Un avión de Air India que cubría la ruta entre Ahmedabad y Londres-Gatwick se estrelló este jueves poco después de despegar del aeropuerto de Ahmedabad, en el estado indio de Gujarat. A bordo viajaban 242 personas —232 pasajeros y 10 miembros de la tripulación— cuando la aeronave cayó repentinamente sobre una zona residencial cercana. La situación generó una gran alarma entre los vecinos, y aunque de momento no se ha confirmado el número de víctimas mortales, las autoridades mantienen la alerta máxima.
La aerolínea nacional india confirmó el accidente a través de un comunicado en el que asegura estar “verificando los detalles” del siniestro y promete ofrecer más información a medida que avance la investigación. El aeropuerto de Gatwick, destino final del vuelo AI171, también validó la noticia. Estaba previsto que el avión aterrizara en suelo británico a las 18:25 hora local.
Según datos recogidos por Reuters, entre los pasajeros se encontraban 169 ciudadanos indios, 53 británicos, 7 portugueses y 1 canadiense. El Ministerio de Exteriores del Reino Unido ha informado que está colaborando estrechamente con las autoridades locales para esclarecer lo ocurrido y prestar asistencia a los afectados y sus familias.
Poco después del accidente comenzaron a circular en redes sociales e informativos imágenes impactantes del lugar. Una densa columna de humo negro se elevaba hacia el cielo, visible incluso desde la terminal del aeropuerto. En las grabaciones también se puede ver a equipos de rescate evacuando a personas en camillas, con ambulancias y bomberos trabajando entre los restos del fuselaje.
Un Boeing 787
La aeronave implicada era un Boeing 787 Dreamliner, uno de los modelos más modernos y utilizados para vuelos de largo recorrido. Este siniestro marcaría el primer accidente fatal de este modelo desde su entrada en servicio en 2011, lo que ha generado preocupación entre expertos de la industria aérea. En total, más de 1.200 unidades de este avión están operativas en todo el mundo.
El historial de la aviación en la India ha estado marcado por varios episodios trágicos. En 2020, un Boeing 737 de Air India Express se salió de pista durante una fuerte tormenta en Kozhikode, provocando 18 muertos. Y en 2010, otro avión de la misma aerolínea cayó en un barranco al aterrizar en Mangaluru, dejando un saldo de 158 fallecidos.
El vuelo AI171 se accidentó hacia las 13:39 hora local, apenas un minuto después del despegue. Fuentes del aeropuerto revelaron que el piloto logró enviar una señal de emergencia antes de que se perdiera el contacto. El avión solo había alcanzado 130 metros de altitud antes de caer abruptamente, lo que provocó una gran explosión alimentada por los depósitos de combustible llenos para el trayecto intercontinental.
La respuesta de emergencia fue inmediata. Más de 95 rescatistas procedentes de Gandhinagar y Baroda acudieron al lugar para apoyar las labores. El siniestro se produce en un momento político especialmente delicado en India, tras recientes tensiones con Pakistán. Además, Air India —reprivatizada recientemente por el grupo TATA— vuelve a estar en el foco de la opinión pública, recordando sus episodios pasados de secuestr0s y atentados. Todo un golpe para la aviación india.



