La pandemia ha tenido un impacto dramático en la vida de las personas en Europa y en todo el mundo. Ha llevado a una reducción de más de un año de esperanza de vida en la UE en 2021 en comparación con el nivel anterior a la pandemia, la mayor caída observado en la mayoría de los países de la UE desde la Segunda Guerra Mundial. A finales de octubre de 2022, más de 1,1 millones de COVID-19 se habían notificado como muertes en los 27 países de la UE.
Las estadísticas de exceso de mortalidad apuntan a que otras 300.000 personas mueren como resultado directo o indirecto de la pandemia. Más del 90% de las muertes por COVID-19 han ocurrido entre personas mayores de 60 años.
El Comité de Seguridad Sanitaria de la UE (Health Security Committee HSC de la UE), que se reunió este jueves para analizar la situación ante el incremento de casos de COVID-19 en China acordaron mantener una "vigilancia activa" ante la aparente explosión de contagios de coronavirus en China, y el compromiso de seguir en contacto para examinar posibles iniciativas conjuntas, como las que ya reclama públicamente Italia.
España ha remarcado la importancia de continuar la senda de la coordinación europea en las políticas sanitarias. Los países miembros han insistido en la importancia de continuar con una vigilancia activa, incluyendo la secuenciación del virus como herramienta fundamental.
El Ministerio de Sanidad recomienda a los viajeros cuyo destino o procedencia sea China tengan pauta de vacunación completa y que mantengan las medidas de precaución. Recuerda la importancia de la vacunación contra la COVID-19 y recomienda a aquellas personas que no hayan completado su pauta vacunal que lo hagan. Sanidad insiste en la importancia de vacunarse con la segunda dosis de recuerdo con vacunas adaptadas de variantes, especialmente a las personas más vulnerables.
La ministra de Sanidad, Carolina Darias San Sebastián, ha explicado que se trabaja en coordinación a nivel internacional y nacional con el objetivo de que la situación se mantenga estable en nuestro país. La Ponencia de Alertas y la Comisión de Salud Pública se reunieron ayer para actualizar y compartir los datos sobre la pandemia y las posibles medidas a adoptar en función de la evolución de la situación.
El Ministerio de Sanidad insiste en la importancia de realizar una vigilancia activa, en la secuenciación del virus y de continuar con la vacunación con la segunda dosis de recuerdo con vacunas adaptada a las nuevas variante.
✅ El consejero @eruizescudero ha pedido a @sanidadgob que sea obligatorio para entrar en España un test negativo en origen, ante la baja eficacia de las vacunas chinas.
— Comunidad de Madrid (@ComunidadMadrid) December 30, 2022
👴👵 Se mantienen las visitas sin restricciones en residencias de mayores, con uso obligatorio de mascarilla. pic.twitter.com/qz2TqOGhc0
China se aleja cada vez más de su política de cero Covid-19 con la simplificación de los controles y experimenta una oleada violenta que provoca millones de pacientes y muchos fallecidos cada día, así como la sobresaturación de los servicios en los hospitales, funerarias y crematorios.
En Beijing suben los enfermos en estado crítico, en su mayoría son ancianos. Las autoridades estiman que más del 80 por ciento de los 23 millones de residentes de la capital china se contagió y un cuatro por ciento desarrolló el fenómeno de “pulmones blancos”, una condición severa de neumonía.
En ese contexto el Gobierno chino aprobó este viernes la importación del antiviral estadounidense Molnupiravir y planea administrarlo a adultos mayores, individuos con sobrepeso, insuficiencia renal, diabetes, cardiopatías o problemas pulmonares. Será el segundo medicamento extranjero con aval para usarse en el país, tras la pastilla Paxlovid de Pfizer. 25 millones de ancianos todavía están desprotegidos.
El impacto de la COVID-19 en la mortalidad ha sido más bajo en los países nórdicos (Islandia, Noruega, Dinamarca y Finlandia), y más alto en los países de Europa Central y Oriental (Bulgaria, Hungría, Croacia, República Checa, Eslovenia, Letonia y Rumania).
Muchos factores explican las diferencias entre países en la mortalidad por COVID-19, incluidas las condiciones de salud preexistentes y las vulnerabilidades de la población antes de COVID-19, el momento y la efectividad de las estrategias de contención, la aceptación de la vacunación contra COVID-19 y las diferencias en la capacidad de los sistemas de salud para responder eficazmente a los desafíos sin precedentes impuestos por COVID-19.
El Comité de Seguridad Sanitaria de la UE se creó en 2001 a petición de los ministros de Sanidad de la UE como grupo consultivo informal sobre seguridad sanitaria a escala europea. En 2013 formalizó y reforzó su papel.
El Comité tiene el mandato de reforzar la coordinación y el intercambio de las mejores prácticas y la información sobre las actividades nacionales de preparación.
Los Estados miembros también se consultan mutuamente en el seno del Comité con vistas a coordinar las respuestas nacionales a las amenazas transfronterizas graves para la salud, incluidos los acontecimientos declarados emergencia de salud pública de importancia internacional por la Organización Mundial de la Salud de conformidad con el Reglamento Sanitario Internacional.
El Comité también delibera sobre los mensajes de comunicación a los profesionales de la salud y al público con el fin de proporcionar información coherente y adaptada a las necesidades y circunstancias de los Estados miembros. Está presidido por un representante de la Comisión, que también se encarga de la secretaría.
Los informes de la CE sobre la pandemia
Desarrollado por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) en cooperación con la Comisión Europea, la serie de informes Panorama de la salud: Europa evalúa los progresos de la UE hacia sistemas sanitarios eficaces, accesibles y resilientes. Este informe, que se publica cada dos años, presenta una evaluación equilibrada y descriptiva de todos los países de la UE basada en datos e indicadores disponibles públicamente.
La edición 2022 de Health at a Glance: Europe examina los principales desafíos que los países europeos deben abordar para desarrollar sistemas de salud más fuertes y resilientes tras la fase aguda de la pandemia de COVID-19. Incluye un enfoque especial en cómo la pandemia ha afectado la salud mental y física de los jóvenes. El informe hace hincapié en la necesidad de medidas adicionales para evitar que la pandemia de COVID-19 deje cicatrices en una generación de jóvenes.
Esta edición de Health at a Glance: Europe también evalúa la interrupción de la pandemia de una amplia gama de servicios de salud para pacientes no COVID, así como las respuestas políticas que los países europeos desplegaron para mitigar las consecuencias negativas de estas interrupciones. También aborda una serie de factores de riesgo conductuales y ambientales críticos que han afectado significativamente la salud y la mortalidad de las personas, enfatizando la importancia de centrarse más en la prevención de enfermedades transmisibles y no transmisibles.
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