La muerte de Michu, alias de María Rodríguez Gamaza, a los 33 años, expareja de José Fernando y madre de su hija Rocío, ha desencadenado un auténtico torbellino familiar. El enfrentamiento entre su entorno más cercano y los Ortega Mohedano se ha intensificado con el paso de los días, especialmente por el futuro de la pequeña.
Las principales protagonistas del conflicto han sido Tamara, hermana de Michu, y Gloria Camila, su excuñada, enzarzadas en una guerra de reproches públicos. Insultos, acusaciones de desinterés y hasta amenazas legales han marcado este duro cruce, que incluso habría llegado a los juzgados.
La herencia, el nuevo foco del escándalo
Lo que parecía una disputa centrada únicamente en la custodia se ha transformado en algo mayor con la aparición del testamento de Michu. Según reveló en exclusiva el programa TardeAR de Telecinco, el documento podría aclarar —al menos en parte— las verdaderas intenciones de la joven fallecida.
El paparazzi Tino Torrubiano, invitado al programa, aseguró haber accedido al testamento y adelantó un giro inesperado: Michu no dejó como beneficiaria a su hija, sino a su madre, Inma. Una decisión que sorprende y que, según explicó, se tomó hace años, en previsión de su delicado estado de salud.
Tamara, fuera de la herencia
El testamento, según Torrubiano, se centra más en propiedades que en dinero, con un inventario que incluiría “una casa, un coche y una motocicleta”. La gran sorpresa es que Tamara quedaría fuera por completo, algo que conoció en directo durante la emisión del programa.
“¿A mi madre? Bueno, da igual, es como si fuese a mí porque yo estoy en la casa”, respondió Tamara visiblemente impactada, unas palabras que ya han levantado ampollas y generado nuevas críticas.
La joven aclaró que, aunque Inma figure como heredera, la pequeña Rocío tendrá acceso en el futuro a la parte legítima de la herencia, tal y como marca la ley. Sin embargo, la decisión de Michu de excluir a su hermana abre un nuevo frente en el culebrón familiar.
La incógnita de la custodia
El tema más delicado sigue siendo el de la custodia de Rocío. Torrubiano fue tajante: “No se puede hablar por cuestiones legales, por protección al menor”. Aun así, dejó caer que en el testamento Michu habría dejado constancia de su voluntad sobre quién debería hacerse cargo de su hija.
De momento, las versiones siguen enfrentadas: mientras el entorno de Michu insiste en que ella quería que Rocío creciera con los Ortega, Tamara y su madre defienden que la niña debe quedarse con ellas. La batalla apenas comienza, y el testamento solo ha añadido más leña a un fuego que parecía incontrolable.
