Hay dos referencias ineludibles en la provincia de Cádiz a nivel gastro: una está en Barbate (y en Zahara de los Atunes) y se llama restaurante El Campero; la otra está en Chiclana y es el obrador de La Cremita.
Desde Chiclana llegan los manolitos que luego en El Campero transforman en manolitos de atún, uno de los bocados estrella de la nueva temporada del emblemático negocio hostelero que se vuelca en cuerpo y alma con el oro rojo de las almadrabas gaditanas.
Esta sugerencia fuera de carta se ha ofrecido este pasado fin de semana en El Campero, pero parece que viene para quedarse. Se trata de un croissant artesano de La Cremita relleno con un atún marinado, encurtidos y mayonesa picante. Pura delicia como entrante antes de que se ponga la cosa serie en el restaurante barbateño, un ejemplo en innovación y cocina creativa a partir de una materia prima premium.
