Williams & Humbert relanza su Vermouth Canasta, un licor que en la ciudad se produce desde el siglo XIX y que vuelve a estar en plena forma.
La producción de vermú en Jerez es una tradición que se remonta cien años atrás. En el siglo XIX ya había productores locales que comercializaban esta bebida. Que nadie se lo tome como una moda pasajera. Las grandes bodegas de la ciudad se reencuentran con este licor al amparo del enorme auge que vive en la actualidad en todo el país. Una de ellas es Williams & Humbert, de las primeras en retomar la producción allá por 2008. El vermú Canasta, elaborado con el dulce y suave jerez Canasta, y aromatizado con la mejor selección de botánicos, ha renovado su imagen. Como afirman desde la enseña bodeguera, las particularidades de este singular vermú han sido señaladas en las prestigiosas publicaciones que han salido a la luz en estos dos últimos años, de la mano de los más destacados expertos y a raíz del renacimiento de esta genuina bebida.
Como señala François Monti en su Gran Libro del Vermut, Jerez rescata a su forma una de las ceremonias más típicas de nuestra gastronomía, el imprescindible aperitivo con o sin soda, con un trozo de naranja y una aceituna. Este Vermouth Canasta es, según el periodista y escritor belga especializado en destilados y coctelería, “un producto curioso, a medio camino entre un jerez y un vermú”. También la prestigiosa y reciente Guía del Vermut, editada por Planeta y elaborada por la consultora del sector vinícola y embajadora de la International Wine Challenge, Esther Bachs, destaca el carácter y sello de los vinos de Jerez presente en el vermú Canasta. Bach, quien afirma en su guía que hablar de las Bodegas Williams & Humbert “es hablar del Jerez con mayúsculas y a lo grande", define Canasta como una bebida "potente y generosa, con un equilibrio entre madurez y profundidad perfecto”.
De color ámbar brillante, el Vermouth Canasta posee los aromas extraídos de la maceración del vino con los frutos y plantas. Una bebida única por su particular y laborioso proceso de elaboración y cuyo resultado es este licor de notas dulces y un ligero amargor. Perfecto para consumir sólo o con hielo, mezclado con zumos de frutas o como ingrediente de coctelería, amplía sus momentos de consumo. Y es que, más que una bebida, el vermut es un rito, ideal como aperitivo y acompañamiento en el momento de tapear —destacando el maridaje con los encurtidos— como trago para la sobremesa, o para degustar en diferentes combinados y cócteles, a cualquier hora del día.


