"El que no está bajo las normas de la Junta, en Andalucía se come una mierda"

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Hace seis meses era un perfecto desconocido, un simple médico más de Urgencias de un hospital granadino. Una mala noche de trabajo, con un servicio colapsado de pacientes, le hizo replantearse dejar la profesión. Su mujer, también profesional médico, le calmó y le animó a replantear su decisión. Jesús Candel Fábregas (Granada, 1976), decidió entonces, a través de sus redes sociales, publicar un vídeo para denunciar la situación de la sanidad andaluza y de la granadina en particular, donde la Junta de Andalucía había aprobado una fusión hospitalaria que consideraba que perjudicaría a los intereses de la sanidad pública de la capital nazarí.

Tanto éxito tuvo aquel vídeo que el médico pasó, de un día para otro, a convertirse en Spiriman, un personaje que si bien ya había nacido en 2012 gracias a su fundación Spiribol, que trabaja con menores que están en riesgo de exclusión social, se convirtió, oficiosamente hablando, en el superhéroe de los pacientes granadinos. Desde entonces, la historia es bien conocida. Candel puso nombres y apellidos a los que consideraba que eran los responsables de la situación –Susana Díaz y Martín Blanco, viceconsejero de Salud de la Junta de Andalucía, se llevaron la peor parte- convirtiendo sus redes sociales en su altavoz. Sus seguidores, cautivados por su directa y clara forma de contar las cosas, hicieron el resto compartiendo sus vídeos. El culmen de todo fue una manifestación histórica en Granada, con 120.000 personas en las calles contra la fusión y reclamando una sanidad pública de calidad que acabó, días después, con la derogación de dicha medida y la dimisión de Blanco y un gerente del SAS, Miguel Ángel Vázquez. La movilización popular en Granada consiguió un éxito sin precedentes que ha abierto los ojos a ciudadanos de otras ciudades andaluzas. Sevilla, Córdoba, Huelva y Jerez se han echado ya a la calle de manera multitudinaria y ahora es Cádiz, este domingo 19 de febrero, la que también reclamará una sanidad pública de calidad.

En el hecho de que Andalucía entera se esté desperezando tiene usted buena parte de culpa. ¿Han reclamado su presencia otras ciudades o piensa que cada Marea tiene que ir por libre?

Me han reclamado mucho, pero yo estoy aquí en Granada, porque yo no soy político. Los problemas son distintos en cada ciudad. Lo he dicho mil veces: Los cambios globales se producen por acciones locales, así que peleen. La gente, si tiene un problema, lo que tiene es que arreglarlo, no pedir ayuda y quitarse el muerto de encima. Los profesionales tienen que explicar a la población lo que pasa, dar la cara, unirse y dejarse de corporativismos. En Granada la gente ha salido porque las cosas pasan así. Esto no ha sido una marea blanca, sino una marea ciudadana.

¿Deduzco de sus palabras que no le convencen las mareas?

A mí es que las mareas me parecen una politización de las cosas. No tienen sentido a no ser que las inicien los profesionales. Esto debe ser un movimiento ciudadano y de protesta para querer mejorar las cosas. La cuestión es que los profesionales den la cara, sean del sector que sean, expliquen lo que pasa, no los políticos ni los sindicatos, porque cuando se mezclan intereses partidarios, la cagamos.

"Los profesionales tienen que explicar a la población lo que pasa, dar la cara, unirse y dejarse de corporativismos"

¿Es lo que ha pasado en Granada?

Aquí en Granada a las manifestaciones ha venido mucha gente del PSOE y nuestro alcalde (Francisco Cuenca, PSOE) ha demostrado que no es el alcalde de una ciudad, sino de un partido. Los políticos, sean del color que sean, tienen que gobernar para todos. Yo por eso digo que no somos un movimiento apolítico, porque los ciudadanos están haciendo política, debemos hacerla todos. Es que parece que en este país los únicos que pueden hacer política son los políticos. Los ciudadanos es que somos gilipollas en este país, tenemos lo que queremos. Y si un partido que está gobernando lo hace mal, es labor de los ciudadanos velar por su sanidad, por su educación, por su justicia… Y para eso estáis también los medios, para tenernos informados. Pero nos toca a los ciudadanos salir y decir que hasta aquí hemos llegado. Y no digo que los políticos sean todos unos mierdas, hay gente también buena, pero no la dejan trabajar.

¿Cómo le ha cambiado la vida todo esto?

La vida pública por completo. Como personaje público que me han hecho se hace difícil y bonito a la vez, porque la gente te transmite un cariño tremendo. La gente lo vive en Granada día a día, ha sido una lucha bonita y espero colaborar en mi provincia con muchas cosas que quedan todavía por hacer y por salir. Todas esas decisiones que se han tomado de forma absurda tienen que llevarse a los tribunales para empezar a sacar todo lo que hay debajo, saber por qué se hacen las cosas tan mal, por qué hay tanta irregularidad escondida.

