La presidenta de la Asociación de Mujeres con Cáncer de Mama de Sevilla (Amama), Ángela Claverol, ha señalado que el consejero de Sanidad de Andalucía, Antonio Sanz, atribuyó el origen de los problemas detectados en el programa de cribados de esta enfermedad a órdenes verbales impartidas por determinados jefes de servicio.
Según Claverol, Sanz explicó que los jefes de servicio indicaron que no era necesario contactar directamente a las mujeres, ya que esa labor sería asumida por una empresa externa. La presidenta de Amama ha precisado que esta explicación surgió durante la reunión que mantuvo con el consejero para analizar los fallos en la comunicación de los resultados de mamografías con hallazgos dudosos.
Claverol ha mantenido también este jueves un encuentro con la ministra de Sanidad, Mónica García, en el que ha reitrado que Sanz no especificó a qué empresa se refería. Al ser cuestionado nuevaente sobre este punto, el consejero aludió de manera general a determinadas personas o grupos de trabajo, sin ofrecer información concreta.
La presidenta de Amama ha reconocido que, pese a los intentos por clarificar la cuestión, no logró obtener una respuesta precisa sobre el origen de los errores en el programa de cribado, lo que deja pendientes las explicaciones sobre la gestión y supervisión de este servicio sanitario para la asociación.
La reunión con la ministra
La ministra de Sanidad, Mónica García, ha anunciado que su departamento recurrirá a todas las acciones legales disponibles para que las comunidades autónomas gobernadas por el PP faciliten los datos sobre los cribados de cáncer de mama, cuya gestión considera fuera de control en Andalucía. García ha denunciado que la sanidad pública ha sido fragmentada con fines de privatización y ha subrayado que el Ministerio busca garantizar la transparencia en la información sobre estos programas de detección.
Tras reunirse con la asociación Amama, que había alertado de irregularidades en Andalucía, la ministra ha señalado que el Gobierno continuará insistiendo en obtener los datos necesarios para esclarecer la situación. La preocupación se centra en la falta de comunicación de resultados no concluyentes de mamografías, que deberían haber derivado en pruebas diagnósticas complementarias, y en la necesidad de restablecer la confianza en los programas de cribado gestionados por las comunidades autónomas.
