y así arrastramos a otros, porque al final somos Gobierno. Y cobramos tras siete, nueve años. No estamos para ganar dinero, aunque siempre intentamos cobrarlo. En la medida que la empresa vaya bien, cobramos un interés más alto, entre el 5 y el 8%. Los intereses sí son altos, pero para compensar.
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