La plataforma Ecologistas en Acción de Jerez se ha hecho eco de la preocupación de los ciudadanos sobre la muerte y tala por cuestiones de seguridad de numerosos ejemplares de palmera canaria por todo el municipio. El culpable de esta situación es una especie de insecto, el picudo rojo, a quien se considera culpable de la desaparición de la mayoría de estos árboles desde que se detectara por primera vez su presencia en 2009.
Entre 2009 y 2012 este coleóptero destruyó una gran cantidad de las palmeras de Jerez, pasando el censo registrado de 5.000 ejemplares a bastante menos de la mitad que fueron rescatados gracias a la colaboración del Zoo de Jerez con la Diputación de Cádiz mediante tratamientos fitosanitarios. Lamentablemente, muchísimos ejemplares sucumbieron a esta plaga por toda la ciudad, llevándose la peor parte las que se ubicaban en el parque del Retiro.
Como señalan los ecologistas "diez años después siguen quedando sus tocones como testigo de sus desastrosos efectos". Ahora, denuncian que el problema se está recrudeciendo debido al cese de tratamiento de las palmeras, provocando la otro aluvión de muertes en zonas como la explanada de los cacharritos de la feria, los taludes del ferrocarril junto a Ifeca, la rotonda de José Luis López Aranguren en Palos Blancos, la rotonda de Arlés en el parque Atlántico o la plaza Adarves en la avenida de las Delicias.
Estas pruebas evidencian que "el picudo rojo nunca se ha ido, sino que sigue muy activo o, lo que sería más grave, que los tratamientos fitosanitarios y el control de la plaga han dejado de hacerse". El problema es aún mayor teniendo en cuenta que, en los últimos años, el picudo negro, procedente de México, también ha hecho acto de presencia exterminando agaves -conocidas popularmente como pitas- en la rotonda José Luis Alpresa Caro, en San Juan de Dios, o en la rotonda de la C/ Hermanda del Rocío, en las proximidades de Ikea.
Ecologistas en Acción reconoce que no sabe con exactitud si el Ayuntamiento ha iniciado los tratamientos contra esta plaga, al menos, la eliminación de los ejemplares afectados, pero advierten que sería "una pena y una irresponsabilidad" que no se tomaran las medidas convenientes en el momento adecuado de modo que solicitan información precisa sobre cómo se está enfrentando dicho problema. De la misma forma exigen un control exhaustivo de las colonias de picudo rojo y negro "para prevenir una nueva destrucción masiva en nuestros jardines y espacios verdes".
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