La consejera de Economía, Hacienda y Fondos Europeos, Carolina España, ha presentado el presupuesto andaluz para 2026 en el Parlamento, el último de la legislatura, como el de la "normalidad" que vive Andalucía. Durante el debate de las enmiendas a la totalidad, España ha defendido que el presupuesto no es el de una economía estancada, sino el de una comunidad que mantiene el dinamismo y crece pese a la incertidumbre nacional.
El Presupuesto de 2026 asciende a 51.597 millones de euros, un 5,6 % más que en 2025 y un 48,8 % superior al de 2018. Según la consejera, estas cifra son la “expresión de esa nueva normalidad” y de la estabilidad económica alcanzada. Andalucía, recalcó, presentará déficit cero y equilibrio presupuestario, “a pesar de la ausencia de Presupuestos del Estado y de la infrafinanciación de 1.528 millones anuales”, en la línea de lo que lleva tiempo reclamando la Junta.
España subrayó que la comunidad se financiará exclusivamente en los mercados y no acudirá a los mecanismos estatales, y pidió a los grupos parlamentarios que presenten enmiendas parciales al proyecto de ley.
En su intervención, reivindicó la “solvencia y gestión” del Gobierno del PP, que destina dos de cada tres euros a políticas sociales, impulsa el empleo, el apoyo a autónomos y vivienda, y apuesta por el municipalismo, las infraestructuras hidráulicas y la transición energética.
El presupuesto parte de un contexto de crecimiento económico, con un PIB previsto del 2,3 % y máximos históricos de empleo, superando los 3,6 millones de ocupados y reduciendo el paro en ocho puntos desde 2018. Andalucía lidera la creación de empleo en España y encadena más de 50 meses consecutivos de descenso del paro”, recordó la consejera, quien cifró en 85.000 los nuevos empleos previstos.
Por último, defendió la “revolución fiscal” del PP, con siete bajadas de impuestos autonómicos desde 2018, que han dejado “más de 1.000 millones de euros anuales en los bolsillos de los ciudadanos” y han incrementado en un millón el número de contribuyentes del IRPF, dice el Gobierno andaluz. Las últimas bajadas, las de veterinarios o gimnasios. Aunque mediáticamente quedaron olvidadas porque se presentaron poco antes de estallar la crisis de los cribados.