El rey Juan Carlos I llevaba ya unos años esperando para marcharse. Se lo había planteado en el contexto de la crisis económica, la incipiente inestabilidad política y, cómo no, su edad. Fueron varios los monarcas que se fueron jubilando en los últimos diez años, dando paso a las siguientes generaciones. De Japón a Holanda. Finalmente, abdicó en Felipe VI. En varios episodios clave, esa necesidad de mantener negocios cuando tenía su vida resuelta explican el actual declive hasta anunciar su marcha del país.
Según revela este martes el periódico El País, la abdicación se fue dejando correr hasta 2014 por el interés del rey en seguir amasando fortuna. Los cálculos señalan que superaría el millar de millones de euros, casi todo logrado en base a comisiones desde los años 70. Los testimonios revelados de su ex amante Corinna Larsen apuntan a una necesidad del rey de ganar dinero en vista de lo que pudiera pasar, tras criarse en Y el exilio de varias décadas desde la marcha de su abuelo Alfonso XIII. Creció entre Villa Giralda, en Estoril, y los destinos del tutelaje del franquismo. De ahí, señalan en su círculo, vendría la necesidad de hacer crecer su fortuna, para ganar libertad ante cualquier circunstancia.
Y no en vano, temió ya a lo largo de la década que se le recordase solo por los episodios más oscuros. "Los menores de 40 años me recordarán solo por ser el de Corinna, el del elefante y el del maletín", cuenta el citado periódico que contó a uno de sus amigos.
"A veces va con cinco millones" desde los Emiratos, "el dinero está en Zarzuela, allí tiene una máquina para contar billetes, que yo lo he visto con mis propios ojos", dijo Larsen a Villarejo en unas conversaciones filtradas recientemente, sobre comisiones entregadas por la realeza árabe. Y se refirió a Juan Carlos como una persona obsesionada por su fortuna.
"El emérito, con un poco de creatividad, puede tener una vida extraordinaria, pero el dinero es una mala adicción y se muere por él". Juan Carlos realizó una donación a Corinna de 65 millones, el cual luego el rey pidió de vuelta, algo a lo que la ex amante se niega porque lo considera a todas luces un regalo. Al parecer, la intermediaria pidió negociar con el Gobierno y la actual Casa Real para no destaparlo, pero finalmente ambas instituciones se negaron a entrar en el juego.
"El origen de la fortuna de don Juan Carlos se debe a Franco, y a una comisión por cada barril de petróleo que le permitió cobrar el dictador y, una comisión que perduró hasta tiempos de Aznar", dijo el periodista especializado Jaime Peñafiel. Así, habría comenzado con estos negocios desde antes incluso de ser rey.
Con posterioridad a su reinado, el ya emérito continuó con un presunto lavado de dinero para el que el privilegio real de la inviolabilidad no funcionaría, según varios juristas. Otros opinan que a Juan Carlos I se le aplica también ese beneficio al mantener el título de rey, aunque con esa coletilla de emérito. No hay una previsión constitucional para el estatus de un monarca abdicado, por lo que es una cuestión abierta. Y clave para lo que acaba de ocurrir. Porque una investigación actualmente es posible en España, desemboque o no en juicio.
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