Sushi y almejas a la Alegría, la venta familiar de Chiclana donde también se cocina comida japonesa

En las mesas de este negocio con más de 60 años, ahora rebautizado Nueva Alegría Osushi, se pueden comer gambas con espinacas y carrillada, pero también nigiris o noodles elaborados por el marroquí Amine Sbita

María con su nieta Patricia y el cocinero Amine Sbita en la venta Nueva Alegría Osushi.
María con su nieta Patricia y el cocinero Amine Sbita en la venta Nueva Alegría Osushi. MANU GARCÍA

Pelando gambas, cortando tagarninas y barriendo para que todo esté limpio. María de la Paz Gómez Bancalero es el alma de la venta Nueva Alegría de Chiclana. Natural de Medina Sidonia, esta mujer a la que no se le notan sus 82 años, mantiene viva la esencia de aquel negocio que fundó junto a su marido José Ariza Rodríguez hace más de 60 años. De talante risueño, esta encantadora abuela que vive en el mismo inmueble del restaurante, deja un legado a su familia, esa que ha luchado contra viento y marea para que hoy esta venta siga en pie.

María tenía 16 años cuando se mudó con sus padres a Chiclana, donde se crio en un campo y conoció a Pepe, ya fallecido. “Él era camarero, iba en el barco donde se embarcó Juan Carlos I después de la boda”, recuerda. Cuando esta pareja se casó, alquiló una venta a principios de los sesenta a la que bautizó con el nombre de Alegría.

Él le puso así en homenaje a su abuelo, que se dedicaba a repartir pan por el pueblo montado en un burro. “Como siempre iba cantando, llevaba mucha alegría y le pusieron de apodo Alegría”, comenta María, que “poquito a poco” fue levantando el local donde estuvieron 16 años.

Plato de gambas con espinacas.
Plato de gambas con espinacas. MANU GARCÍA
Almejas a la Alegría, uno de los platos tradicionales de la venta.
Almejas a la Alegría, uno de los platos tradicionales de la venta. MANU GARCÍA

A finales de los 70 se mudaron al establecimiento que hoy se conoce como Nueva Alegría Osushi, que además cuenta con una pequeña tienda de alimentación, con sus nietos al frente. Gambas con espinacas, almejas y guisos han llenado los platos de este lugar emblemático de la hostelería chiclanera que este año ha iniciado una nueva etapa. Eso sí, sin perder sus raíces.

Patricia Sánchez, de 29 años, nieta de María, está al frente del negocio que siempre ha contado con el apoyo familiar para su supervivencia. Ella es la tercera generación después de Loli y Chari, dos de las hijas de la fundadora que trabajaron codo con codo con sus maridos, Juan y Manolo. “Mi madre murió y se quedaron mis tíos, pero por enfermedad se dieron de baja y están jubilados. Así que se quedó mi padre”, explica Patricia junto a su abuela.

Todo el mundo lo conoce como Juan Sánchez el de Conil, entregado en la barra hasta que le detectaron un cáncer que le impide seguir adelante. Aunque su hija ha estudiado Arquitectura, ella ha decidido mantener la tradición de la venta donde ha crecido, pero con un toque distinto.

Amine en la cocina de Nueva Alegría Osushi.
Amine en la cocina de Nueva Alegría Osushi. MANU GARCÍA

Reformó la parte de la terraza para inaugurar un espacio que ha causado sensación desde que lo abrió hace unos meses. Se le ocurrió introducir la cocina japonesa, que convive con las recetas de la abuela, siempre elaboradas por el cocinero Jesús Múñoz al que María enseñó y lleva 43 años a su lado.

"La gente puede disfrutar en la misma mesa de las dos cocinas"

“Queríamos mantener los platos de la Alegría de siempre, la Alegría sigue siendo la Alegría, pero también con comida japonesa. La gente puede disfrutar en la misma mesa de las dos cocinas, que están muy separadas y son diferentes”, cuenta Patricia a lavozdelsur.es.

De esta forma, un entrecot y un cocido comparten espacio en la mesa con unos California rolls, unos noodles o un arroz al wok. “Uno pide una cosa, otro pide otra o prueban las dos”, dice María, con ese carisma que la caracteriza.

El cocinero prepara un roll.
El cocinero prepara un roll. MANU GARCÍA
Plato de roll con solomillo al roquefort.
Plato de roll con solomillo al roquefort. MANU GARCÍA

Las opciones asiáticas se pueden pedir solo en la terraza reformada con toques modernos, mientras que los platos tradicionales, en todos los espacios. “En verano ha venido mucha gente, incluso los que no les gusta el japonés”, comentan.

La idea de mezclar la gastronomía oriental con la andaluza viene motivada porque el marido de Patricia domina este estilo y era una oportunidad para aportar al negocio histórico “algo distinto”. Amine Sbita prepara sushi, makis o nigiris mientras en la otra cocina hacen unos huevos rotos con jamón o unas croquetas de rabo de toro.

Este hombre, de 43 años, natural de Casablanca, en Marruecos, lleva más de 20 años en los fogones con japoneses. Está especializado en el sushi tras formarse en Japón durante cuatro meses. Amine ha trabajado como chef ejecutivo y ha creado la carta de varios restaurantes en su tierra natal. También ha recibido reconocimientos similares a las Estrellas Michelin en Fez y ha viajado por toda Europa cuando trabajaba a bordo de un crucero.

Plato de arroz con verduras al estilo asiático.
Plato de arroz con verduras al estilo asiático. MANU GARCÍA
Amine emplata los rolls en la nueva cocina.
Amine emplata los rolls en la nueva cocina. MANU GARCÍA
Una mesa con platos tradicionales andaluces y opciones japonesas.
Una mesa con platos tradicionales andaluces y opciones japonesas. MANU GARCÍA

Ahora está en Chiclana por amor. “En Andalucía entera la gente tiene una mente más abierta. Están preparados para aceptar el mundo moderno. Creo que es un buen lugar”, comenta mientras elabora arroz.

“Se nota que hace un sushi elaborado y diferente, con mucho detalle”, dice Patricia, que explica que en ambas cocinas tratan de utilizar la misma materia prima, productos locales. Así, el atún que usa Amine para un sachimi, lo utiliza Jesús para una barriga de atún al horno, o la lubina y las gambas para envolver en los rolls.

Amine define la propuesta como “una cocina asiática pero mediterránea”. Le gusta combinar, fusionar y crear sabores como el de un wok con puntillitas o un roll con solimillo al roquefort.

Otra de sus populares ocurrencias es la Sushi Burguer, elaborada con arroz frito, en lugar de pan, y con tartar de atún, en lugar de carne. “No tiene nada que ver con la americana”, añade desde esta venta que sigue adelante con sorpresas.

Sobre el autor:

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Patricia Merello

Titulada en Doble Grado en Periodismo y Comunicación audiovisual por la Universidad de Sevilla y máster en Periodismo Multimedia por la Universidad Complutense de Madrid. Mis primeras idas y venidas a la redacción comenzaron como becaria en el Diario de Cádiz. En Sevilla, fui redactora de la revista digital de la Fundación Audiovisual de Andalucía y en el blog de la ONGD Tetoca Actuar, mientras que en Madrid aprendí en el departamento de televisión de la Agencia EFE. Al regresar, hice piezas para Onda Cádiz, estuve en la Agencia EFE de Sevilla y elaboré algún que otro informativo en Radio Puerto. He publicado el libro de investigación 'La huella del esperanto en los medios periodísticos', tema que también he plasmado en una revista académica, en un reportaje multimedia y en un blog. 

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