Las flores en el pelo y el zapateo en el tablao de una caseta al compás de una sevillana. Por fin ya vuelve a oler a feria. La fiesta de los lunares. La explosión de colores y esa fecha del año en la que las mujeres lucen sus mejores galas en el Real. Tras un parón sin precedentes, la primavera llega con aires de reactivación de un sector que regresa con más fuerza que nunca.
La moda flamenca resucita entre tejidos y estilos para todos los gustos. El único traje regional español que evoluciona con el tiempo esquiva la pandemia y pisa el albero. ´ ya se ha llenado de farolillos y de una gran variedad de trajes nuevos que expone en la planta baja de los grandes almacenes de Jerez.
En la colección de 2022, predomina el uso de colores llamados vitamina como el amarillo, rosa, turquesa, verde, incluso neones. Sin olvidar al rojo, estrella por antonomasia de los vestidos, ni al blanco y al negro, combinación que no pasa de moda.
Las tendencias para las próximas ferias se basan en tejidos con caídas y en los volantes pequeños. Además, destacan los estampados clásicos de lunares y los florales. Hay libertad para los escotes de todos los estilos y formas, desde en barco hasta en pico, camisero o de corazón.
Peinetas, flores, pendientes, mantoncillos. En la sección especializada de El Corte Inglés se encuentran todos los complementos que acompañan al atuendo que este año todas quieren llevar a la feria.
Se respiran unas ganas inmensas de disfrutar de nuevo de esta fiesta popular tan añorada en los dos últimos años. “Ahora todo el mundo quiere traje. Ha sido un boom brutal, está todo vendido”, sostiene Pedro González, presidente de la asociación de moda y artesanía flamenca Qlamenco.
Las ventas se han multiplicado a niveles prepandemia y los diseñadores no dan abasto ante la cantidad de pedidos. El sector, duramente golpeado por la crisis, resurge. “Los profesionales están tomando ansiolíticos, no les da tiempo a terminar los trajes”, expresa el también director del Salón Internacional de Moda Flamenca (Simof).
Según explica, la recuperación se nota a leguas y “esto no ha hecho más que empezar” ya que el periodo de producción se extiende hasta octubre. “Cuatro de los trajes que se terminaron de hacer ayer, se vendieron por la tarde, recién hechos, una barbaridad”, dice el gaditano.
El periodo de “bloqueo e incertidumbre” ha llegado a su fin y los feriantes esperan con ansias los alumbrados que inauguran las primeras ferias. Luz en el túnel después de una situación que es difícil de olvidar.
“Las colecciones se quedaron colgadas y un 60% de los diseñadores se dedicaron a otras cosas. Empezaron con la moda doméstica, a hacer sábanas, toallas, bolsos, mascarillas para poder pagar lo que debían”, comenta Pedro que nota que la pandemia ha provocado “un cambio de actitud de las pequeñas empresas al darse cuenta de que con la moda flamenca solamente no se puede sobrevivir”.
A raíz de la crisis, los diseñadores han optado por abrir su abanico de producción y darle cabida a otros sectores como los vestidos de novia. Sin desatender a los trajes de flamenca que ya reposan en las perchas de la sección de El Corte Inglés. Diseños de todos los estilos entre los que se encuentran las creaciones de Maripaz, Aguja y dedal, Aires de feria o Micaela Villa. Esta última, encargada del traje que será el primer premio del concurso que ya prepara lavozdelsur.es —en breve se anunciarán todos los detalles— para la próxima Feria del Caballo, La flamenca con más arte, gracias al patrocinio de El Corte Inglés, Williams & Humbert, y Cocinas Schmidt.
Micaela Villa, con presencia en El Corte Inglés de Jerez, es una de las que vive el renacer del sector. “Han sido dos años de parón absoluto, hemos estado cerrados sin vender ni trajes ni complementos”, comenta Raquel, dependienta de una de las cuatro tiendas que la firma almonteña tiene en Sevilla.
La responsable de la venta directa al público observa cómo todo vuelve a la normalidad “poco a poco” desde que reabrieron a finales de 2021. Con frecuencia, entran muchas personas en busca de las últimas novedades. “Nos hemos recuperado bastante rápido, las ventas están yendo muy bien”, explica tras saludar a un nuevo cliente.
Las mujeres están deseando estrenar traje de flamenca después de dos ferias canceladas. “Han habido muchos casos de cambios de talla o de niñas que se han quedado sin traje porque eran mucho más pequeñas”, dice Raquel.
Esta temporada, triunfan desde los diseños más clásicos hasta los más atrevidos. Hay público para todas las propuestas, hasta las que más se salen de la norma. “He visto cómo un traje con cremallera y barriga destapada se vende”, añade Pedro González que percibe una apertura a la hora de elegir trajes motivada, en parte, por el Simof, donde “se expone la creatividad y se reeduca”.
La moda flamenca pisa fuerte para “sacar a bailar a la del vestido grana” y a la multitud de opciones que llenaran de color las casetas.
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