La escolarización de los tres hijos de Irene Montero y Pablo Iglesias en un colegio privado de una zona exclusiva de Madrid ha abierto un intenso debate sobre la coherencia entre las ideas políticas defendidas por ambos y las decisiones personales que han tomado en el ámbito familiar. Según ha publicado La Razón, el coste de la matrícula asciende a unos 500 euros mensuales por alumno, lo que se traduce en alrededor de 15.000 euros anuales para el conjunto de la familia.
De la defensa de la pública al pago de cuotas privadas
El contraste ha sido especialmente señalado porque tanto Montero como Iglesias han defendido históricamente la necesidad de fortalecer la educación pública como garante de la igualdad de oportunidades. En este sentido, el exlíder de Podemos llegó a declarar en una entrevista que “la educación privada no está pensada para que vaya todo el mundo, está pensada para una minoría que se lo puede permitir”. Unas palabras que en su día marcaron su discurso político y que ahora han sido rescatadas para poner de relieve la contradicción que supone su elección actual.
El centro elegido es un colegio privado, laico e independiente, gestionado por una cooperativa de docentes "con más de 40 años de experiencia”. Según su página oficial, se define como un espacio cercano y reducido, donde la participación activa de profesores, familias y alumnos constituye uno de sus principales pilares.
Un colegio con sello de exclusividad
Ubicado en un entorno privilegiado, la institución presume de haber escolarizado a más de 7.500 estudiantes en cuatro décadas y de contar con una tasa de graduación del 100%. El modelo educativo, según destacan en su presentación institucional, busca priorizar el bienestar del alumno y fomentar un sentido de comunidad que, aseguran, ha sido clave en sus resultados.
El desembolso económico que supone este centro para una familia contrasta con la narrativa política que Iglesias y Montero han sostenido en el pasado.


