La Fundación Savia ha manifestado su rechazo a la reciente modificación de la Norma de Calidad del Cerdo Ibérico, al considerar que el cruce del cerdo ibérico con la raza duroc genera “opacidad en el mercado” y pone en riesgo la conservación genética de la especie.
El conflicto surge en medio de la polémica entre varias Denominaciones de Origen (DO) del cerdo ibérico —Los Pedroches, Jabugo y Extremadura— a raíz de los cambios introducidos por la DO Guijuelo. Esta última aceptó la certificación de cerdos ibéricos 50 % de bellota y elevó la carga ganadera para el ibérico de "cebo de campo" de 15 a 100 animales por hectárea, decisiones que han generado rechazo en distintos sectores.
Francisco Casero, presidente de la Fundación Savia, criticó que la Norma de Calidad vigente permite la producción con cerdos cruzados con duroc, una medida que, según él, "fue incomprensiblemente aceptada por Bruselas". Para la fundación, esta normativa perjudica al cerdo ibérico puro y al ecosistema de la dehesa, ya que los consumidores no pueden identificar correctamente el origen y la calidad del producto que adquieren.
En un comunicado, Savia subraya que su defensa se centra en el cerdo ibérico puro de bellota y en la protección de su diversidad genética y bienestar animal, aspectos que consideran comprometidos por la norma actual. "El consumidor cree que adquiere un producto ligado a la dehesa, cuando en realidad proviene de un cerdo que ni ha pisado este ecosistema", apuntó Casero.
La fundación reclama que las Denominaciones de Origen y las autoridades adopten medidas para garantizar la transparencia del mercado y proteger el binomio exclusivo cerdo ibérico puro-dehesa. Entre sus propuestas figura la creación de una Ley de la Dehesa que reconozca y proteja de manera definitiva este ecosistema, considerado el más representativo de la Península Ibérica.
Mientras no se apruebe esta ley, Savia solicita una reforma de la Norma de Calidad vigente, limitando la producción a dos categorías claramente diferenciadas: ibéricos cruzados de pienso (50 %) con etiqueta blanca e ibéricos puros de bellota (100 %) con etiqueta negra.
Objetivo: proteger la raza ibérica pura
La fundación argumenta que esta distinción permitiría proteger la raza ibérica pura y ofrecer a los consumidores información clara sobre la procedencia y el tipo de alimentación de los cerdos, garantizando así la integridad del producto y la sostenibilidad del ecosistema de la dehesa.
La polémica ha generado un debate abierto entre productores, denominaciones de origen y asociaciones de defensa del patrimonio genético del cerdo ibérico, con distintos sectores reclamando mayor claridad y regulación más estricta para evitar prácticas que puedan confundir al consumidor.
Savia concluye que solo mediante la protección legal del cerdo ibérico puro y la transparencia del etiquetado se podrá asegurar la conservación de la raza y de la dehesa, evitando que la normativa actual diluya los estándares de calidad que han hecho del ibérico un producto emblemático de la gastronomía española.



