La peor amenaza de las costas andaluzas se llama 'R. okamurae'

Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía, perteneciente al CSIC, muestran la utilidad de las imágenes de drones y satélites para monitorizar el alga invasora japonesa que llegó al Estrecho en 2015

El Ayuntamiento de Tarifa ha llegado a retirar con recursos mecánicos 6.213 toneladas de R. Okamurae en solo dos meses (verano de 2021) . CSIC
El Ayuntamiento de Tarifa ha llegado a retirar con recursos mecánicos 6.213 toneladas de R. Okamurae en solo dos meses (verano de 2021) . CSIC

Se llama Rugulopteryx okamurae y fue detectada por primera vez en 2015 en las costas del Estrecho de Gibraltar. La elevada velocidad de expansión de esta alga invasora -procedente de Japón- le ha permitido colonizar una amplia gama de hábitats desde los 0 a los 50 metros de profundidad y constituye ahora una de las principales amenazas del litoral andaluz.

Solo en la Unión Europea, las macroalgas constituyen un 40% de las especies marinas invasoras de especial preocupación. El Ayuntamiento de Tarifa ha llegado a retirar con recursos mecánicos 6.213 toneladas de R. okamurae en solo dos meses (verano de 2021) en las playas de Los Lances y Atlanterra (Tarifa, España) lo que da una idea de la dimensión del problema.

Investigadores del Instituto de Ciencias Marinas de Andalucía (ICMAN), perteneciente al Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), han demostrado la utilidad de las imágenes de drones y satélites para monitorizar la especie en un estudio que se ha plasmado en un artículo en la revista Frontiers, en el que se destaca la importancia de incorporar estas herramientas en los programas de seguimiento continuado de la especie.

Así se informa en un comunicado del CSIC donde se explica que la metodología se ha desarrollado a partir de un vuelo con dron realizado el 1 de julio de 2021 en la playa de Bolonia (Tarifa, Cádiz) junto a las muestras de alga recogidas y los datos hiperespectrales captados con el radiómetro de campo ese mismo día. Además, se han utilizado imágenes satelitales de media y alta resolución espacial, tanto de Landsat-8 como de Sentinel-2, cercanas a esa fecha.

Recogidas de algas en las playas de Tarifa. CSIC
Recogidas de algas en las playas de Tarifa. CSIC

“Gracias a los datos radiométricos, hemos logrado caracterizar las firmas espectrales del alga, desde el arribazón en la playa seca hasta el submareal a 5 metros de profundidad, de manera que podamos generar una herramienta sinóptica de seguimiento de la especie a futuro sin necesidad de ir presencialmente”, explica Mar Roca, investigadora del ICMAN-CSIC y coautora del trabajo.

“Los resultados obtenidos, tras realizar el tratamiento de las diferentes imágenes multiespectrales mediante técnicas de machine learning, permiten cartografiar la cobertura vegetal emergida y sumergida de esta macroalga”.

Las imágenes de dron, que poseen una elevada resolución espacial (8,3 cm/píxel), muestran una mayor precisión al delimitar y cuantificar el área ocupada por el alga; mientras que las de los satélites Sentinel-2 y Landsat-8, de 10 y 30 m/píxel de resolución espacial, son capaces de detectar su presencia y generar alertas de forma continuada de manera remota.

“La importancia de este estudio radica en la caracterización radiométrica del alga y la evaluación de esta metodología para monitorizar de forma remota su distribución. Obtener la cartografía de los fondos y detectar dónde se encuentra más allá de los 5 metros de profundidad es aún una línea abierta en la investigación, pero poder detectar el alga flotante antes de llegar a formar un arribazón en la playa, puede ser una potente herramienta para su gestión operacional”, señala Roca.

El estudio, liderado por el ICMAN-CSIC, cuenta también con la participación de investigadores de la Universidad de Nantes y del Consiglio Nazionale delle Ricerche (CNR, por sus siglas en italiano).

Está desarrollado en el marco del proyecto Sat4Algae, financiado por la Junta de Andalucía, y es pionero en evaluar la capacidad de los sensores remotos a bordo de drones y satélites como herramientas para monitorizar el alga japonesa invasora, abriendo un nuevo enfoque para optimizar su investigación y, por ende, su gestión.

Según investigaciones previas, esta especie invasora está provocando importantes impactos ecológicos en la costa andaluza, como la pérdida de biodiversidad, la alteración del hábitat marino y el desplazamiento de especies autóctonas. También están demostradas las consecuencias económicas que ha ocasionado en el sector pesquero y turístico de la zona.

Gráfico del estudio científico. CSIC
Gráfico del estudio científico. CSIC

Este estudio demuestra que las imágenes de satélites y vehículos aéreos no tripulados (UAV) son útiles para monitorizar esta especie y supondría un valor añadido a los programas de seguimiento continuado que existen en la actualidad.

Además, podría ser una herramienta de apoyo a la hora de adaptar las políticas regionales, nacionales y europeas, incluida la Estrategia de Biodiversidad de la UE 2030, así como los Objetivos de la UE de restaurar los ecosistemas marinos.

Rugulopteryx okamurae está amenazando actualmente los fondos rocosos de la costa andaluza en el Estrecho de Gibraltar. Es un alga parda perteneciente a la familia Dictyotaceaey nativa del Pacífico noroccidental templado-subtropical.

Esta especie se registró por primera vez como especie invasora en mar abierto del Mediterráneo en el Estrecho de Gibraltar (Ceuta, península española y Marruecos)  y en 2015 como depósitos litorales inusualmente abundantes donde rápidamente se convirtió en invasor.

Los investigadores señalan que es muy similar a otras especies nativas; por lo tanto, es probable que haya estado presente en aguas del sur de España previamente sin ser detectado.

La especie se registró por primera vez en 2002, no en mar abierto sino en la laguna costera de Thau (Occitania, Francia), habiendo sido introducida allí a través de la actividad acuícola de ostras. Desde entonces, la especie ha continuado extendiéndose rápidamente por las zonas costeras del Estrecho de Gibraltar, llegando también a las Islas Azores.

“Además, más allá de las consecuencias ecológicas, R. okamurae está causando un importante impacto económico con pérdidas en el sector de la acuicultura y la pesca, obstrucción y deterioro de las artes de pesca, pero también en el sector turístico, donde los municipios tienen que gestionar grandes cantidades de biomasa muerta de R. okamuraeen sus costas durante toda la temporada estival. Los altos costes derivados de la gestión de la biomasa que llega a las playas corren a cargo de cada municipio”.

Sobre el autor:

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Pepe Contreras

Ha desarrollado una amplia trayectoria en prensa, radio, televisión, internet, logística, como asesor empresarial y en la Administración General del Estado. Analista de política y economía. Mantiene desde 2005 su propio blog y es pionero en el uso de redes sociales. El blog de Pepe Contreras / Twitter Pepe Contreras (@pepeconjerez

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