Arcos, cuna de poetas y balcones de horizontes infinitos

La localidad es llamada puerta de entrada de la ruta de los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz

El balcón de la Peña de Arcos.
El balcón de la Peña de Arcos. MANU GARCÍA

Desde su más lejano pasado este enclave geográfico ha constituido un lugar estratégico privilegiado que ha dado cobijo a numerosas civilizaciones. Su fundación romana le otorga el nombre de Arx-Arcis (fortaleza en la altura), pasando a llamarse Medina-Arkos en la época musulmana, cuando graban para siempre sus huellas de identidad, llegando a convertirse en un pequeño reino Taifa.

En 1255, el rey Alfonso X El Sabio tomó la ciudad para Castilla pero quedan los vestigios árabes: calles estrechas y blancas casas, con un castillo del que queda la Puerta de Matrera y los artesanales molinos. Y fue la monumentalidad cristiana la que terminó de justificar que todo su casco antiguo fuese declarado hace 60 años como Conjunto Monumental Histórico-Artístico.   

Es llamada puerta de entrada de la ruta de los pueblos blancos de la Sierra de Cádiz y también es conocida como la ciudad de los poetas por los numerosos autores que en ella han nacido o a los que ha embriagado. Es heredera también de un importante patrimonio gastronómico con platos como la alboronía, los alcauciles rellenos, el ajo molinero, la ensalada de apio o los potajes. Hay que asomarse a su famoso balcón, junto al Parador de Arcos, y contemplar una de las mejores vistas panorámicas de la provincia de Cádiz.

Arcos, birthplace of poets and viewpoints to gaze over infinite horizons

Since times of its most distant past, this geographical site has been a privileged, strategic location that has given shelter to many civilisations. Its Roman foundation gave it the name of Arx-Arcis (high-rise fortress), becoming known as Medina-Arkos in the Muslim period, when the Arabs recorded their signs of identity there forever, as it become a small Taifa kingdom.

In 1255, King Alfonso X the Wise took the town for Castile, but the Arab vestiges remain: narrow streets and white houses, with a castle of which the Matrera Gate and artisanal mills remain. And it was the Christian monuments that ended up justifying this fact, so that the whole of the old quarter was declared a Historic-Artistic Monumental Site 60 years ago.   

It is known as the gateway to the route of the Sierra de Cádiz’s white villages and is also known as the city of poets because of the many authors who were born here or who have been inebriated by it. It is also heir to an important gastronomic heritage with dishes such as alboronía, stuffed artichokes, ajo molinero, celery salad and stews. You must look out over its famous balcony, next to the Parador de Arcos, and gaze at one of the best panoramic views of the province of Cádiz.

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KIKO ABUIN 1

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