La población del alimoche común en Andalucía, una especie en peligro de extinción, ha mostrado signos de recuperación tras años de declive. El último informe técnico revela que desde 2017, cuando se registró el nivel más bajo de reproducción de esta ave necrófaga, la población ha experimentado un leve pero significativo aumento.
Cada mes de julio, la Consejería de Medio Ambiente lleva a cabo una campaña de anillamiento de pollos de alimoche en sus nidos, lo que permite a los técnicos monitorizar la evolución de la especie. Durante esta temporada, el equipo de seguimiento confirmó que la población andaluza del alimoche está en fase de crecimiento, un avance positivo tras años de preocupación por su posible desaparición.
Actualmente, Andalucía cuenta con 26 territorios de cría donde han nacido 19 pollos de alimoche. Estos nidos, situados en cortados rocosos, son el escenario de las operaciones de anillamiento, en las que los pollos son medidos, pesados y muestreados. Además, se les implantan dispositivos GPS-GSM para monitorizar sus movimientos en tiempo real, una tarea que realiza el personal especializado del Plan de Recuperación, en colaboración con el equipo de trabajos verticales de la Agencia de Medio Ambiente y Agua de Andalucía (Amaya).
La mayoría de las parejas reproductoras, un total de 19, se encuentran en la provincia de Cádiz. Las restantes están distribuidas de manera aislada en Sierra Morena de Córdoba, las Sierras de Cazorla, Segura y Las Villas, y la Serranía de Ronda. Esta dispersión refleja la complejidad del hábitat del alimoche en Andalucía y la necesidad de esfuerzos continuos para su conservación.
El anillamiento de pollos en nido es una de las actividades centrales del Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas de Andalucía, que busca mejorar el estado de conservación del alimoche y reducir su categoría de amenaza en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas. Este plan es crucial para asegurar la supervivencia a largo plazo de la especie en la región.
Además del anillamiento, el plan incluye otras medidas de conservación, como censos anuales de los territorios de cría, seguimiento y vigilancia de la reproducción, y alimentación suplementaria en comederos específicos. Estas acciones se coordinan con la Estrategia Andaluza contra el uso de cebos envenenados y con los programas de vigilancia de la mortalidad en parques eólicos y tendidos eléctricos, factores clave en la supervivencia de la especie.
El Plan de Recuperación y Conservación de Aves Necrófagas de Andalucía no solo se centra en el alimoche, sino también en otras especies en peligro de extinción, como el quebrantahuesos y el milano real, y en especies vulnerables como el buitre negro. Todas estas especies están incluidas en el Catálogo Andaluz de Especies Amenazadas y requieren de acciones específicas para su protección.
El alimoche, conocido científicamente como Neophron percnopterus, es una rapaz diurna de tamaño medio que nidifica en cortados rocosos y se alimenta de carroña. Cada primavera, tras invernar en el Sahel africano, esta especie migratoria cruza el Estrecho de Gibraltar para reproducirse en Andalucía y otras regiones de la península ibérica.
Desde que se inició el Plan de Recuperación en 2004, todos los alimoches nacidos en Andalucía han sido identificados individualmente, y algunos son monitoreados en tiempo real mediante dispositivos GPS-GSM. Hasta la fecha, se han anillado 370 ejemplares, lo que ha permitido recopilar valiosa información sobre su supervivencia, causas de mortalidad y patrones de migración.
Este esfuerzo continuo de monitorización y conservación es esencial para garantizar la recuperación del alimoche en Andalucía. La información recopilada gracias a estas actividades permite a los expertos realizar estimaciones precisas sobre la situación de la especie y desarrollar estrategias efectivas para su protección, asegurando así la preservación de esta ave necrófaga en peligro de extinción.