Las primeras semanas de curso se han convertido en un auténtico calvario para una profesora con discapacidad que asegura estar siendo víctima de trato discriminatorio por parte de sus propios compañeros. La docente, que imparte Formación Profesional, ha relatado que tras informar a la dirección de su centro sobre su condición, comenzó a recibir comentarios humillantes que han minado gravemente su ánimo y su salud.
La activista Belén Jurado, madre comprometida con la defensa de los derechos del alumnado con discapacidad, ha difundido en sus redes sociales el testimonio de una profesora que asegura estar siendo objeto de trato vejatorio por parte de algunos compañeros. La docente explicó que, tras comunicar su situación, fue cuestionada en su capacidad profesional. Según contó, llegó a escuchar frases como: “Me han insinuado que me plantee irme porque ‘una persona ciega no puede ser piloto, aunque quiera’”. Asegura que estas conversaciones le han provocado una fuerte ansiedad y que se encuentra valorando solicitar la baja médica antes de emprender acciones legales.
El miedo a ser señalados
En su testimonio, la docente expresó su preocupación no solo por lo vivido, sino también por el impacto que este tipo de actitudes puede tener en el alumnado. “Te lo cuento porque estoy tremendamente preocupada. Si me tratan a mí así, ¿cómo van a tratar a los chavales diferentes?. Estoy aterrada”, afirmó.
El mensaje compartido por Belén Jurado ha generado reacciones de otras docentes que reconocen haber pasado por situaciones similares. Una maestra comentó: “Por esto no saben en mi colegio que soy autista. En ninguno de los centros en los que he trabajado lo han sabido. Ahora estoy iniciando el tema de las adaptaciones a las que tengo derecho por tener una discapacidad y además de que la Delegación Provincial de Educación me ha dicho que, y cito: ‘si has llegado hasta aquí no necesitas adaptaciones’, y por tanto, no me las da, tengo miedo de que mis compañeros piensen exactamente esto, por eso me ha costado muchísimo iniciar todo este proceso”.
Apoyo y denuncias de otras experiencias
Los mensajes de apoyo se multiplicaron tras la publicación. Carmen, otra docente, relató su experiencia: “Cómo te entiendo, compañera. Conmigo se han portado tan mal que al final han conseguido que me jubilen. A mí me decían que no les servía, que no podían contar conmigo de manera segura, que me fuera a casa si no estaba al 200%… Los niveles de ansiedad te los puedes imaginar. No quiero ni acordarme de tantas y tantas cosas que me fueron destrozando. Adelante con tu idea de denunciar. Ojalá yo lo hubiera hecho cuando empezó todo. Mucha suerte”.
Paqui también quiso mostrar su indignación: “Estoy alucinando... Lucha por tus derechos y no te dejes avasallar. Es verdad lo que dices, si contigo se comportan así... no me quiero imaginar con los alumnos con discapacidad. Vaya profesionales, brilla la empatía por su ausencia”. En la misma línea, Elvira sentenció: “Qué valores tenemos, qué sinvergüenzas”.


