A escasos diez kilómetros de uno de los cascos urbanos más populares de la provincia de Cádiz en los meses de verano, se oculta un remanso costero que conquista a quienes lo descubren. En el municipio de Tarifa, lejos del bullicio habitual de estas fechas, emerge Punta Paloma, accesible por una vía tan espectacular que parece salida de una película.
El acceso es la carretera A‑2325, una ruta breve de apenas tres kilómetros que conecta la Nacional 340 con Paloma Baja y el entorno natural de Punta Paloma. Su singularidad radica en su trazado: discurre justo tras la gran duna de Valdevaqueros, un Monumento Natural que avanza unos 20 metros cada veinte años, obligando a frecuentes limpiezas para restablecer el paso.
Acceso frágil y espectacular
Aunque el itinerario es escénico, también es estrecho, con estacionamiento temporal limitado y profundamente integrado en el entorno natural. Esto ha contribuido a que Punta Paloma conserve esa atmósfera casi intacta a lo largo del tiempo.
La ruta atraviesa pinares y dunas hasta desembocar en una playa salvaje de más de 2,5 kilómetros de extensión, sin servicios ni instalaciones —una experiencia más auténtica y tranquila que otras zonas de Tarifa. Desde esta carretera, especialmente al regresar a la N‑340, se abren panorámicas de ensueño: la inmensidad de Valdevaqueros, el azul intenso del océano y la silueta difusa de África en el horizonte.
Experiencia sin filtros
En verano, a pesar de una mayor afluencia, Punta Paloma sigue manteniendo su esencia virgen. La ausencia de multitud y la naturaleza intacta le otorgan ese carácter paradisíaco que pocos rincones costeros conservan.
El enclave también ofrece pequeñas delicias gastronómicas: chiringuitos como El Mirlo o Justito de Copas permiten saborear pescados frescos en un entorno arrebatador, especialmente durante amaneceres y atardeceres que parecen rozar el continente africano con la mirada.
Inversión autonómica
La Consejería de Fomento, Vivienda y Ordenación del Territorio, a través de su delegación territorial en Cádiz, ha estado llevando a cabo una inversión de 80.000 euros este verano en las tareas de retirada de arena de la carretera A-2325, de la N-340 a Punta Paloma en Tarifa, una actuación a través de la cual se busca mejorar la seguridad vial y evitar que los vecinos del lugar puedan quedar aislados por el movimiento vivo que tiene la duna de Valdevaqueros.
En este sentido, durante las tareas se cuenta con una maquinaria especializada como un tractor con hoja de empuje sobre cadenas tipo 'bulldozer' y una retroexcavadora. El objetivo es retirar la arena acumulada en varios puntos de la calzada procedente de la duna de Valdevaqueros, asegurando así el tránsito de vehículos por esta vía, que es "muy transitada en los meses de verano".