Está claro que lo de Granada ha sido histórico.

No había pasado en ninguna ciudad de España ni de Europa, tanto a través de las redes de forma virtual como en las calles. Por fin la gente despierta y ve que puede cambiar las cosas.  Yo simplemente he estado catalizando ese sentir, impulsado por miles de personas que me pedían seguir, investigar, sacar cosas y documentarme para destapar las vergüenzas, contar las verdades tal y como son y poner a la gente en la lucha.

¿Ha sido difícil esa lucha?

Cuando presentas documentación y ves que los culpables no dan respuesta y lo único que hacen es atacar y difamar, realmente ha sido fácil para mí. Ves que estamos gobernados por ineptos y que en nuestra sociedad tenemos brazos ejecutores de gente sin valores que se vende ante esos ineptos y que hay gente que lo permite. Me he tenido que enfrentar a políticos, periodistas, sindicatos y ahora toca sacar a la luz a toda esta gente y llevar a los tribunales todo esto.Sin las redes sociales, ¿todo esto habría sido imposible?

Sin las redes sociales, por su puesto que no. Es la capacidad de poder contar todos los días lo que vivo y lo que está pasando. La gente está informada día a día y cuando a la gente se la informa, pelea. He expuesto la problemática, he contado por qué habíamos llegado a ese problema y luego he intentado sentarme con gente que no se ha querido sentar conmigo y a la que se le ha visto el plumero al final. Hemos querido pelear por nuestra sanidad y por intentar que no perdiera todo lo que se ha sembrado. Las redes sociales han sido la herramienta fundamental.

¿Y qué ha pasado con los medios de comunicación?

El periodismo no ha sabido aprovechar este movimiento ni ha sido capaz de contar esto. Ha sido una torpeza por su parte, porque algunos no estaban ni informados. Y sólo tenían que documentarse. Eso ha hecho que muchos medios se hayan puesto en evidencia y que lo hayan pasado mal algunos periodistas a los cuales yo he atacado, porque me atacaban. Lo que no puede hacer un periodista es difamar, mentir, tergiversar, porque demuestra que es una marioneta. Se han puesto en vergüenza muchas cosas, hay gente que no hace su trabajo con libertad y está vendida y eso es lo que ha pasado en realidad.

¿Tanto ha empeorado la sanidad en los últimos tiempos?

La sanidad lleva empeorando muchos años. Cada vez se tiende más a la privatización y a la mala gestión de los recursos. Dinero hay el mismo que hasta antes de la crisis, pero esto ha ido a peor. Tenemos medios estupendos, pero se gestionan mal porque los gestores están siendo nombrados a dedo por el partido de turno, cuando deberían ser funcionarios, gente independiente que velara por el buen trabajo. Aquí se ha externalizado todo para que personas que están en el PSOE formen una administración paralela. Se contratan empresas privadas que dicen que son públicas pero luego los concursos están amañados y van a familias y amigos de los políticos. De esto vive mucha gente y lo han hecho bien, pero esto se sabe desde hace mucho, el problema es que luego los votamos… Este es el problema de Andalucía y el de la Granada que yo conozco.

"Si a alguien le tengo que decir que es un gilipollas se lo digo"

¿Qué ha sido capaz de hacer Jesús Candel-'Spiriman' que no hayan hecho otros?

A lo mejor destapar vergüenzas y despertar conciencias. Decir las cosas tal y como son, porque siempre se tiende a ser políticamente correcto desde una parte o de otra, desde los medios, los políticos… Yo lo único que he hecho es ser como soy en mi día a día, porque ya digo que de cara a la opinión pública no sé por qué hay tanto tabú de no ser tal y como somos. Si a alguien le tengo que decir que es un gilipollas se lo digo. He utilizado un medio de comunicación propio, como son las redes sociales, para ser como soy en el día a día y eso la gente lo ha interiorizado y esa es la cercanía que he tenido. La gente está cansada de que le digan una cosa y luego hagan otra, está cansada de manipulaciones, de mentiras, de cómo se nos manipula y esto es lo que piensan muchos.

