Haya más o menos dinero disponible para la cena de Nochebuena, el marisco sigue siendo uno de los grandes protagonistas de las mesas navideñas. En muchos hogares, cuando el presupuesto aprieta, la estrategia pasa por comprarlo con semanas de antelación y congelarlo, pero quienes han dejado la compra para última hora no tienen más remedio que afrontar los precios de la recta final.
En mercados como el de Triana, en Sevilla, la actividad es intensa estos días. Este jueves se podían encontrar gambas frescas de Huelva por unos 55 euros el kilo, un precio que los vendedores califican de razonable teniendo en cuenta la cercanía de la Navidad. Para quienes no previeron la compra en noviembre, el importe será el que marque la oferta y la demanda en los días previos a la cena más familiar del año.
Jessica Herrera, pescadera en este popular mercado sevillano, explica que el producto llega antes del amanecer, procedente en su mayoría de la costa andaluza, tras pasar por la subasta que fija el precio final. “Lo que vendemos aquí es lo que ha sido capturado hace unas horas”, señala.
"Ni es caro ni ha subido mucho"
Contrariamente a lo que muchos consumidores temen, tener gamba blanca de Huelva en la mesa de Nochebuena “ni es caro ni ha subido mucho”, según esta profesional. Eso sí, advierte de que aún quedan varios días y los precios pueden variar. Quitando el lunes, jornada en la que no abren las pescaderías, el propio 24 de diciembre, que este año cae en miércoles, será todavía un día clave para las compras de última hora.
“Unas gambitas gorditas en condiciones pueden salir por 55 euros el kilo, y puede que alguna cigala haya subido algo más, porque hay menos cantidad”, explica Herrera. El precio, recuerda, depende directamente de la subasta: “Va por oferta y demanda, así que si hay menos cantidad puede salir más caro”.
Aunque muchos clientes optan por congelar el marisco para evitar sobresaltos de última hora, esta pescadera subraya que el producto mantiene su calidad si se hace correctamente. Ella utiliza Melacide, un aditivo alimentario antioxidante que evita que la cabeza del marisco se oscurezca. “Es más una cuestión estética, pero al descongelar el aspecto es perfecto”, apunta.
La importancia del origen y la etiqueta
Más allá del precio, los profesionales insisten en fijarse en el lugar de compra. “Aquí está la etiqueta que lo dice todo: dónde se pescó, cuándo y quién”, recalca Herrera, mostrando una con el nombre de ‘El Lepero’, que certifica que la gamba procede de la costa de Huelva y ha llegado al mercado pocas horas después de su captura.
Su compañero Jacinto Machuca coincide en que este año el marisco “ni ha subido ni escasea”, aunque reconoce que en los últimos días “nunca se sabe”. Desde Isla Cristina, el presidente de la lonja, Mariano García, insiste en consumir “gamba auténtica de Huelva” y advierte de precios sospechosamente bajos. “Si vemos gambas a 19 euros el kilo, esa no es de Huelva”, asegura.
Pese a algunos episodios de mal tiempo, García afirma que ha habido buena pesca y que el consumidor “todavía está a tiempo de comprar a buen precio”, manteniendo vivo uno de los sabores imprescindibles de la Navidad.