Después de amenazarla hasta cuatro veces ese mismo día, una paciente psiquiátrica agredió con una navaja de ocho centímetros a una médico de urgencias que sufrió heridas en el cuello. Los hechos sucedieron en verano de 2014, y la doctora, trabajadora de un hospital privado de Sevilla, reclama una indemnización de 220.000 euros por los daños y perjuicios sufridos.
La médico en cuestión denuncia que el centro hospitalario no tuviera personal de seguridad que evitara la agresión, ya que durante esa jornada se produjeron hasta cuatro amenazas. La paciente quería acabar con su vida, y de hecho lo intentó. Tras la agresión, fue detenida por agentes policiales, que le incautaron la navaja.
La doctora sufrió lesiones y un trastorno de ansiedad que ha derivado en el reconocimiento de una incapacidad permanente total derivada de accidente de trabajo. "Nunca más podrá volver a su trabajo como médico", asegura el abogado José Ignacio Bidón y Vigil de Quiñones, en declaraciones a Diario de Sevilla.
La demanda interpuesta contra el hospital privado, en la que la doctora reclama 220.000 euros de indemnización, recoge que en el centro "no existía o no se cumplió protocolo alguno de contención mecánica e inmovilización de la paciente, ni el plan preventivo de prevención de agresiones para los profesionales sanitarios, que contiene medidas preventivas dirigidas a dotar a los profesionales de habilidades de comunicación que mejoren la interacción con los pacientes".
La paciente que agredió a la profesional sanitaria padece un trastorno de ideas delirantes y el ataque fue la "reacción incontrolada e incontrolable de la acusada a una interpretación delirante en virtud de la cual sintió que era perseguida por todo el mundo y víctima de una trama para matarla, ideación ésta que no era rebatible a argumento lógico", según recoge la sentencia de la Audiencia de Sevilla.
El abogado reseña, en referencia a este tipo de agresiones, que "lo que está claro es que si ocurre en psiquiatría o urgencias, donde los pacientes llegan en situaciones urgentes o sin diagnosticar, en estos servicios la previsión de un protocolo contra la concreta agresión física y la formación al respecto, debe considerarse necesaria".
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