Un ejemplar de lince ibérico de pelaje blanco, conocido como Satureja, ha sido grabado por primera vez en un paraje cercano a Jaén, lo que ha despertado un notable interés entre especialistas y autoridades medioambientales. La imagen del animal, captada a comienzos de octubre por un fotógrafo aficionado, se difundió rápidamente en redes sociales, generando expectación por la inusual coloración del felino.
La Junta de Andalucía ha confirmado que ya tenía constancia de la existencia de este ejemplar, que forma parte del programa de recuperación del lince ibérico en la comunidad. Las autoridades ambientales han iniciado una investigación para determinar las causas de su cambio de pigmentación, que podría deberse a factores genéticos o ambientales. Hasta el momento, no se han extraído muestras que permitan establecer un diagnóstico preciso.
El fotógrafo que logró la grabación, Ángel Hidalgo, aseguró haberse sorprendido al divisar al animal en una zona de monte próxima a la capital jiennense. El aficionado explicó que el lince se mantuvo inmóvil apenas unos segundos, tiempo suficiente para captarlo en vídeo. Por motivos de seguridad, ha preferido no revelar la ubicación exacta del avistamiento.
Desde la Consejería de Sostenibilidad y Medio Ambiente señalaron que Satureja es una hembra nacida en 2021 con una coloración normal, pero que posteriormente desarrolló el característico tono blanco. Los técnicos consideran que este caso puede ofrecer información valiosa sobre los factores que influyen en la pigmentación de los mamíferos y sobre posibles impactos ambientales que afecten a la especie.
Aumenta la investigación
El hallazgo se ha interpretado como una oportunidad para reforzar la investigación sobre el lince ibérico y los programas de conservación en marcha, entre ellos los proyectos Life, que se desarrollan en distintas zonas del sur peninsular. La Junta prevé continuar el seguimiento de este ejemplar para analizar su evolución y comportamiento.
La población del lince ibérico sigue mostrando una tendencia positiva. Según los últimos datos de la Consejería, en 2024 se contabilizaron 2.401 ejemplares, de los cuales 470 eran hembras reproductoras. Con estas cifras, el programa de conservación se aproxima al objetivo de 750 hembras para considerar la especie fuera de peligro de extinción.
