El líder de la mayor ONG de Marruecos: "Lo de las temporeras de Huelva es esclavitud del siglo XXI"

Aziz Rhali, presidente de la AMDH, es homenajeado en Jerez por su trayectoria como activista. Colaborador del Gobierno de Lula en Brasil, envía un mensaje a su país: "Sin democracia no hay Derechos Humanos"

Aziz Rhali, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, tras el encuentro con lavozdelsur.es, este viernes en Jerez.
Aziz Rhali, presidente de la Asociación Marroquí de Derechos Humanos, tras el encuentro con lavozdelsur.es, este viernes en Jerez. JUAN CARLOS TORO

A sus 55 años, el currículo de Aziz Rhali, el presidente de la mayor ONG en Marruecos, la Asociación Marroquí de Derechos Humanos (AMDH), no deja de crecer: miembro del Consejo Internacional del Foro Social Mundial, ex miembro de la Federación Internacional de Farmacéuticos, integrante del grupo de trabajo del programa de protección social en Brasil, Ecuador y México —va y viene a Latinoamérica, donde de un tiempo a esta parte colabora con el Gobierno de Lula da Silva—…

Su compromiso con los Derechos Humanos, especialmente en su país natal, le ha valido múltiples reconocimientos y homenajes. El último de ellos, hace unos días en Jerez, a 200 kilómetros del Puerto de Tánger, con una placa que elogia su labor y que ha sido entregada a manos de la CNT y de la ONG local por los derechos humanos y la protección de los inmigrantes y refugiados.

En un encuentro en la redacción de lavozdelsur.es, Rhali ha repasado la situación de vulneración sistemática de los Derechos Humanos en su país, de cómo ha involucionado desde la “cierta apertura” que supuso la llegada al trono de Mohamed VI en 1999; y ha reflexionado sobre las condiciones de “esclavitud del siglo XXI” que sufren las temporeras marroquíes en la corona norte de Doñana, en Huelva, a raíz del fatal accidente de autobús del pasado Primero de Mayo que costó la vida a una de estas trabajadores y dejó a otras 39 trabajadoras heridas de diversa consideración.  

Torturas, violaciones, desapariciones forzosas, presos políticos... "Las autoridades siguieron aplastando la disidencia, dispersando protestas pacíficas y restringiendo las actividades de varias organizaciones que consideraban opositoras", asegura el informe 2022/2023 de Amnistía Internacional.

"70 migrantes siguen desaparecidos tras la tragedia de la valla de Melilla"

Rhali analiza la evolución de los Derechos Humanos en las últimas décadas en su país: "Nunca hemos tenido una buena situación en materia de Derechos Humanos, siempre hemos estado por debajo de los umbrales a nivel mundial, pero es cierto que hubo cierta apertura entre 1986 y 2001; sin embargo, tras el periodo de transición entre los dos reyes, ha habido una regresión muy importante hasta 2011. Luego, especialmente a raíz de la Primavera Árabe, se volvió a otra apertura, pero ya llegamos a 2018, que ha sido el peor año que recordábamos respecto al respeto a los Derechos Humanos en Marruecos, ya que con las protestas del Rif se ha llegado a los 1.700 presos políticos y más de 500 casos de torturas".

Investigación de las violaciones de DDHH: negación total

"El Gobierno niega las violaciones de Derechos Humanos y, a partir de ahí, las investigaciones no existe. El Estado marroquí solo habla de seis casos de desapariciones forzosas y nosotros tenemos contabilizados más de 60. No quieren dar explicaciones, ni informar, ni investigar, y con las torturas ocurre igual", mantiene Rhali. No hay juicios justos y, cuando los hay, sufren unas dilaciones indebidas que eternizan toda sentencia que pudiera ser absolutoria. 

Caída en el ranking mundial de la libertad de expresión

A todo esto, el activista ofrece otro dato: Marruecos ocupa el puesto 135 entre 180 países en el nuevo Índice Mundial de Libertad de Prensa publicado por Reporteros sin Fronteras (RSF). "Las autoridades seguían atacando a personas críticas y activistas en Marruecos y el Sáhara Occidental. Investigaron, procesaron y encarcelaron al menos a siete periodistas y activistas por criticar al gobierno, así como a personas que hablaban en Internet sobre religión o expresaban su solidaridad con activistas", resaltan desde Aministía Internacional.