Parte de culpa tendrá usted de las dimisiones de Martín Blanco y José Manuel Aranda…

¡Toda! ¡Si no he parado, si he estado video tras video poniéndolos en evidencia! (Ríe). Han quedado en ridículo, no han tenido vergüenza, no han respondido a nada de lo que les he preguntado. Ha sido vergonzoso y han infravalorado mi llegada a la gente. Lo que estábamos pidiendo lo pedía toda la ciudadanía. No creían que una persona sola pudiera hacer tambalear el sistema. Se han obcecado conmigo en lugar de resolver el problema, cuando era lo único que les pedía. Yo lo que le decía a Martín Blanco es que era un sinvergüenza, un corrupto, un mierda y un cobarde por esto, esto y lo otro, y la gente veía que tenía razón, pero si esta persona, con un puesto público y que tiene una responsabilidad lo único que hacía era atacarme y no responderme, la gente se daba cuenta. Si es que es muy fácil cambiar las cosas, pero muchas veces estamos dormidos y juegan con ese adormecimiento que tiene la sociedad. Conforme pase el tiempo seremos conscientes de lo que ha pasado en Granada. Hemos frenado algo impensable. Que una ciudad como Granada haya frenado a la Junta, 40 años en el poder, con un cortijo en toda regla de corrupción, de mafias y sinvergüenzas, y encima en la sanidad, que es donde se mueve más dinero... Y lo que queda por salir, eh, porque ahora vamos a los tribunales, porque hay que hacer justicia, aquí no vale que se vayan de rositas y dimitan. Ahora hemos roto su entramado. En Andalucía hay una trama muy bien montada donde mucha gente vive de esto. Y el que no está bajo sus normas en Andalucía se come una mierda, por eso se van tantos profesionales de aquí, por no aceptar ese régimen encubierto. ¿Y por qué han frenado esto? Porque a Susana Díaz le importa una mierda lo que piensen los ciudadanos, lo que quiere es ser la líder del PSOE.¿Piensa que le tiene miedo Susana Díaz?

Pues no lo se, pregúntaselo a ella… Yo creo que sueña conmigo (ríe). Pero seguro que sí, porque nunca ha tenido la valentía de llamarme y de sentarse conmigo. Y se lo he pedido muchas veces…

Oiga, habla de la Junta, del PSOE, pero ¿qué piensa del papel que está teniendo su socio de gobierno, Ciudadanos?

¡Ufff! Yo creo que es el partido más pésimo de este país. Apoyaron la fusión, luego vinieron a las manifestaciones, quisieron utilizarme, en los plenos se abstenían… Son un partido de tránsfugas. Es el partido más patético del mundo, no tienen ningún ideal, se venden a todo y se van con cualquiera con tal de estar en el poder. En Andalucía les va a pasar factura. Sus representantes de aquí de Granada son muy manipuladores, embusteros, se abstienen en todo… Dicen que son anti corruptos, pero cuando en el Parlamento se pidió que compareciera el consejero defendieron a Susana Díaz, todo con tal de seguir ahí. Yo a Marín lo puse a parir en las redes. ¿Cómo favorecen que un consejero no declare por todas las irregularidades que está cometiendo? Hasta le mandé un tuit a Albert Rivera, que ni me lo respondió. Qué falta de profesionalidad, de ética y de poca vergüenza.

"Me han mandado un matón a la consulta diciéndome que tuviera cuidado, a ver si me pasaba algo. Que mirara por mi vida, que a ver si puedo tener un accidente..."

¿Ha sufrido amenazas en estos meses?

Sí, de todo tipo. De la Junta, de Martín Blanco. Ha amenazado a media Granada cuando estuvo aquí. Lo que pasa es que las redes se lo han comido, porque cuando me amenazaba las contaba y se le tiraba la ciudad al cuello. Me han mandado un matón a la consulta diciéndome que tuviera cuidado, a ver si me pasaba algo. Que mirara por mi vida, que a ver si puedo tener un accidente… Así funciona esta gente, son tantos intereses económicos… Y luego amenazas laborales, difamaciones… Pero gracias a dios hay gente buena que te avisa. Me querían meter cocaína en la taquilla, decirle a una familia a la que atiendo que había abusado de niños…  Ellos pueden desprestigiarte muy fácil en los medios, pero no contaban con que yo contaba con un medio aún más poderoso, las redes sociales. Y no les he dado tiempo para idear una estrategia, porque me grababa en mi casa y enseguida estaba subido el vídeo a Facebook.

¿Y la oposición? ¿Se ha arrimado a usted para sacar tajada? ¿Le han tentado con incluirle en futuras listas electorales?

En Granada me han dejado en paz. A nivel nacional Íñigo Errejón intentó acercarse a mi en la manifestación y le dije que no, que ni se acercara, porque ni lo conozco ni tenía intención. Pero ya te digo que en Granada me he mantenido al margen, aunque sí, sabes que te echan los tejos, te insinúan… Pero el que me lo propuso directamente fue el PSOE. A raíz de mis primeros videos dijeron que les interesaba que me callara y que podía tener un puesto importante, pero los mandé a tomar por culo. Es que manda cojones… Y si te digo que en la últimas elecciones voté al PSOE… Me equivoqué de lleno…

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Jorge Miró

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