Así son los coches andaluces que vuelven a construirse tras casi tres lustros: dos versiones del Santana 400, una diésel y otra enchufable, que buscan reactivar una industria que marcó a Linares durante décadas. Una de las mejores noticias de la industria andaluza, que viene con inversión china, y que supone algo simbólico: puede construirse de nuevo, hacerse cosas, en Andalucía.
La Junta de Andalucía, propietaria de Santana Motor desde 1995 tras la marcha de Suzuki, cerró la factoría en 2011 por pérdidas superiores a 270 millones de euros. Fueron casi 2.000 empleos menos y una comarca sumida en una depresión social que evocaba el cierre de las minas de plomo. El plan “Linares Futuro”, presentado por el Gobierno andaluz para amortiguar el golpe, terminó diluyéndose, mientras la ciudad escalaba a los primeros puestos del paro en España, llegando incluso el desempleo juvenil a superar el 50 %. Un contexto que alimentó los graves incidentes de febrero de 2021, tras la agresión policial a un vecino y su hija menor, un episodio que estalló en plena crisis social.
Entre la ruina económica y el desánimo colectivo, los sindicatos salvaron al menos un acuerdo laboral que permitió la prejubilación de unos 800 trabajadores mayores de 50 años con el 80 % de su base de cotización.
La vuelta de Santana Motor
Este viernes, 5 de diciembre, saldrán de las cadenas de montaje las primeras unidades de ambas versiones del Santana 400, haciendo posible que la localidad jienense recupere su histórico vínculo con la automoción. Lo hará gracias al pacto con las firmas chinas Zhengzhou Nissan Automobile y Anhui Coronet, dentro de un proyecto dotado con unos 20 millones de euros y que implica 150 empleos en producción y 50 administrativos.
La primera de ellas, la pick-up diésel de Santana, llega combinando todoterreno con “máxima fiabilidad, potencia y tecnología para el trabajo y la aventura”. Sus cifras hablan solas: 190 CV / 500 Nm, aceleración 0–100 km/h en 9,1 segundos, 848 km de autonomía total y hasta 3.200 kg de remolque, con opciones de transmisión MT o AT. Todo ello impulsado por un motor diésel 2,3 L, con diferencial delantero, central y bloqueo trasero electrónico opcional. Una propuesta que se sostiene en la calidad europea, gracias a la producción local en la Santana Factory de Linares.
La marca destaca también su capacidad de carga —superior a 800 kg—, el pedal retráctil eléctrico para un acceso optimizado y un enfoque claro: crear un vehículo “preparado para el trabajo duro y la aventura”. Y a ello suma una capacidad off-road y 4x4 en la que el Santana 400 despliega modos 2H, 4H y 4L, con chasis reforzado y control estable en cualquier superficie. “Potencia, control y libertad sin límites”, resumen desde la compañía, recordando además que los valores de consumo o emisiones pueden variar.
En paralelo, la versión enchufable se reivindica como una pick-up híbrida enchufable que ofrece eficiencia sin renunciar al ADN todoterreno. Sus números son igual de llamativos: hasta 120 km de autonomía 100 % eléctrica, más de 1.000 km combinados, 0–100 km/h en 6,5 s, 3.200 kg de remolque y un conjunto que entrega 429 CV / 800 Nm. Todo ello gracias al sistema 1.5 L + motor eléctrico, batería de 32 kWh con carga rápida DC y ventajas como la Etiqueta Cero Emisiones. La marca insiste en que la calidad europea y la fabricación en Linares siguen siendo la base del proyecto.
La pick-up mantiene igualmente la caja de más de 1.100 litros y la tracción total mecánica con los mismos modos todoterreno. Sus características técnicas completan el perfil: 240 mm de altura libre, ángulos de 31°/26°, vadeo de 800 mm y una visión panorámica de 540°, junto a una cabina amplia, doble pantalla de 10,25” + 14,6”, CarPlay™, Android Auto™, OTA y 28 sistemas ADAS.
Un impulso económico y social
Estas son las dos puntas de lanza de la factoría. Su éxito podría traer trabajo en el futuro. Hay lista de espera, lo cual parece buena señal, pero también cierta prudencia de la marca a la hora de producir. El precio, de hecho, aún no se ha publicado.
Hoy, con el regreso de la marca, se respira un aire diferente. “Estamos muy contentos. La marca Santana es una marca que tiene un valor sentimental muy potente para mí y para toda la ciudad”, ha afirmado el director ejecutivo de Santana Motors, Eduardo Blanco. Un sentimiento que comparte el teniente de alcalde y exregidor Raúl Caro-Accino: “Para Linares significa el regreso de la marca Santana y que volvamos a ver salir vehículos por la puerta principal del Parque Científico Tecnológico del Transporte Santana, una gran noticia para esta ciudad”.
La vuelta, eso sí, llega envuelta en una nueva batalla política entre PP y PSOE. Los socialistas de Jaén reivindican que la reactivación “tiene sello socialista”, después de que el presidente andaluz, Juanma Moreno, calificara como una “desfachatez” la presencia de la vicepresidenta María Jesús Montero en el acto inaugural. Una polémica que, de momento, no eclipsa el renacer de unos vehículos que vuelven a llevar el nombre de Linares mucho más allá de sus fronteras.


