"A VOX lo han votado quienes se están beneficiando de la inmigración"

Juan Montabes, durante la conversación con lavozdelsur.es. FOTO: R.S.
Juan Montabes, durante la conversación con lavozdelsur.es. FOTO: R.S.

Juan Montabes (Jaén, 1959), catedrático de Ciencia Política y Administración de la Universidad de Granada y presidente del Consejo Audiovisual de Andalucía entre 2008 y 2011, es uno de los andaluces que más sabe sobre comportamiento electoral y sociología política. El que pusiera en marcha el Centro de Análisis y Documentación Política y Electoral de Andalucía (Cadpea), laboratorio demoscópico de la Universidad de Granada, conocido como el CIS andaluz, que realizaba el Estudio General de Opinión Pública de Andalucía (Egopa) hasta que los recortes de la Universidad de Granada lo han dejado en vía muerta.

El experto demoscópico, que ha participado en un seminario sobre análisis electoral invitado por la Universidad Pablo de Olavide (UPO), afirma que el electorado socialista primero pasa por la estación de la abstención antes de mudarse de partido político, aunque no se atreve a pronosticar qué puede pasar con los 400.000 electores que tradicionalmente han votado al PSOE y que en estas elecciones se han quedado en su casa.

¿Qué ha pasado electoralmente en Andalucía?

Fundamentalmente, han ocurrido dos fenómenos. Uno, con respecto a la participación, es una de las participaciones más bajas, la segunda en la evolución electoral de Andalucía desde 1982. El 58% de los andaluces se ha movilizado, sólo tres puntos por encima de la mínima movilización histórica que tuvo lugar en el año 1990.

Otro fenómeno es hacia qué partido se dirigen aquellos que han participado, donde ha habido una alteración sustancial. El número efectivo de partidos es de cinco, pero lo significativo no es el número de partidos sino la cercanía entre ellos y el peso que tienen todos los representados. Nunca antes había habido cinco partidos en el Parlamento andaluz con tanto peso.

¿La gente ha votado en clave española o andaluza?

Obviamente, ha habido componentes de nacionalización del voto. Se dice que las elecciones autonómicas, como las europeas, son elecciones de segundo grado frente a las generales que son de primer grado. Se dice generalmente que en las elecciones de segundo grado uno puede votar al partido más cercano ideológicamente, mientras que en las elecciones de primer grado vota al menos lejano.

¿De dónde procede el voto de VOX?

Es un conglomerado de motivaciones. La extensión del fenómeno VOX en Andalucía, un partido que ha recogido sus votos prácticamente en un par de semanas, se debe a un electorado insatisfecho con los partidos tradicionales. También se debe a la referencia que los partidos tradicionales han hecho de VOX durante la campaña, lo que ha reafirmado el voto del cabreo en esta opción.

¿Cree que la referencia de Susana Díaz a VOX, a partir del debate electoral en TVE y durante la última semana de campaña, ha influido en los buenos resultados de la ultraderecha?

Todos los partidos han hecho referencias a VOX. Se señala que en uno de los debates la candidata del PSOE-A, Susana Díaz, hace una pregunta al resto de partidos sobre si pactarían con VOX. Eso reforzó a un partido que podía ser determinante, cuando no lo era. No hay ningún fenómeno equiparable a que un partido consiga de 0 a 12 diputados en Andalucía.

La socióloga Belén Barreiro sostenía en su último libro, titulado ‘La sociedad que seremos: digitales, analógicos, acomodados y empobrecidos’, que los votantes del PP representan a los acomodados analógicos y los de Ciudadanos a los acomodados digitales, mientras que el PSOE representaría a los empobrecidos analógicos y Podemos a los empobrecidos digitales. ¿A quién representa VOX?

Yo creo que VOX no entra en esas clasificaciones taxonómicas. Es un voto que afecta a zonas de un nivel elevado de inmigración. El 28% de los votantes de VOX lo han hecho por su posición con respecto al Estado de las Autonomías y el conflicto catalán, mientras que un 40% de sus electores es por temas de inmigración. Es curioso, porque la inmigración no es un problema, salvo para el 3 o 4% de la población, pero VOX ha sabido llevarlo a primer plano.

