El líder de la CEOE, José Antonio Garamendi, tras la fuga de Ferrovial a un paraíso fiscal tras recibir 1.000 millones en la época del Gobierno de Pedro Sánchez, como ha publicado este viernes El País, ha declarado, en una entrevista a Onda Cero, que "ojalá hubiera más Del Pino", en alusión a Rafael del Pino, presidente de Ferrovial. "Imagina un Juan Roig o un Amancio Ortega en cada provincia de España, sería maravilloso", ha añadido Garamendi, que ha advertido de que los mensajes diarios de "castigo" a las empresas por parte de algún ministro o ministra generan un mensaje "de falta de confianza muy grande".
Responde así el presidente de la patronal a las declaraciones del presidente Sánchez, que un día antes, quien dijo que "en España hay ejemplos de grandes empresarios comprometidos con su país, pero que después de este anuncio, queda claro que no es su caso".
Hasta la ex líder de Vox, Macarena Olona, ha cargado contra Del Pino: "Del Pino, presidente de Ferrovial, es la tercera mayor fortuna de España. Gracias a las obras públicas pagadas con los impuestos de los españoles. Su cuenta de resultados no le parece suficiente. Y decide abandonar España para pagar menos impuestos. Patriotismo de bolsillo".
La ministra de Derechos Sociales y Agenda 2023, Ione Belarra, ha manifestado este pasado jueves ante el anuncio de Ferrovial de trasladar su sede de España a Países Bajos —aunque también se ha comprometido a mantener el empleo en España— que "no hay nada más antipatriota que aprovecharte de las ayudas públicas que se pagan con los impuestos de todos los ciudadanos cuando las cosas te van mal, como es este caso, y cuando te van bien, irte a un paraíso fiscal para no pagar impuestos y no pagar lo que te corresponde".
En línea con Garamendi, el PP entiende que empresas como Ferrovial no "aguanten el maltrato" del Gobierno y teme que otras también se vayan. El coordinador general del PP, Elías Bendodo, ha indicado que esto debería llevar al Gobierno "de colisión" de Pedro Sánchez a reflexionar acerca de qué se consigue "atacando" a las empresas españolas porque si se trata de no perder un "puñado de votos en la izquierda, eso no merece la pena".
Después de la decisión de Ferrovial de trasladar su sede social a Países Bajos, uno de los territorios de baja fiscalidad de la UE, se ha sabido que la empresa no paga Impuesto de Sociedades desde 2020 por créditos fiscales y, como también publica este viernes El País, se adjudicó contratos de obra pública por 1.000 millones en la era Sánchez, además de acogerse al mecanismo de los ERTE por la crisis del covid.