Faro, santuario, castillo y mar. “Cuando eramos chicos nos embadurnábamos con estas algas”, dice un hombre que sabe lo que es ser alcalde de un municipio. Son 16 años divididos en cuatro etapas los que lleva a sus espaldas Luis Mario Aparcero (1956), vecino chipionero de toda la vida al que el viento acaricia la cara desde la playa de la Cruz del Mar. La orilla está llena de algas pardas, no invasoras. “Esto cura todas las enfermedades”, expresa el candidato a la Alcaldía del partido Unidos por Chipiona (UxCh) tras saludar a un grupo de mujeres que están a punto de comer pescaíto frito.
Luis Mario Aparcero se gira y contempla la antigua fortaleza que se alza frente a la costa: el emblemático castillo de Chipiona, el primer edificio civil monumental de la localidad. El actual regidor procura no tener pájaros en la cabeza, pero un viernes cualquiera sí. Cuando mira hacia arriba contempla los nidos de vencejo moro que se conservan en el interior de este bien patrimonial donde antaño dormían Carlos de Borbón y Luisa de Orleans.
Su voz impacta contra las paredes del que fuera cuartel de la Guardia Civil, prisión y hotel. Aparcero lo rescató del abandono tras doce años de gestiones con la familia heredera y lo convirtió en un inmueble de propiedad municipal que hoy alberga varias delegaciones y uno de los cuatro centros de interpretación de Chipiona, Cádiz y el Nuevo Mundo.
Muros históricos testigos de bodas y de exposiciones culturales entre los que el chipionero se pasa horas desde que lo compró “por el pueblo y para el pueblo”. A menos de un mes para el 28M, el alcalde se asoma a un ventanal con vistas al mar desde donde observa la desembocadura del río Guadalquivir. Insiste en que esta es la escena que hay frente a sus ojos. Una frase que le llevó al foco de la polémica hace unos meses.
“La historia en el conocimiento popular es que el río desemboca en Sanlúcar de Barrameda, así lo hemos estudiado. Cuando un alcalde dice que el río desemboca en Chipiona indudablemente llama la atención. Pero es que es evidente. Es decir, el faro es la primera señal marítima que indica la entrada al Guadalquivir. 'La canal' que viene del río no termina en Sanlúcar, termina en Chipiona y la señalización que indica la entrada de los barcos empieza y termina en Chipiona”, defiende Luis Mario Aparcero, convencido de que la desembocadura no solo está en Sanlúcar sino también en Almonte y en su tierra natal.
“No queremos quitar a Sanlúcar su protagonismo histórico, que lo tiene y la queremos un montón, pero indudablemente, yo, como alcalde, tengo que defender lo mío. Sanlúcar de Barrameda, era una ciudad muy importante históricamente y Chipiona siempre ha sido una villa muy pequeñita, pero tiene empaque administrativo, económico y de proyección como para reivindicarlo”, sostiene.
"Chipiona dejaba mucho que desear"
Han pasado casi 40 años desde que, por primera vez, se despertaron en él las ganas de poner en valor a su pueblo y mejorarlo. Era un joven cargado de sueños, como los alumnos y alumnas a las que estuvo dando clases de Matemáticas hasta el año 2018. “Siempre les he dicho que hay que trabajar por la ciudadanía, que hay que ser solidarios y que el individualismo no sirve para nada”, comenta remontándose a la Chipona de los años 80, cuando fue elegido como primer edil con 27 años.
“Chipiona dejaba mucho que desear. Las calles eran de tierra, sin iluminación, no tenía instalaciones deportivas. Yo quería mejorarla”, recuerda. La playa de Regla no tenía arena, los marineros del puerto de Chipiona no pasaban un buen momento y no había parques ni institutos públicos. Con el tiempo, todo cambió.
Mociones de censura, el caso Sanlúcar... Cuando se jubiló como maestro, tras veinte años alejado de la política, quiso “seguir aportando mi granito de arena para la ciudad, porque yo veía que estaba un poquito en decadencia y había que darle un impulso”.
Así, comenzó a impulsar el turismo, la agricultura, la mejora de infraestructuras, la señalización de los más de 50 pagos del municipio, la transformación del Campamento Puente Zuazo en un área recreativa o el tren turístico City Sightseeing.
Luis Mario Aparcero no quiere marcharse con un mal sabor de boca, como ya lo hizo en el 2000 cuando dimitió por el caso Sanlúcar. “Soy muy inquieto y muy terco. Tengo pasión por mi pueblo y veo las potencialidades que tiene. Siempre he dicho que Chipiona es un diamante”, expresa desde el castillo este regidor “cercano” que habla “con todo el mundo”.
Dijo que este año dejaría la política, ¿qué le llevó a ese pensamiento?
