El Faro fue uno de los bares más conocidos de Arcos. Ubicado en pleno centro, en un lugar privilegiado, su servicio de desayuno y su modelo de negocio similar al de una tasca se granjeó mucha popularidad entre los vecinos hasta su cierre.
Durante 50 años ha ido cambiando de manos sin demasiada suerte -salvo en su primera etapa- hasta que en 2019 su último propietario echó el cierre. Fue entonces cuando José Antonio Saborido, empresario local que ya contaba con otro establecimiento en el pueblo, Avenida 34, decidió aprovechar la oportunidad y abrir un nuevo negocio hostelero naciendo el café bistró El Nuevo Faro.
"Vimos las oportunidades que tenía, la ubicación tan buena, el paso constante de gente y decidimos iniciar nuestro proyecto aquí", afirma a lavozdelsur.es este arcense de 35 años. Los inicios fueron realmente buenos, contando con una plantilla de 11 personas abriendo todos los días y obteniendo "una respuesta muy positiva" de sus clientes. También consiguieron reunir a varios trabajadores con una dilatada experiencia en el municipio como Manolo, el jefe de sala. "Son personas que conocen la zona y que tienen mucho tirón", añade José Antonio.
Que el nombre del establecimiento sea similar al del anterior que se ubicaba en el mismo lugar no es casualidad, ya que este empresario tomó la decisión de rendir homenaje al primer bar que existió en este lugar y a su antiguo dueño, Juan, que falleció el año pasado. Por este motivo hicieron "evolucionar" la nomenclatura original y crearon un espacio y un servicio similares a los que otrora se llevaban a cabo en El Faro.
Su estilo es sencillo y recatado pero cuenta con cierta distinción. La gran terraza exterior está provista de mesas altas y bajas y de una barra ideal para tomar el desayuno. Ya en el interior las mesas, las sillas y el suelo de madera contrastan con las paredes y el techo de roca blanca que da una sensación hogareña y agradable. Al fondo se encuentra la joya de la corona, una sala horadada en la propia piedra que simula una cueva y que está reservada como salón privado.
Aunque, como cuenta el propietario del negocio, "los primeros meses fueron de escándalo", la llegada de la pandemia cambió radicalmente el panorama, hasta el punto de tener que tomar importantes decisiones como empresa. "Hicimos un Erte conjunto tanto para los empleados de Avenida 34 como para los del Nuevo Faro. Lo que teníamos claro es que no íbamos a despedir a nadie de los que llevaban trabajando tres meses con nosotros", argumenta.
Durante ese tiempo trataron de capear el temporal como pudieron, se "reciclaron un poco comenzando a trabajar con plataformas delivery" para realizar entregas a domicilio y poco a poco pudieron recuperar la normalidad hasta el punto de haber alcanzado una facturación similar a la previa al confinamiento.
Adaptando la comida tradicional a la vanguardia culinaria
Tras la pandemia ha llegado otra crisis, la económica, que se ha traducido en un encarecimiento exagerado de las materias primas y los combustibles. En El Nuevo Faro han intentado mantener en la medida de lo posible los precios pero aún así se han visto obligados a ceder, incrementándolos a principios de 2022 y avanzando que realizarán otra en marzo.
José Antonio lamenta esta situación pero pide que se comprenda esta decisión, ya que "el mercado nos obliga. Si queremos mantener la calidad de los productos y darle a nuestros trabajadores los derechos que merecen tenemos que hacerlo". Aún así los precios que manejan son asequibles, estableciéndose una orquilla de gasto de entre 10 y 20 euros por persona.
Expositor con tapas frías. MANU GARCÍA
Además, como "esta situación nos afecta a todos", también intentan poner su granito de arena comprando únicamente productos de cercanía, favoreciendo que la economía local no se estanque y ayudando a los productores que también lo están pasando mal. Como ejemplo de esto se consideran "amantes" del atún rojo de Cádiz que utilizan en varias de sus propuestas culinarias, los chocos, las verduras que proceden principalmente de los alrededores de Arcos o incluso los vinos, ya que como buena taberna disponen de una oferta abundante pero "salvo un Ribera de Duero y un Rioja los demás son todos de estas tierras".
A este respecto, el empresario arcense desea remarcar que "aunque siempre defendemos el valor de la carne, el pescado y la verdura de la provincia también tenemos unos caldos espectaculares" y afirma que "hay que darlos a conocer porque más de uno se echa a temblar si se entera de las maravillas que producimos aquí".
En la carta tratan de recoger los platos tradicionales de la sierra pero incluyendo un toque de vanguardia aplicando las técnicas más novedosas. Así, entre sus platos más destacados podemos mencionar el tataki de atún rojo, la presa ibérica, las patatas bravas con salsa casera, el rollito de lomo con queso payoyo, el solomillo con queso de cabra, el pulpo ahumado, las carnes de retinto y, entre todos, José Antonio quiere hacer mención especial al gallo empanado, el plato estrella del primer Faro y que ellos han recuperado como guiño a quien lo sirvió por primera vez.
El grupo que encabeza José Antonio se encuentra en estos momentos asentando su estatus empresarial. Con dos establecimientos funcionando a pleno rendimiento están planificando ya la adhesión de un tercero que se ubicará en el Casco Antiguo, en la antigua Casa-Palacio del Loco Reyes, un proyecto que empieza a ver la luz y que esperan poder arrancar a finales de este año.
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