Dentro de las medidas para facilitar la regularización de las trabajadoras del hogar, que este martes vivían un día histórico al aprobar el Consejo de Ministros un real decreto con la mejora de condiciones laborales para este colectivo, se encuentran una seria de ayudas fiscales a las que podrán optar los empleadores.
Aquella persona que tenga contratada en situación regular –los sindicatos calculan que unas 200.000 trabajadoras no están inscritas en la Seguridad Social– a una empleada del hogar podrá solicitar una reducción del 20 por ciento en la cotización por contingencias comunes. Esto hace referencia a accidente o enfermedad no vinculada al puesto de trabajo.
Entre los beneficios fiscales también se contempla una bonificación del 80 por ciento en la cotización por desempleo.
Otra ayuda que contempla la nueva normativa es la reducción del 45% en las familias cuyo patrimonio neto sea tres veces inferior al estipulado para obtener el Ingreso Mínimo Vital o en aquellas cuya renta anual sea tres veces inferior a la garantizada por el IMV.
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