El PSOE hace sangre sobre la situación del PP en un pleno en el que Moreno rechaza hablar de corrupción

La guerra civil del Partido Popular es la protagonista de una sesión en la que Moreno ha rechazado dar explicaciones sobre la presunta Caja B del PP por ser "una marcianada"

Moreno Bonilla respondiendo al PSOE durante la sesión de control.
Moreno Bonilla respondiendo al PSOE durante la sesión de control.

Ingenuos aquellos que pensaban que le jaleo del Partido Popular no iba a estar presente en la sesión de control del Parlamento de Andalucía. No han sido pocas las alusiones que se han hecho en la Cámara andaluza. Y no sólo por parte de la oposición, también por parte del portavoz del PP, José Antonio Nieto que ha señalado al presidente de la Junta, Juan Manuel Moreno, que “tiene a este grupo parlamentario apoyándole” después de proclamar “unidad, unidad y unidad”. Nieto había sido uno de los diputados que en un primer momento se posicionó a favor de Pablo Casado.

Las caras en la bancada popular eran un poema antes de iniciarse la sesión. Cuando el presidente de la Junta se ha marchado corriendo a coger el AVE para la reunión con Casado, Bendodo ha destensado el asunto, “hemos pensado en usted con todo este lío que tenemos”, le ha respondido al diputado socialista Mario Jiménez que en su día fue mano derecha de Susana Díaz y después pasó al ostracismo.

Antes de esto, se habían producido los tradicionales intercambios entre los líderes de la oposición y Moreno Bonilla. Sólo el PSOE ha ido a hacer sangre. Para algo son expertos en líos orgánicos que dividen al partido en dos. Ángeles Férriz, que resultó ganadora en el último enfrentamiento socialista, ha reprochado que la comunidad esté “paralizada” ante los intereses del PP. “A usted lo que le preocupa es el banquete de caníbales en el que se ha convertido su partido”, ha dicho, por si había alguna duda sobre la senda de su intervención.

En sus primeras palabras ya había hecho gala de la bandera del PSOE desde que Juan Espadas dirige el partido: la sanidad. “¡Hasta los Morancos!”, exclamaba Férriz tras declarar como un éxito las manifestaciones del sábado. Los Morancos habían lanzado un día antes un vídeo humorístico en el que se hacía una crítica-parodia de la situación sanitaria, aunque por culpa de la “Seguridad Social”. La competencia es autonómica, pero por si acaso.

Génova, corrupción, pactos con Vox – “siga alimentando a la bestia que va a acabar devorándolo” –, el cruce de datos sobre la ejecución de los fondos europeos, el andalucismo. Nada le ha faltado a la jiennense por pronunciar. “Ya no hay pinza ni bloqueo”, le ha preguntado al presidente de la Junta. Esto con cierta razón. Desde los resultados de Castilla y León nada imposibilita que la coalición de PP y Ciudadanos siga adelante. El único bloqueo mencionado durante esta tarde en el Parlamento por parte de Moreno ha sido para reprochar a Vox haber votado en contra de los presupuestos hace ya varios meses. Minucias para el bloqueo y la pinza de hace varias semanas. Ni el de Cuba.

Para evitar el desgaste, Moreno se defendía, “usted no es nadie para decir quién es andaluz”, espetaba mientras pedía a los socialistas que alzaran la voz para que el Gobierno central tratase a Andalucía igual que a Cataluña. También lo había reprochado previamente a Unidas Podemos. La mesa bilateral para “no ser menos que nadie”. Por lo visto, al líder del PP le gustaba más el PSOE de hace “10, 15 o 20” años porque asegura que el de ahora es una delegación del sanchismo.

El presidente de la Junta no ha dejado pasar la oportunidad de reprochar la cartelería, los anuncios, y el autobús que ha desplegado Espadas por Andalucía. También ha asegurado que desde el PP no habían hecho comentarios sobre las batallas internas del Partido Socialista. La carcajada de la bancada del PSOE ha cruzado media Sevilla. Era ya la segunda carcajada de la tarde. La primera fue inmediatamente posterior a los gritos de “unidad” esgrimidos por Nieto.

En cualquier caso, parece que todo lo vivido en estos días ha sido como un chute de adrenalina para el PSOE andaluz. Nunca antes, en lo que llevamos de legislatura, se le había escuchado a alguno de sus miembros algo tan firme como lo que ha afirmado hoy Ángeles Férriz, “esto acaba de empezar y le aseguro que hay partido, señor Moreno”.

La presunta corrupción del PP en Almería, una "marcianada"

Más incómodo había estado el presidente de la Junta unos minutos atrás con las intervenciones de Inmaculada Nieto, portavoz de Unidas Podemos. Nieto, con una amabilidad que camufla sus golpes, ha deseado al presidente que resuelva la situación orgánica “pronto y bien”. Cuando parecía que la tormenta había pasado sin dañar a Moreno, Nieto ha cerrado esta breve introducción diciéndole que solucionarlo “va a permitir que se dedique convenientemente a los asuntos que son su exclusiva competencia y que tiene muy desatendidos”.

Esto era un preludio porque, poco después, la portavoz de UP “por tercera sesión de control consecutiva” volvía a pedir a Moreno que se pronunciase sobre la presunta Caja B de su partido en Almería, en una trama que ha salpicado a una de sus consejeras, y sobre el ‘Caso Mascarillas’, que acabó con un miembro del PP de la Diputación de Almería en prisión provisional, una situación que no dista demasiado del tema del hermano de Ayuso que ha hecho saltar por los aires al Partido Popular.

Moreno, que también ha acudido a los conflictos internos de UP y Adelante Andalucía, se ha escudado en que en la prensa no ha visto nada de eso, lo que ha permitido a Nieto sacar a escena la publicidad institucional. ¡Ay! La publicidad institucional, a cuántas bocas da de comer. En cualquier caso, la portavoz de UP no ha mostrado recortes de periódicos – es posible que apenas un par de ellos hayan hecho mención a la situación –, pero sí ha enseñado varios informes de jueces y fiscales. Para el presidente hablar de corrupción es una “marcianada” y parte del argumentario de Unidas Podemos. “Los jueces también están en campaña”, ironizaba Nieto.

Todo esto ha sido después de que Vox desarrollara su discurso habitual, aunque con una breve modificación. El portavoz, Manuel Gavira, ha asumido que su partido no será el que decida cuando se celebrarán las elecciones. De hecho, ha reconocido que la legislatura se va a terminar en tiempo y forma.

En una intervención que ya es repetitiva, se ha referido a Ciudadanos como un partido en descomposición, a Moreno Bonilla como un presidente que hace políticas socialistas y al Parlamento de Andalucía como una Cámara que ya no representa la voluntad de los andaluces. Por si había alguna duda, el lepenismo ha llegado a la ultraderecha española, que ahora también se erige como la defensora de los jóvenes, de la reindustrialización, de los agricultores y ganaderos, de los sanitarios y del sector educativo. Pero ante todo le preocupa equiparar el Partido Popular al Partido Socialista.

El presidente de la Junta no ha tenido más remedio que ponerse el traje paternalista para pedir a Vox que se “deje de politiqueo” y vuelva a ser “útil a los andaluces” mientras enumeraba las leyes y decretos que han rechazado en los últimos meses.

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Emilio Cabrera.

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