Hasta ocho alumnos enfermos en clase: "Chutes de ibuprofeno y para el colegio"

La historia viral de una maestra que desmonta el mito de la conciliación. ""Los niños están poniendo por delante de su propia salud la conciliación laboral de sus familias con absoluta consciencia", relata la docente

La historia viral de una maestra que desmonta las mentiras de la conciliación. Hasta ocho alumnos enfermos en clase.
La historia viral de una maestra que desmonta las mentiras de la conciliación. Hasta ocho alumnos enfermos en clase.

Una maestra de Primaria ha querido compartir en redes una escena que forma parte de su día a día laboral: niños que acuden a clase enfermos porque sus padres trabajan. “Profe, yo me encuentro mal pero mi padre me ha dicho que no te lo diga”. Hasta ocho alumnos se encontraban en la misma situación según ha relatado @PaulaBloom

“A todos les habían dado chute de ibuprofeno y al cole, pero se había pasado el efecto. Una lloraba porque le dolía la cabeza. Otro porque no quería que avisásemos en casa. La profe, recién dada de alta de un tratamiento oncológico me llamó con ansiedad y me pidió que subiera y me quedara unos minutos por ella”, cuenta esta profesora en redes. 

En su reflexión añade. “No juzgo en absoluto a las familias que necesitan ir a trabajar para comer y su único recurso para conciliar es la escuela. No juzgo que estén aterradas y sin medios". Lo que no entiende es que "los niños estén poniendo por delante de su propia salud la conciliación laboral de sus familias con absoluta consciencia”.

También muestra su preocupación porque las niñas y niños "aprendan a mentir sobre su estado para no alertar al jefe y arriesgarse al despido. Me preocupa que aprieten los dientes. Me preocupa también que estén en el dilema de desproteger a sus madres o a sus profes, porque los niños ven la ansiedad en la cara de esa maestra sin pelo y con pañuelo que se desencaja cuando tres de ellos tosen a la vez". 

La docente entiende que la responsabilidad “se la estamos cargando” a los menores y estamos "haciendo a los críos cómplices de la cara más dura de este sistema que penaliza el cuidado y que el debate en materia de salud y derechos humanos gire en torno a si un tenista entra en Australia. Los niños no solo no deben sino que no pueden sostenerlo. Están pagando el precio más caro poniendo el cuerpo de la forma más bestia y siendo absolutamente conscientes. Necesitamos medios para atenderles ya". 

Por último, concluye. "Mientras seguimos yendo al cole no sé a qué, a aprender no, desde luego y a enseñar no, desde luego. Es una carrera contrarreloj diaria contra la ansiedad colectiva especialmente dura porque las maestras no somos sanitarias y los niños no son pre personas: son nuestros vecinos".

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