Si el foro fue el centro neurálgico de la antigua Roma, no cabe duda que para los españoles -y sobre todo aquí en el sur- ese lugar es el bar. En un bar se puede hacer casi de todo. Hay quien los utiliza como oficina, y a su vez son punto de encuentro y desconexión, un rincón de sociabilidad e incluso de cultura. Porque a los bares no sólo se va a comer y a beber, sino que podemos leer, hacer reuniones, escuchar música en directo o ver exposiciones artísticas. Hasta el teatro tiene cabida en estos benditos bares. Este es el caso de Distopía Café, una pequeña cafetería gaditana situada en la calle Enrique de las Marinas que cumple su primer año de vida.
Luisma Monroy, dueño del negocio.
Luisma Monroy está detrás de este proyecto, un joven que se vio cansado de trabajar para otros en unas condiciones injustas. "Yo quería montar un espacio donde los artistas, ya sean pintores, ilustradores, músicos, gente del teatro o fotógrafos tuvieran su lugar, pero sin llegar a ser una sala grande", nos cuenta. "A mí me gusta que los propios clientes creen el espacio. Ahora tenemos una exposición colectiva con obras de Eugenio Tapia, Luz Marina G., Phil Wheeler, Rototó, Puralínea Arte, Rubén Ortiz o Alejandro de Dueñas entre otros. Los mismos clientes son quienes decoran el bar, dictan la música y quienes realmente conforman este lugar". Los viernes suele haber microteatro. Rapsodelia es uno de los grupos que participan en esta actividad. También hay conciertos en acústico, donde Jaime Moreno (vocalista del grupo Electric Alley) es uno de los asiduos, o sesiones de música electrónica.
Conciertos en acústico.
Además de la cultura, lo social también tiene cabida dentro de esta Distopía. "Se están reuniendo aquí muchos colectivos feministas. De hecho, este es un espacio feminista y una zona segura. Ni una menos, Café Feminista, gente de Anticapi e incluso grupos políticos. Aquí tiene cabida todo el mundo", comenta Monroy. "Lo que sí tengo claro es que es un espacio seguro. Si viene una obra de teatro, no voy a permitir que la obra tenga tintes machistas o xenófobos. En ningún momento paso eso por alto". Y la oferta no deja de crecer, ya que existen propuestas para hacer coloquios sobre cine y literatura, además de jornadas de cuentacuentos pensando en todo tipo de públicos.
Y para consumir, ¿qué podemos encontrar? Pues con este concepto de "cafetería/taberna" las posibilidades aumentan. Durante su primer año de vida ha estado especializado en desayunos y meriendas, ofreciendo productos ecológicos, zumos y batidos de fruta natural, una gran variedad de tés o tartas artesanales de Dulcena. "Este es uno de los pocos bares de Cádiz en los que nadie come molletes, siempre piden pan de cereales. Todo el mundo aquí come sano", dice entre risas. Además, cuenta con una amplia carta de cervezas, entre ellos muchas artesanas como Destraperlo, La Pepa, Gastro, Dos mares, La portuense, Dougall's, Ruben's... y así hasta 40. En las próximas semanas también se incluirá una carta de conservas, chacinas y montaditos, con lo que se ampliará el horario y permanecerá abierto de la mañana a la noche.
Una distopía es una representación imaginaria de una sociedad del futuro cuyas características son indeseables. Mientras que la utopía es un anhelo imposible de conseguir y la distopía es una posibilidad cuya concreción se debería evitar. ¿Por qué este nombre? "Todo el que monta un negocio siempre busca esa utopía, la perfección y el orden absoluto. Todas las cafeterías actuales están cortadas por el mismo patrón: blanco, metal y madera. Yo quería mezclar colores, darle cabida al desorden, que hubiera varios espacios, con sofás... que fuera un sitio íntimo y hogareño", confiesa Monroy. Para celebrar el primer aniversario, Distopía Café acogerá este viernes un concierto del grupo Cifra3 y una sesión de Dj Black Jack. El sábado será el turno de Calde On Hi-Fi y Crucero Dj.
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