La Fiscalía ha solicitado prisión incondicional para el individuo de 30 años, con "antecedentes penales por violencia de género" y que circulaba a gran velocidad y sin permiso de conducir —tenía en vigor dos retiradas del mismo ordenadas por sendos juzgados de lo Penal—, detenido tras darse a la fuga por el atropello que costó la vida al barqueño Juan Carlos Cortés Aguilar, de 53 años, el pasado sábado por la noche en la Ronda del Tamarguillo de la capital sevillana.
En la mañana de este miércoles la Policía Local de Sevilla ha puesto a disposición judicial al presunto homicida que presuntamente conducía el turismo y que, tras darse a la fuga sin auxiliar al peatón, tuvo tiempo de pararse unos metros adelante para quitar restos del paragolpes tras el brutal impacto. En su comparecencia ante el Juez de Instrucción nº 19 de Sevilla, la Fiscalía ha solicitado su ingreso en prisión incondicional en base al historial delictivo por este tipo de conductas, ya que “si hubiese estado en prisión no se hubiese producido este accidente”.
A la espera de resolución de la magistrada juez, el detenido, vecino de Las Letanías —en el Polígono Sur sevillano— y que al parecer se encontraba acompañado en el vehículo por una chica, se encuentra custodiado en los calabozos de la sede judicial del Prado de San Sebastián. Mientras un equipo especializado de la Policía Local continúa con las diligencias de investigación del siniestro vial, tanto la viuda del fallecido, Mari Carmen Martínez Vargas, como su hermana Lidia Cortés Aguilar, reclaman justicia para que el detenido cumpla "la máxima pena".
El presunto homicida, según la Policía Local sevillana, se enfrenta hasta a cuatro delitos —homicidio imprudente, por conducir sin permiso en vigor, por ausentarse del lugar del accidente sin auxiliar a la víctima y contra la salud pública, ya que en el registro domiciliario cuando estaba en busca y captura hallaron una plantación de marihuana—.
Juan Carlos, que vivía en Sevilla desde hacía unos 30 años y que en la actualidad residía junto a su pareja en San José de la Rinconada, era natural de La Barca de la Florida, ELA jerezana que vive en los últimos días consternada por el terrible suceso. El atropello mortal se produjo poco después de las once de la noche del pasado sábado, nada más salir del bar Tamarguillo Tapas, donde trabajaba como cocinero desde hacía un par de años y "donde era muy querido por sus compañeros".
De hecho, la idea aproximada de la enorme velocidad a la que circulaba el vehículo que le segó la vida la ofrece la compañera que justo cruzaba con él el paso de peatones a las puertas del local. "La compañera de mi hermano, que salió disparado 35 metros despedido, dice que el coche iba volando, ella no lo vio ni pasar", cuenta Lidia a lavozdelsur.es, a la espera de que las autoridades determinen a qué velocidad se produjo el fatal impacto.
"Estaba saliendo del trabajo, a un metro de la puerta del bar, en el paso de peatones justo delante del mismo bar; salió de trabajar para coger su coche y lo barrió un delincuente a toda velocidad, por lo que consta incluso como accidente laboral por el tiempo de desplazamiento", abunda la hermana de la víctima, presa como la viuda de Juan Carlos de la impotencia por una fatalidad totalmente evitable.
Se busca a la acompañante del presunto homicida
"Con toque de queda, sin apenas coches en esa avenida, un segundo más o menos y estaría vivo. Es una impotencia total porque esto, aparte, no es un accidente por un despiste con el móvil, como puede pasarle a más de uno, sino que es que este perla no tendría que haber tenido las manos en el volante", relata con indignación, con el móvil saturado de llamadas y reacciones a una noticia que ha causado un hondo pesar en la localidad natal del fallecido.
Pese a que el presunto homicida ha sido detenido, "no se ha entregado, se pactó que, o iba a comisaría, o iban a por él", la sensación es que en poco tiempo estará en la calle. "Se juzga esto como homicidio por imprudencia, como un despiste que puede pasarle a cualquiera, pero este era un delincuente, con antecedentes penales por violencia de género, y que ni siquiera dio auxilio al hombre que había atropellado. Queremos justicia, pero sabemos lógicamente que a Carlos ya no nos lo va a devolver nadie", explica una mujer que incluso ha pedido a vecinos y vecinas que no acusan a su casa porque su padre "no sabe nada, tiene 85 años y su ilusión solo era que viniera Carlos. Como se entere, lo matan también".
Carlos, con un hijo de 23 años, "era un buenazo, mi madre se ha tirado toda la vida diciéndole que era tonto porque prestaba todo, daba dinero que no tenía a los demás, era muy gracioso..., yo le reñía y acababa riéndome porque soltaba al final una barbaridad…", recuerda su hermana, asegurando también que el jerezano era "muy amigo de todos sus amigos de toda la vida… Se había enamorado hace cinco años y era feliz, y nosotros felices porque estaba con mi cuñada. Estaba en su mejor momento...".
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