Aquí no hay quien marisque

José Marín, mariscador desde los nueve años, no puede faenar desde el inicio del confinamiento

José Marín, mariscador de San Fernando, en plena Bahía. FOTO: MANU GARCÍA
José Marín, mariscador de San Fernando, en plena Bahía. FOTO: MANU GARCÍA

José empezó a mariscar con nueve años. Iba al colegio, pero algunos amigos suyos ya habían dejado los estudios a esas alturas, y un día se encontró a varios con los que se fue a buscar coquinas. “Sus padres eran mariscadores, ya habían ido alguna vez y me fui con ellos”, relata José Marín. “Así se aprende, con la práctica, porque el ojo de la coquina cuesta tiempo distinguirlo. Es como una aguja de coser. Hay que saber apreciar si se trata de un ojo de coquina o uno de los miles y miles que hay en la marisma”. “Para coger ocho o diez kilos de coquinas necesitas estar seis meses yendo todos los días… una vez que limpias el marisco te quedas con un kilo, el resto son desechos”.

Durante su extensa trayectoria profesional, José ha sido ayudante de zapatería, ha trabajado en bares o carpinterías, pero el marisqueo ha sido su principal sustento. Ahora no puede ejercerlo. Desde que empezó el estado de alarma está parado. José Marín es uno de los 300 mariscadores a pie de la provincia de Cádiz. Ahora ha interrumpido su actividad debido a que no pueden depurar el marisco. Las depuradoras que hay en la provincia, privadas, están cerradas.

José Marín, que es también presidente de la asociación de mariscadores Virgen del Carmen de San Fernando, pide al Ayuntamiento isleño en una carta remitida recientemente que le permita culminar su proyecto de construcción de una depuradora, un estero y una nave de cría de moluscos en el entorno del Club Náutico Puente de Hierro. El Consistorio concedió en 2011, con el popular José Loaiza al frente, una subvención de 120.000 euros para que la asociación construyera la depuradora en la parcela de La Chapela, pero la iniciativa todavía no se ha puesto en marcha. El Ayuntamiento isleño, ahora en manos del PSOE, solicita a la asociación la devolución de más de 30.000 euros de la subvención.

José, lavándose las manos en la nave. FOTO: MANU GARCÍA

El Ayuntamiento isleño inició en 2016 el procedimiento para reclamar 30.000 euros de estas ayudas a la asociación, que calcula que apenas le faltan 5.000 euros para poder concluir el proyecto, con el que podrían volver a mariscar. “Estamos parados por culpa del PSOE, antes por la Junta y ahora por el de San Fernando”, critica José Marín. Las obras de la depuradora están terminadas, con recursos propios, a falta de la autorización de la Junta de Andalucía para poder abrir los puestos, con la intención de que se incorporen seis trabajadores y, en el plazo de seis meses, otros 15 mariscadores.

El Ayuntamiento, gobernado por la socialista Patricia Cavada, le reclama a la asociación la devolución de una parte de la subvención concedida para la construcción de la depuradora al entender que no se había utilizado para los fines previstos, como gastos de personal o un contrato relacionado con la construcción de la nave. En un comunicado de hace unos meses, la asociación de mariscadores denunció la “actitud persecutoria" contra "los más débiles" del Consistorio, al que le reclaman otra subvención de 35.000 euros, aprobada en pleno.

José Marín, con la nave donde la asociación ha instalado la depuradora. FOTO: MANU GARCÍA

“No podemos trabajar, nos quieren quitar de en medio”, denuncia José Marín, uno de los pocos mariscadores a pie de la provincia que cuenta con carné para ejercer. La mayoría lo hace de manera furtiva. “Han dado 22 carnés hace unos cinco meses, pero diez personas que lo pidieron se quedaron sin ellos. Algunos llevan mariscando desde que tenían diez años y no dan más porque habría sobreexplotación, nos dicen”, cuenta Marín. “Dan puntos a quien haya hecho un curso de empaquetar ostiones, y tengo amigos con 50 años de experiencia a los que no se lo dan, no tiene sentido”, denuncia.

“Para tener el carné tienes que darte de alta en Sanidad, algo que veo muy bien, pero hay mucha gente mariscando sin carné, que debería tenerlo, y que si no coge nada en su casa no se come”, señala Marín. Él, mal que bien, se gana la vida cogiendo coquinas. “Dependiendo de lo que tengas vendido antes de salir, eso es lo que coges”, relata. Coquinas y ostiones es lo que más “merece la pena” en la Bahía. “No podemos depender de nadie para depurar, ahora dependemos de empresas privadas y no podemos trabajar”, insiste Marín.

La Consejería de Agricultura, Ganadería, Pesca y Desarrollo Sostenible de la Junta de Andalucía expidió 50 nuevos carnés profesionales para marisqueo a pie en el Golfo de Cádiz hace unos meses, “una demanda histórica del sector”, según la Consejería, y que algunas asociaciones de coquineros consideran “un número insuficiente para acabar con el furtivismo”. “Existen carnés de marisqueo a pie vacantes en las provincias de Huelva y Cádiz debido a la falta de renovación de los mismos por parte de sus titulares”, señala la Administración, que otorgó 30 nuevas licencias en la provincia onubense y 20 en la gaditana.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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