Pero en Almería, donde mejores resultados ha obtenido, VOX ha tenido mejores cifras en núcleos de gente acomodada donde no sufren la inmigración.

No sólo no la están sufriendo, sino que se están beneficiando de ella. El Ejido, con una de las rentas per cápita más altas de España, tiene una inmigración elevada, más del 25% de su población se corresponde a más de 100 nacionalidades. Eso genera problemas, nadie lo niega, pero también los soluciona, sobre todo desde el punto de vista económico.

¿Hacia dónde se dirige la democracia española?

Yo creo que son los patrones europeos. España y Portugal eran los únicos dos países de la UE donde la extrema derecha no había llegado. En Portugal sigue sin llegar, en España ya está aquí. Fuera de la anecdótica presencia de Blas Piñar en el Congreso de los Diputados en 1979, de Fuerza Nueva, ahora entra por primera vez la derecha extrema o como la queramos catalogar. No es algo característico de España. Desgraciadamente, España se acerca a Europa. España no es diferente, en Francia en zonas tradicionalmente obreras de voto comunista, como el sudeste, ahora gana la señora Le Pen.

Pero a VOX no lo han votado los barrios pobres, sino los ricos.

De momento, veremos a ver.

¿Qué le ha pasado al PSOE-A?

En España hay una máxima, que se ha vuelto a repetir, es que un partido que se presenta fracturado a las elecciones lo paga en las urnas. Pasó con la UCD, con el CDS, con el Partido Comunista, con Convergencia i Unió y ha pasado ahora con el PSOE-A, donde la fractura entre Susana Díaz y Pedro Sánchez es manifiesta.

¿Cree que el resultado del PSOE-A es circunstancial o seguirá bajando?

No tengo datos para hacer futuribles, lo que sí está claro es que la situación electoral será más competitiva que hasta ahora.

¿Qué ha fallado en Adelante Andalucía para que el voto socialista abstencionista no se haya decidido a votar a esta coalición?

Tendremos que esperar a las encuestas post-electorales para saber cuáles son las motivaciones del elector situado en ese espectro ideológico que no ha tenido un voto de izquierdas y se ha quedado en la abstención. Posiblemente, algunos antiguos votantes de IU no han entendido la oferta electoral. Por otro lado, las tensiones entre Podemos Andalucía y Podemos Estatal son manifiestas también. Vuelvo a insistir, ningún partido en la historia política española que ha ido a las elecciones fracturado ha obtenido buenos resultados.

¿Le hubiera podido ir mejor al PSOE-A con una candidata diferente a Susana Díaz?

Eso es utilizar la bola de cristal.

Bueno, pero los niveles de rechazo de la candidata socialista eran muy altos antes de las elecciones.

Pero también era la líder política andaluza con una valoración más alta y con un nivel de conocimiento más elevado.

Sí, pero su mayor valoración procedía de los votantes situados ideológicamente en la derecha.

Me refiero a los votantes en general, en los electores. Era la candidata más conocida y con una valoración más positiva. Ahora, ¿el modelo de partido es el idóneo? Habrá que verlo. El votante no se ha quedado en la abstención como una forma de presentar una quiebra, sino como una forma de presentar un distanciamiento con la opción política.

¿Qué pasará con el voto durmiente que se ha quedado en la abstención?

Yo creo que el propio PSOE-A intentará atraerlo. Ahora mismo sería muy arriesgado que los votantes tradicionales socialistas, en torno a 400.000 o 500.000 votantes, pudieran reactivarse con alguna opción del PSOE. Se puede ir a otra opción política o quedarse en la abstención. Todavía no se puede predecir.

¿Existe relación entre desigualdad, niveles de pobreza y participación electoral?

Sí, siempre. Los mayores niveles de participación electoral, generalmente fuera de Andalucía, han tenido siempre un nivel más elevado de recursos y educación. En Andalucía ha ocurrido también que las zonas rurales han tenido una movilización superior. Tradicionalmente, los municipios andaluces de menos de 5.000 personas tenían una participación electoral entre el 80 y 85%. Ahora, sin embargo, estos municipios han tenido una participación más baja.

Sobre el autor:

Raúl Solís

Raúl Solís

Periodista, europeísta, andalucista, de Mérida, con clase y el hijo de La Lola. Independiente, que no imparcial.

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