"El Gobierno español ha utilizado el Sáhara como moneda de cambio para endurecer la frontera"

Y Aziz Rhali no solo confirma estos datos, sino la involución. "Llegamos a tener cierta prensa independiente en el periodo que se abrió en 1986, pero todo ha empeorado. Hay un órgano nacional, el Consejo Nacional de Prensa, pero funciona sin elecciones y la directiva es parte del problema". Además, añade, "el problema principal de la prensa marroquí es el periodismo de investigación, pero periodistas en la prensa de investigación que fueron pioneros están en prisión, como Suleiman Raissouni y Omar Radi". 

Derechos de las mujeres y las niñas, y de las personas LGTBQ+

Según el último informe de Amnistía Internacional, hace un año Marruecos ratificó el Protocolo Facultativo de la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW). Sin embargo, la legislación nacional seguía afianzando la desigualdad de género, incluso en relación con la herencia y la custodia de los hijos e hijas. En junio, el Comité de la CEDAW expresó su preocupación por las elevadas tasas de mortalidad materna y de analfabetismo femenino en las zonas rurales de Marruecos.

En junio de 2022, el índice LGTBQ+ Travel Safety de Asher & Lyric clasificó a Marruecos como el 30 país más inseguro del mundo para viajeros LGBTI. El índice mencionaba el artículo 489 del Código Penal marroquí, que castigaba la conducta sexual entre personas del mismo sexo o los actos “contra natura” con penas de seis meses a tres años de prisión, además de multas.

Reabrir la investigación de la valla de Melilla

La frontera más desigual del mundo, la que separa el Norte de África, Marruecos, del Sur de Europa, territorio español, donde se encuentra la valla de Melilla —una de las ciudades autónomas de Europa en territorio africano—, vivió una devastadora tragedia el 24 de junio del año pasado. El incidente más grave ocurrido en décadas en esta frontera se saldó con un salto en el que murieron al menos 23 expatriados, la mayoría procedentes de Sudán, se ha intentado minimizar por los Gobiernos español y marroquí en este tiempo.

Imágenes de las personas que intentaron cruzar la valla de Melilla.
Imágenes de las personas que intentaron cruzar la valla de Melilla.   BBC

De hecho, una investigación de varios medios de comunicación bajo el consorcio de Lighthouse Reports reveló que al menos un migrante falleció en suelo español, lo que sembró de dudas la versión oficial del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska. La Fiscalía, en diciembre pasado, decidió exculpar a Interior y archivó la investigación sobre la tragedia de la valla de Melilla. Afirmó que la actuación de los migrantes, entre 700 y 800 personas, fue en todo momento hostil y violenta, de ahí la respuesta policial.

"Hemos estado siguiendo todo el proceso en los tribunales —relata Rhali— y desde la propia ONG hemos hecho toda una investigación paralela sobre esta tragedia, informando de que hay 70 casos sobre los que nada se sabe. Al menos hay contabilizados 27 muertes (4 más que la versión oficial), pero es que hay 70 desaparecidos de los que no se sabe nada". "Hemos intentado seguir los casos en el Juzgado, todos los procesos, y ahora estamos preparando en junio un Foro Social sobre la Migración en Nador y Melilla, donde recordaremos el trágico suceso de la valla un año después y seguiremos pidiendo que se reabra toda la investigación".

A raíz del cambio de opinión de España sobre el Sáhara Occidental, Rhali asegura que la presión en la frontera es más alta, por lo que ahora la llamada ruta canaria es hacia la que está derivando el mayor flujo de personas migrantes. "La situación claramente se ha endurecido. Es evidente. El Gobierno español ha utilizado el Sáhara como moneda de cambio para esta contrapartida con la frontera", afirma.

Vulneración de DDHH de marroquíes en España

¿Hasta qué punto son malas las condiciones de la mano de obra que llega a los campos andaluces, especialmente la de las temporeras, tras el reciente accidente de autobús el pasado 1 de mayo? "Sí, yo lo llamo contratos de esclavos. Es esclavitud en el siglo XXI lo de las temporeras y temporeros de Huelva", sostiene rotundo el líder de la mayor ONG de Marruecos.