Yo estoy deseando terminar mi tiempo en la política porque llevo desde los 27 años. Pero me gustaría irme con un pueblo mucho más terminado. Debido a la pandemia y a que tampoco he obtenido una mayoría que me haya permitido trabajar con eficacia y cumplir mi programa electoral al 100%, pues he tenido que perder mucho el tiempo. Y yo tengo una máxima, no tengo tiempo para perder el tiempo. No me ha dado tiempo a terminar la residencia para mayores, los aparcamientos subterráneos, los hoteles o el centro de alto rendimiento. Y por eso me presento otra vez. He hecho un trabajo intenso administrativo de gestión y quiero terminarlo. Cuando lo acabe, está claro que dejaré paso a otras iniciativas jóvenes que están aquí con muchas ganas.
"Hay poca gente que vea el interés general de la población"
Cuando pasea por la calle, ¿qué le piden los vecinos?
Generalmente la gente pide su problema inmediato, no ve el interés general de la población. Quieren que le arregle su casa, su bordillo, su barrera arquitectónica, su problema individual. Hemos atendido unas 6000 incidencias prácticamente en cuatro años, con lo cual hemos quitado de las redes sociales mucha basura. Hay muchas personas que buscan la foto negra, la foto triste, la foto de deterioro. Creo que hay que mejorar muchísimo más la atención al ciudadano, la limpieza y el orden.
Siempre ha sido fiel impulsor de Costa Ballena, que presume de ser una macrourbanización turística con campos de golf en la que se van a construir dos nuevos hoteles con un total de unas 900 plazas y un centro deportivo de alto rendimiento. ¿Piensa que se está llevando un modelo de turismo sostenible en Costa Ballena?
Yo estoy de acuerdo en que el modelo de Costa Ballena turístico es muchísimo mejor que el modelo de Chipiona turístico, porque se ha hecho pensando en el futuro, con muchos espacios libres, muchas zonas verdes, con una libertad de terreno en el litoral, donde no hay paseo marítimo de borde urbano, donde está solucionado el problema de la depuración de aguas y de agua potable.
Hay graves problemas históricos de agua, ¿qué plan desde lo local tiene para luchar contra la sequía?
"Que nadie se preocupe, no van a haber cortes de agua"
El abastecimiento de agua doméstica a las viviendas está asegurado. Que nadie se preocupe, no van a haber cortes de agua. El presidente de la Junta ha dicho que a partir de septiembre analizarán el estado de los pantanos, pero nosotros, para prevenir, ya hemos tomado unas medidas que creo que son positivas, los cortes de las duchas y de los lavapies de las playas, de ahí se pierde un agua bastante preciosa. También hemos hecho un estudio para usar agua de pozo para riego de jardines y de calles y otro estudio para ver cómo podemos aminorar el consumo de agua. Exigimos también al Consorcio de Aguas de Cádiz la mejora de la calidad del agua de la red, hay muchas pérdidas que ya hemos arreglado, pérdidas inútiles que no tienen por qué computarse. Costa Ballena no tiene problema de agua.
¿Cual diría que son los problemas a los que se enfrenta el municipio?
La atención a los mayores es un problema gravísimo. Chipiona no tienen residencia para mayores, ya estamos trabajando para poner una con 140 camas en una parcela de unos 8000 metros en La Laguna.
¿Y la juventud? Según el INE, Chipiona fue uno de los 20 municipios con más paro de España en 2022, ¿qué puede hacer para revertir esta situación?
Aquí el empleo bascula sobre unos pilares. La agricultura, el turismo, los servicios, el comercio. Si esos son nuestros valores, hay que impulsarlos, es decir, hay que potenciar una agricultura joven. Hay ideas e iniciativas magníficas, sobre todo en la agricultura biológica. Tenemos chinos en Chipiona produciendo productos para el mercado de Europa y se está introduciendo la fresa con una calidad exquisita. La agricultura tiene que seguir un camino, pero no de labrar y de estar de sol a sol. He hablado de tres hoteles que suponen prácticamente unos 800 puestos de trabajo. Pido a nuestros jóvenes que se especialicen y aprendan idiomas.
Los jóvenes disfrutan en la Fiesta de la Primavera o en la Feria del Moscatel. Pero también se dejan ver en el centro de interpretación Rocío Jurado, abierto al público el año pasado. Luis Mario ha recibido ha visitantes de La Algaba, de Los Palacios o de Asturias. “Me ha sorprendido que vienen varias chicas jóvenes, parece que Rocío Jurado es de los mayores, pero no. Hay fans de Rocío Jurado en la juventud, la voz del milenio. Hay que seguir potenciando el mensaje que lleva Rocío en su música". Piensa que el museo sí está teniendo un impacto real y no se han diluido las expectativas ya que "ha tenido prácticamente unas 40.000 visitas en siete meses". Desde el monumento con siglos de historia, Luis Mario enciende un cigarro y mira, una vez más al horizonte. Tiene sensaciones “positivas” para el 28M y se muestra satisfecho con su labor. “Yo creo que el pueblo de Chipiona sabrá apreciar el trabajo incansable, pero aún nos queda mucho por hacer”, señala. Luis Mario no se anda con rodeos, pide “que nos voten mayoritaramente”.
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