Viana do Castelo, al Norte de Portugal, ha comenzado las obras de demolición de su plaza de toros. La presión vecinal de este municipio declarado antitaurino ha surtido efecto y las piquetas ya barren el antiguo coso de la localidad. El inmueble, que fue construido por iniciativa privada en 1949, fue menguando en ingresos poco a poco por la desafección de la gente con las corridas de toros.
En 2009, el Ayuntamiento de la localidad compró el edificio por una cantidad simbólica de 5.127 euros, y prometió que restauraría el coso para que reflotar su actividad. En cambio, ante la presión antitaurina unido al hecho de que la actividad no resurgió, se acordó derruirlo este año.
Con capacidad para 4.900 espectadores y considerado como coso de segunda categoría, celebró su última corrida en 2009. El alcalde de entonces, Defensor Moura, declaró la ciudad como antitaurina, la primera del país en conseguir ese estatus.
Según publica mundotoro.com, se van a invertir 3,7 millones de euros para convertir la vieja plaza en un centro polifuncional cuyas obras, con la demolición, ya han comenzado y estará listo en 18 meses. El alcalde actual de Viana do Castelo, José Maria Costa, durante la presentación pública del proyecto de la denominada Praça Viana, dijo: "Queremos que ese equipamiento, que antes era una plaza de la muerte, se convierta en una plaza de la vida, destinada al deporte y la formación de niños, jóvenes y adultos’, recalcó, admitiendo su uso para eventos culturales y dejando claro su rechazo al toreo".
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