Aziz Rhali
Aziz Rhali, en un momento de la entrevista.    JUAN CARLOS TORO

"Las condiciones son drásticas, vienen ya con los contratos desde Marruecos, y eligen sobre todo a mujeres con niños, a las que obligan que sus niños se queden en Marruecos. Como tienen los niños allí, saben que van a volver, y ya luego allí ya tienen que esperar sin saber si el año siguiente sabrán si vuelven a trabajar. Además, aquí contribuyen con la Seguridad Social, pero cuando vuelven a Marruecos, ¿qué pasa con ese dinero? Las condiciones de trabajo aquí son malas y eso lo ha puesto de relieve hasta observadores internacionales de la ONU. Son las peores condiciones de las trabajadoras de Huelva".

"Las condiciones de todas esas trabajadoras de Huelva y esa región son una vergüenza, no para Marruecos, sino para España y toda la Unión Europea. Las condiciones de esas mujeres no responden a las normas de los derechos humanos. Entonces, ¿cómo el Estado español acepta que marroquíes firmen convenciones con la patronal española que no responden a las normas de un contrato de trabajo?, se pregunta. "Nosotros, en la AMDH estamos listos para tener una cierta cooperación entre el sindicato para trabajar con esas mujeres, a fin de que ellas puedan exigir sus derechos de una manera legal, bien en España o bien en Marruecos. Estamos dispuestos, tenemos algo de experiencia, hemos trabajado mucho con las trabajadoras agrícolas de Assusnasa y Larache, y en muchas de esas regiones. Entonces, podemos desarrollar algo juntos, de tal manera que ayudemos a estas mujeres, para que tengan sus derechos".

En cuanto a la posibilidad de que, como ha propuesto la patronal hostelera en Cádiz, puedan llegar a Andalucía estudiantes y jóvenes marroquíes a trabajar, asegura que "hay rumores, pero nada oficial, ni concreto. Lo que sí nos tememos es que esta posibilidad siga las pautas de lo que ocurre en el campo, por lo que no tenemos esperanza de que sea muy positivo. Hemos oído algo, pero nada firme en Rabat cuando estuvo el presidente español Pedro Sánchez. Si vienen en temporada, en todo caso, ¿qué pasa cuando acaba esa temporada? ¿en qué condiciones vendrían?". "Son muchas cosas donde hay mucha ambigüedad y pienso que es ahí donde está el papel de los sindicatos. Por ejemplo, la pregunta es muy clara: ¿qué hacen los sindicatos españoles para esas trabajadoras?, ¿tienen un sitio en sus estructuras?, ¿tienen espacio en los programas?".

Por último, Aziz Rhali abre la única posibilidad a largo plazo (ojalá a medio plazo) para que todas estas situaciones cambien en su país: democracia. "Si la gente no puede depositar una papeleta, no hay posibilidad mínima de respeto a los Derechos Humanos". "Los DDHH están ligados a la democracia y mientras no haya una verdadera democracia no se podrá hablar de Derechos Humanos. Si alguien comete un error, debe ser juzgado de manera legal, y eso es básico para los Derechos Humanos, como el derecho al voto y a la libertad de expresión. Esto último es el barómetro de los Derechos Humanos", zanja.

Sobre el autor:

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Paco Sánchez Múgica

Periodista, licenciado en Comunicación por la Universidad de Sevilla, experto en Urbanismo en el Instituto de Práctica Empresarial (IPE). Desde 2014 soy socio fundador y director de lavozdelsur.es. Antes en Grupo Joly. Soy miembro de número de la Cátedra de Flamencología; hice la dramaturgia del espectáculo 'Soníos negros', de la Cía. María del Mar Moreno; colaboro en Guía Repsol; y coordino la comunicación de la Asociación de Festivales Flamencos. Primer premio de la XXIV edición del 'Premio de Periodismo Luis Portero', que organiza la Consejería de Salud y Familias de la Junta de Andalucía. Accésit del Premio de Periodismo Social Antonio Ortega. Socio de la Asociación de la Prensa de Cádiz (APC) y de la Federación Española de Periodistas (FAPE).

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