Cuando Claudia Clavijo se acercaba al campo de fútbol de su colegio, acompañada de sus amigas, para jugar con el balón, sus compañeros las rechazaban. "Decían que era solo para niños", cuenta la pequeña, que hoy tiene 9 años de edad y es una joven promesa de la gimnasia artística, según indica su entrenadora y directora del club Gimnasia Artística La Barca, la catalana Marta Pi Morera (Barcelona, 1984). "Pero ahora ya me respetan más", continua Claudia entre risas. Es más, "Aquí las niñas son los referentes de los niños", enlaza su entrenadora.
Claudia, que vivía en El Puerto, narra que a los 5 años de edad, cuando se mudó con su familia a La Barca, un día, estando en casa de su abuela, su madre vio a través de Facebook que en la pedanía ofertaban clases de gimnasia artística, algo totalmente desconocido para todas ellas. Pero fue probarlo y querer repetir. Desde entonces, en tan solo cuatro años, la pequeña portuense ha conseguido reunir más de 20 medallas y algún que otro trofeo. No obstante, como dice Pi Morera: "No somos un club que valore mucho las medallas. Para nosotros lo importante es el entrenamiento diario, los valores, el sacrificio...". De ahí que sus alumnas se hayan criado en el compañerismo y no en la competitividad.
Tres jóvenes gimnastas del club de gimnasia artística de La Barca dándose un abrazo tras el entrenamiento. FOTO: MANU GARCÍA.
"En la gimnasia hay dos modelos, el más clásico que es en el que se pone al límite a la persona y se la maltrata psicológica y físicamente; y el modelo por el que apostamos nosotros, que es que sean las propias niñas las que quieran esforzarse, que la gimnasia no sea una obligación. Siempre intentamos darle un contenido al deporte, por eso somos un club comprometido, lleno de valores", explica la entrenadora catalana, que reside en el municipio jerezano desde 2012, el mismo año en que abrió el club.
Cuando levantó el club Gimnasia Artística La Barca, coincidió que un grupo de madres reclamó al ayuntamiento de la ELA que hubiera una oferta deportiva más variada, más amplia. Por aquel entonces en la pedanía los menores solo se podían apuntar a clases de flamenco, de tenis o a fútbol. Por ello, cuando Pi Morera introdujo una modalidad deportiva totalmente innovadora en la provincia de Cádiz, las madres no dudaron en apuntar a sus hijas. 17 fueron las primeras que comenzaron, y hoy son 180 niños y niñas que entrenan salto, potro y paralelas, entre otros aparatos, en el polideportivo Manuel Moscoso 'Acuña', en Jerez, después de que el club consiguiese que el Consistorio jerezano les cediera las instalaciones el pasado agosto de 2017.
La entrenadora y directora del club barqueño, Marta Pi Morera, y el médico y entrenador del club, Antonio Hijano. FOTO: MANU GARCÍA.
El club barqueño se supera cada año, como bien hacen todos los pequeños (grandes) gimnastas que lo conforman. Y es que en sus seis años de existencia son un referente a nivel nacional. En 2017 quedaron terceras en la Liga Ibérica, cuando todavía entrenaban en condiciones precarias en el gimnasio del IES Vega del Guadalete, "Pero en todas las competiciones siempre hemos rascado algo", sonríe Antonio Hijano (La Barca, 1988), médico y entrenador del club.
Las niñas de competición, como Claudia Clavijo, o María Corredera, de 11 años y natural de San Isidro del Guadalete, entrenan de lunes a viernes durante tres horas y media. "Mi sueño es llegar a los Juegos Olímpicos", confiesa María. Ilusión que comparte su compañera Claudia: "Ser la mejor del mundo y llegar a los Juegos Olímpicos". Gracias a la labor pedagógica de la entrenadora catalana, el club barqueño ha dado un impulso al deporte femenino, "y al deporte en general", en Andalucía. "En esta zona, en el Sur, el deporte femenino es muy poco variado. Hay muy poca cultura deportiva y muy poco apoyo institucional hacia el deporte. De ahí que ir a ver algún evento deportivo aquí sea gratuito o tenga un precio simbólico", manifiesta Marta Pi. "La gente paga lo que valora, y si tú no valoras algo, no lo pagas", añade.
Un detalle de una gimnasta de La Barca en las paralelas. FOTO: MANU GARCÍA.
Sus palabras vienen a correlación de un polémico artículo que publicó el Diario de Jerez en el que señalaban que era "inapropiado que la Federación Andaluza de Gimnasia Rítmica —cuando es Artística— haya cobrado una entrada de 5 euros por ver el campeonato andaluz de este deporte", celebrado los pasados días 1, 2 y 3 de junio en Chapín. "Decían que el coste de la entrada iba en contra de la promoción del deporte y para nosotros no tiene nada que ver. Organizar una competición es dinero y cinco euros es un precio bastante simbólico para un evento de 12 horas en el que ves lo mejor de la gimnasia andaluza. Para nosotros ese articulo hace un flaco favor a la gimnasia y es una falta de respeto a todas las horas que le hemos dedicado a organizar ese campeonato", responde la directora del club.
Gracias a la gimnasia artística, algunas niñas han encontrado un espacio donde descargar toda la actividad que albergan, u otras han conseguido soltarse y perder la timidez. En este deporte aprenden a levantarse, a seguir adelante, a esforzarse... Además de ganar salud, amigas y valores. "Muchos es por lo que vienen, somos un poco conocidos por eso, por el trato y por la importancia que le damos a todas las niñas en competición", indica Marta Pi. "Para mí lo más importante es enseñar a las niñas a trabajar y que sean ellas mismas las que te pidan más. Las niñas no se quieren ir nunca del gimnasio... Por ellas estarían aquí todo el día", concluye Marta rodeada de alguna de sus pupilas mientras todas zampan frutos secos. "Aquí tenemos una norma, después de cada entrenamiento solo se puede comer fruta o frutos secos", incide con una sonrisa.
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