La docente jubilada Paqui Gago es conocida en La Barca, una ELA de Jerez, por ser uno de los puntales del feminismo histórico de la localidad, a través de su asociación 'Sol Rural'. En sus redes sociales, ha realizado una interesante reflexión sobre el apuñalamiento por parte de un menor de tres profesores y dos compañeros el pasado jueves en la ciudad.
Gago explica que ha sido maestra "desde primero hasta octavo". Por ello, señala que "trabajar la clase como grupo y la comunicación interna explícita entre el alumnado y el o la docente es imprescindible", logrando así "el fomento de la participación, el aprendizaje vicario, la organización del grupo clase; conocer lo que ocurre en el centro dentro y fuera del aula es necesario y ahora más que nunca... no creo en una enseñanza de menores de 15 años en fila india...".
Por todo ello, se pregunta: "¿Quién de nosotros aguantaría 5 horas en su silla y su mesa o sillita y mesita... y en silencio?... de pequeña, en mi escuela, en los pupitres, por lo menos estábamos de 2 en 2".
"En mi primera clase como maestra aún había pupitres, yo los puse de dos en dos para hacer grupos de 4. Un día el inspector don Severiano (no sé si aún vive) visitó mi clase (entonces los inspectores visitaban las clases...) y, sorprendido, me preguntó la razón por la que tenía organizada así la clase".
"Se lo expliqué, había aplicado un sociograma y por razones de aprendizaje vicario, refuerzo, compensación de diferencias individuales en positivo, liderazgo, conocimiento, comunicación y dinamismo en contra del aburrimiento...".
"Yo no creo en las filas indias', le dije... y el inspector me animó a seguir así. Sí, creo en la participación y la comunicación, así como en el sentido de pertenencia a un grupo. ¡Qué pena de criaturas aisladas y cruelmente acosadas! Sigo siendo utópica y lanzo un SOS a la política educativa, gobierne quien gobierne".
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