Así es la enfermedad que amenaza las naranjas de Sevilla (y la mermelada que encanta a los ingleses)

El Ayuntamiento hispalense está colaborando con el instituto de investigación Las Torres para elaborar diferentes estrategias que permitan frenar el avance de la bacteria que provoca esta enfermedad

Naranjas amargas en Sevilla.
Naranjas amargas en Sevilla.

Sevilla está en alerta por una peligrosa plaga que amenaza los famosos naranjos con cuyos frutos se elabora la mermelada que, por ejemplo, consumía la reina de Inglaterra Isabel II. Estos árboles que fueron introducidos por los árabes hace más de un milenio están siendo aniquilados por todo el planeta por una bacteria que ahora amenaza a Europa.

El riesgo de expansión del Candidatus Liberibacter, que provoca la enfermedad conocida como huanglongbing, vulgarmente conocida como dragón amarillo, está poniendo en jaque a estos árboles tan típicos de la ciudad hispalense, aunque, desde el instituto de investigación Las Torres insisten en la importancia de diferenciar el vector de la bacteria. "A Europa lo que ha llegado es el vector, lo que puede originar la enfermedad", explica Francisco Arenas, director de la organización a lavozdelsur.es.

Concretamente en 2014 se detectó por primera vez la presencia del insecto que transmite esta enfermedad letal (la psila africana de los cítricos) en limoneros de la provincia de Pontevedra, lo que significó el primer paso de la invasión de Europa por parte de esta plaga que, actualmente, es imposible de erradicar.

En muchos países de Asia, de África y más recientemente en Norteamérica, el contagio ha alcanzado ya el nivel de epidemia, pero, afortunadamente, Europa aún se encuentra a salvo. De hecho, la cuenca Mediterránea y Australia son las únicas zonas productoras de cítricos en el mundo que están libres de esta bacteria por el momento, si bien los expertos admiten que "tras la llegada del vector tarde o temprano se produce la detección de la enfermedad". Es por ello que el plan de actuación debe iniciarse "desde la prevención" para "evitar males mayores". 

La globalización y el incremento de las transacciones comerciales entre países y continentes ha favorecido el transporte de multitud de tipos de organismos que han comenzado a expandirse en nuevas áreas y justo esto es lo que hace que especies como la Candidatus Liberibacter ya hayan llegado a diferentes continentes. La enfermedad que produce, por cierto, está considerada como la más devastadora para los cultivos a nivel mundial.

Árboles muertos en cinco años

El efecto que tiene esta bacteria sobre los naranjos es letal. Al comienzo de la infección, las hojas van poniéndose cada vez más amarillentas y presentan un moteado característico que se va distorsionando. A partir de aquí, el árbol va produciendo cada vez menos frutos hasta que acaba quedándose vacío. En un plazo de cinco años puede estar completamente muerto.

Se trata de un panorama desolador contra el que no se puede luchar. "Aún no existe una cura como tal, la única solución es trasplantar el árbol para evitar que siga expuesto", señalan voces expertas.

En las zonas donde la enfermedad ya se ha extendido el número de naranjos que han muerto por esta causa es altísimo y el sector de los cítricos ha quedado en jaque. En Florida (se detectó la bacteria en 2004), por ejemplo, se registró casi un 100% de incidencia de la enfermedad entre 2005 y 2011, lo que se tradujo en una pérdida de más de 4.500 millones de dólares y de 8.000 puestos de trabajo relacionados con el cultivo y manipulación de cítricos.

Por si fuera poco, el tratamiento que se realiza contra la enfermedad es completamente insostenible para la recolección y posterior utilización de los frutos, ya que se recurre a enormes cantidades de insecticidas para tratar de acabar con la plaga, algo que no se puede mantener ni desde el punto de vista económico ni desde el medioambiental

Una alternativa natural para prevenir el contagio

La Unión Europea ha impulsado en los últimos años la campaña Life for Citrus, que incluye a España, Francia, Italia y Portugal y que desarrolla propuestas para detener el avance de esta bacteria.

Ante el uso de pesticidas y otros elementos que pueden afectar el consumo posterior de las naranjas, el Ayuntamiento de Sevilla ha intentado llevar a cabo una prueba piloto fomentando la propagación de pájaros e insectos que se alimentan de la plaga que transmite la enfermedad. De esta forma se pretende trabajar junto a la naturaleza y no contra ella.

Así, en el parque de la Buhaira se plantarán naranjos en una extensión de 1.800 metros cuadrados y se fomentará la prosperidad de este nuevo ecosistema depredador de la bacteria mediante diferentes instalaciones como cajas nido para los pájaros.

Además, el personal de parques y jardines dependiente del Ayuntamiento de Sevilla está formado desde el año 2019 para detectar posibles infecciones por dragón amarillo. De igual manera, desde el consistorio hispalense han promovido en los últimos años diferentes programas de sensibilización de la sociedad para que puedan conocer los efectos de esta enfermedad y remar todos juntos para proteger este importante legado de la ciudad.

Sobre el autor:

Pablo Mata

Pablo Mata

Periodista, graduado en la Facultad de comunicación de Sevilla en el año 2020. Miembro de la Asociación de Prensa de Jerez. He hecho prácticas y colaborado en varios medios para ganar experiencia. También escribo en mi propio blog sobre mi pasión, el deporte, y ahora tengo la oportunidad de aportar mi granito de arena en lavozdelsur.es.

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