Carlos, Tyrone para los amigos, estaba escuchando Cadena 100 cuando, de repente, sonó La luz del lorenzo de Los Delinqüentes. “Qué fresquito, cómo mola”, asegura que pensó. Luego empezó a ir a sus conciertos. Hasta 56 contabiliza. El primero, en el Larios Café de Madrid —de donde es originario— le marcó. “Me enamoré del grupo”, confiesa, pero sobre todo de la voz del recordado Migue, el matajare y el propulsor del virus garrapatero que corre por las venas de Carlos y de los miles de seguidores que acumula a lo largo y ancho del país. Ahora dice que ya no es madrileño, sino madrizano o jereleño, ya que reside en la ciudad desde hace unas semanas. El motivo se llama Migue Benítez. Su amor por Los Delinqüentes y por la filosofía garrapatera lo ha traído hasta Jerez, concretamente hasta la plaza Rafael Rivero, donde ha abierto un bar, al que ha llamado El aire de la calle, que pretende convertirse en lugar de culto para los amantes del grupo.

“Es una zona de encuentro”, resume Carlos, que lleva puesta una camiseta negra con el nombre del establecimiento, el uniforme de los adeptos que va ganando un lugar que no deja indiferente. La decoración ya es llamativa. A la derecha, nada más cruzar la puerta, se puede leer una frase de la canción que da nombre a la taberna. “Soy un bohemio de la vida / que yo tengo ná que ver / con los bigotes señoriales que se pasean por Jerez”, reza debajo de un dibujo con la cara de Migue, cuyo espíritu lo impregna todo. Las puertas están llenas de recortes de periódicos con crónicas de algunas de las primeras actuaciones del grupo.

El origen de esta aventura hay que encontrarlo en el primer Vente pa Jerez, el festival organizado por Manu Benítez, hermano de Migue, para recordar la figura del vocalista de Los Delinqüentes en el décimo aniversario de su fallecimiento. El movimiento en redes sociales con motivo de la efemérides fue tal que a Manu no le quedó otro remedio que hacer un festival que reuniera a los garrapateros de toda España, cuenta Azahara López, una cordobesa, pareja del malagueño Pedro Pikiki. Entre los dos ayudan en el negocio de Carlos, ya que son los “culpables” del desembarco del madrileño en Jerez. Ellos llegaron antes. “Le dimos el empujón que le faltaba”, cuenta Azahara, garrapatera por los cuatro costados.

Ella fue, ni más ni menos, la que, con apenas 14 años, creó la primera página web —no oficial— de Los Delinqüentes. “Buscaba en internet todo lo que había sobre ellos y lo subía —cuenta—, luego cogió repercusión y la hermana de El Canijo me mandaba fotos”. Ese sitio web fue “el primer foro garrapatero”, gracias al que se realizaban quedadas y se comentaba todo de noticias relacionadas con el grupo. A raíz de eso fue entablando relación con el grupo. “Me llevaban como si fuera su hermana chica”, comenta quien es hija de Randy López, antiguo integrante de Medina Azahara. “Lo lleva en la sangre”, comenta Pedro Pikiki, “pero Migue nos ha unido”, añade. De hecho se conocieron gracias a Los Delinqüentes, en un viaje realizado por Azahara a un concierto en el que conoció a la prima de Pedro. “Ella me hizo garrapatero”, confiesa él.

La inauguración de El aire de la calle coincidió con la celebración del Primavera Trompetera Festival, por lo que aprovecharon el tirón para recibir a garrapateros de distintos puntos del país —como Santander, Murcia, Alicante, Barcelona o Valencia—. “Aquí nos juntamos los amigos para pasarlo bien”, dice Carlos Tyrone, quien asegura que su objetivo no es lucrarse a costa de la imagen del grupo. “Pretendo hacer un homenaje a Los Delinqüentes porque lo siento así”, dice, y añade que Migue “ha dejado tras de sí una energía que une a la gente”. Su casa es una buena muestra de ello. “Siempre tengo a alguien allí”, apunta Carlos, que se ha venido a Jerez “de avanzadilla” y su familia lo hará en los próximos meses. “La gente me decía que estaba loco por montar esto, por cómo está Jerez, pero veo que aquí hay paro pero la gente se busca la vida”, señala, quien asegura estar muy agradecido a sus amigos de La Moderna. “Me han ayudado mucho”, comenta Tyrone, que ya montó un bar de estas características en Torrejón de Ardoz (Madrid), cerca de su casa, pero no funcionó porque “la gente no sabía qué era el sentimiento garrapatero”.

En Jerez, Carlos, Azahara y Pedro se sienten como en casa y agradecen mucho la ayuda que han recibido. La acogida de la taberna, cuentan, ha sido muy buena, y mucha culpa la tiene Diego Pozo El Ratón, quien fuera guitarrista de Los Delinqüentes, que ejerce de padrino de El aire de la calle. De hecho, participará en conciertos organizados por el local y no duda en coger la Majareta —la guitarra que han comprado y que ponen a disposición de quien quiera tocarla— para deleitar a los afortunados que, en ese momento, se encuentren en la taberna. “Esto nos quita las penas”, dice Pedro, que era electricista minero y, tras un accidente, decidió venir a Jerez para dedicarse a su gran pasión, el teatro. También hace monólogos en un lugar, El aire de la calle, que quiere ser un rincón cultural donde el humor y el arte vayan de la mano.

David de la Chica, Davile, antiguo miembro de Los Delinqüentes, está detrás de los fogones y también es el autor de algunos cuadros que decoran el bar, que cuenta con carta vegana, una novedad que está atrayendo bastante público. “Tenemos las hamburguesas Tartarichi, la Matajare, La luz del Lorenzo y la Verde rebelde”, dice Pedro, que señala: “El que venga va a volver, aquí repartimos amor”. La filosofía garrapatera, dice, atrae el buen rollo. Solo hay que echarle un vistazo a sus perfiles en redes sociales para comprobar lo bien que se lo pasan. “Tenemos canciones del bar, nos gusta improvisar y nos inventamos estribillos pegadizos”, dice Pedro, aunque algunos de ellos no son aptos para ser escritos en un reportaje. Para escucharlos hay que ir camino de los bares para así respirar el auténtico aire de la calle, a la luz del lorenzo, en plena primavera trompetera. Allí cualquiera se siente como uno más.

El aire de la calle, ubicado en la plaza Rafael Rivero, está abierto de 12:00 a 16:00 y de 20:00 a 0:00 horas de martes a jueves, de 12:00 a 17:00 y de 20:00 a 3:00 horas los viernes y sábados y de 12:00 a 17:00 horas los domingos.

Sobre el autor:

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Francisco Romero

Licenciado en Periodismo por la Universidad de Sevilla. Antes de terminar la carrera, empecé mi trayectoria, primero como becario y luego en plantilla, en Diario de Jerez. Con 25 años participé en la fundación de un periódico, El Independiente de Cádiz, que a pesar de su corta trayectoria obtuvo el Premio Andalucía de Periodismo en 2014 por la gran calidad de su suplemento dominical. Desde 2014 escribo en lavozdelsur.es, un periódico digital andaluz del que formé parte de su fundación, en el que ahora ejerzo de subdirector. En 2019 obtuve una mención especial del Premio Cádiz de Periodismo, y en 2023 un accésit del Premio Nacional de Periodismo Juan Andrés García de la Asociación de la Prensa de Jerez.

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