La lucha por el espacio andalucista protagoniza el arranque del curso político

El debate del modelo territorial reabierto por el PNV unido a otras cuestiones de carácter interno en los partidos ha provocado una nueva lucha por darle significado al andalucismo

Busto de Blas Infante en el Parlamento de Andalucía con los diputados en la celebración de un acto a su recuerdo hace unas semanas, valedor del andalucismo.
Busto de Blas Infante en el Parlamento de Andalucía con los diputados en la celebración de un acto a su recuerdo hace unas semanas, valedor del andalucismo. MAURI BUHIGAS

Andalucía logró su autonomía después de que varias formaciones lograran una posición de consenso. PSOE, PA, PCA y otros partidos se unieron a las movilizaciones masivas para pedir que el proceso autonómico se llevara a cabo por el artículo 151 de la Constitución y, de esta forma, lograr el mismo estatus que Cataluña, País Vasco o Galicia.

El cuento ha cambiado mucho en 45 años y, si entonces UCD y AP se pusieron de perfil o en contra, ahora el Partido Popular a través de Juanma Moreno intenta canalizar un sentimiento sin el que sería complicado explicar y entender la política andaluza. Los socialistas fueron, hasta que Susana Díaz dejó la Junta de Andalucía, los que mejor entendían esta forma de ser y estar. En los mítines del PSOE-A se veía más verdiblanco que rojo. Ahora, en los del PP se ve más verdiblanco que azul.

El contexto nacional ha provocado que el proceso autonómico vuelva al debate público como argumento de peso. Las negociaciones del PSOE con los partidos nacionalistas, tanto de País Vasco como de Cataluña, le ha vuelto a dar la oportunidad a Juanma Moreno de enarbolar la bandera de un andalucismo que ya ha intentado resignificar en varias ocasiones desde que es presidente. Sobre todo a través de la figura de Manuel Clavero Arévalo.

Hace unos días, el propio presidente de la Junta se reunía con los portavoces de los diferentes grupos parlamentarios para pedirles el apoyo a la hora de reivindicar la singularidad de la comunidad en la Unión Europea y, además, para denunciar los agravios en las negociaciones con los nacionalistas catalanes, principalmente.

Al mismo tiempo, el PSOE no ha logrado mantener el pulso y conseguir un equilibrio entre su tradicional andalucismo y la defensa de determinadas medidas del Gobierno de España. Entre otras cosas porque aún está ubicándose en la oposición parlamentaria tras el golpe de 2018.

La situación, con Vox completamente fuera del debate, no se limita a las dos grandes formaciones. En el espacio que tradicionalmente se ha denominado 'a la izquierda del PSOE' el conflicto ha vuelto a emergir debido al reparto de portavocías en Sumar. La formación de Yolanda Díaz eligió a Esther Gil de Reboleño, de Cádiz, como representante en la Mesa del Congreso. Sin embargo, sus diputados andaluces no serán portavoces.

La situación no está siendo fácil de gestionar. Personas vinculadas al movimiento, como Pilar Távora o Antonio Maíllo han levantado la voz a través de sus redes sociales con lo que considerar un error. No obstante, las direcciones andaluzas de los partidos que forman la coalición no se han pronunciado.

Curiosamente, tras la propuesta de Íñigo Urkullu de reinterpretar la Constitución y darle un nuevo estatus a Cataluña, Euskadi y Galicia al considerarlas comunidades históricas, en Podemos sí ha habido cierto movimiento de respuesta para reivindicar el papel de Andalucía. La propia Ione Belarra compartía recientemente un artículo. "'Un pueblo deviene nación cuando se constituye políticamente. Andalucía lo hizo el 4 de diciembre de 1977'. Magnífico artículo sobre la España plurinacional y una clase de Historia".

La última ficha en toda la disputa la ha movido Adelante Andalucía. El partido que por espíritu debería ser capaz de aglutinar todo el sentimiento andalucista. Adelante ha registrado en el Parlamento una declaración institucional en la que reivindica a Andalucía como nacionalidad histórica. "Hoy se abre un debate territorial que nos incumbe a todos", proclama el texto de Adelante en el que a buen seguro faltará la firma de Vox.

Detrás de todo está un problema que con el paso de los años no se ha solucionado y que cada curso político vuelve: la reforma del sistema de financiación autonómica. Una cuestión que María Jesús Montero, ministra de Hacienda, defendió cuando era consejera y que ahora, como principal responsable de las cuentas del Estado no termina de afrontar. Una cuestión que, por otro lado, le ha permitido a Juanma Moreno como máximo representante de Andalucía, poder manejar de forma más sencilla el significado del andalucismo.

Sobre el autor:

Emilio Cabrera.

E. C.

Periodista.

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