El sector de la moda flamenca ha sido uno de los más afectados por la pandemia. Tras dos años sin ferias ni romerías todo vuelve a resurgir: la gente tiene ganas de manzanilla, de rebujitos y, cómo no, de enfundarse un traje de volantes para pasear por el Real. Sin embargo, tras el parón de estos años, a la moda flamenca solo le queda renovarse o morir. Para esto nace Showroom Flamenca Style, un escaparate online especializado en los vestidos de faralaes.
Al volante, nunca mejor dicho, de esta nueva empresa están las sevillanas Patricia Márquez, directora de la escuela Patronista Flamenca, y Ana Leticia Fernández, experta en moda y coaching ejecutiva. Márquez lleva adelante una empresa de patrones online con un mercado internacional, además ayuda a diseñadores de toda España a desarrollar sus colecciones. Por su parte, Fernández lleva 15 años en el mundo de la moda haciendo coaching ejecutivo para diseñadores consagrados que tienen tienda física y no tienen herramientas para poner tiendas online, o para diseñadores nóveles que después de presentar una colección se ven a la deriva sin herramientas para ponerla en venta.
“Decidimos poner en marcha un showroom físico y viendo la propia demanda del mercado vimos que existen muchos diseñadores locales que presentan una buena colección que no llegan a ese cliente de Madrid o Barcelona. Esos clientes que demandan un traje de flamenca para la feria de Sevilla o de su localidad, pero no saben cómo hacerlo”, narra Fernández a lavozdelsur.es.
En su filosofía llevan a cabo el querer salirse de las fronteras de Andalucía. “Nosotros tenemos mucho turismo, lo ves paseando por la feria de Sevilla con un traje de souvenir, o está el turista que llega dos días antes a cualquier feria buscando un vestido de flamenca”, narra Fernández, y agrega que, además, hay demanda para mujeres que “quieren un traje para las ferias de sus zonas”. Su función es hacer llegar ese vestido soñado para que disfrute de él cuando quiera.
Una clientela totalmente nueva
“Nosotros ponemos un traje de flamenca a disposición de un cliente en cualquier punto de Europa”, incide Fernández, y abunda: “La moda flamenca tiene mucha fuerza, la vemos muy nuestra, pero no llegamos a ver el alcance que tiene a nivel internacional porque es un vestido símbolo de nuestro país”.
“Primero vamos a trabajar en Europa"
En este sentido, recuerda que Madrid y Barcelona son dos puntos de venta muy importantes en España, pero que también se van a centrar en mercados como el francés o el holandés. “Primero vamos a trabajar en Europa y, posteriormente, iremos saltando a otros continentes”. Fernández añade que “el mercado existe y es el que nos va a ir marcando el crecimiento: el mundo online ofrece enormes posibilidades”.
Si el traje tiene que hacerle un arreglo tiene que hacérselo el cliente, aunque admite que lo andaluces tenemos una obsesión porque el traje quede perfecto que fuera no lo tienen. “¿Cuántos turistas hemos visto en la feria o en una romería vestido de cualquier cosa? Es una forma de ponérselo fácil. Le ofrecemos productos buenos, con buena calidad e imagen y te lo hacemos llegar a cualquier punto de Europa. Es un sueño para el diseñador y para la clienta francesa que, de repente, tiene una fiesta en su ciudad y no sabe que ponerse”, cuenta Fernández.
Fernández y Márquez aseguran que “queremos que el diseñador se centre en su trabajo y en realizar unas buenas imágenes de su colección, con calidad. El resto depende de nosotras: búsqueda de clientes, gestión de toda la información, publicidad, redes sociales… Sólo tendrán que empaquetar el diseño que se haya vendido y nosotras lo enviaremos al cliente final”.
El canon mensual que debe abonar cada diseñador para participar en este espacio online dependerá del número de diseños que quiera exponer, a lo que habrá que sumar una comisión de entre un 8 y un 12% tras cualquier venta.
"Hay un cliente con muchas ganas de vivir"
Sobre el futuro de la moda flamenca tienen una cosa clara: "Hay muchas ganas”. “Hay un cliente con muchas ganas de vivir, que lleva dos años sin disfrutar de una romería o una feria y que tiene muchas ganas de gastar. Hay muchos diseñadores que nos piden contactos de costureras que ayuden en producción. Ha vuelto a revivir y eso se ha notado”, narra.
Ellas trabajan codo con codo para dar ese empujoncito a la moda flamenca, que se ha llevado tanto tiempo sin poder sacar nuevas colecciones. Ayudan con unas necesidades que no pueden abarcar los diseñadores. “Hay que ser realista, en el sentido de que a una pyme de moda le cuesta mucho poner en marcha una colección. Las empresas consagradas tienen que pedir muchas ayudas para presentar en las pasarelas. Si tuviésemos que hablar de la logística que se necesita para llegar a un cliente de fuera, ni te digo”, explican.
“Nosotros no nos centramos en el diseño, eso se lo dejamos en manos de quien sabe diseñar. Hacemos una buena estrategia de marketing, de publicidad, de logística y una buena pasarela de pago para hacerle llega a cualquier punto”, finalizan.
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